Sonaron golpes en la puerta, Ana fue a abrir. Marcos y su tipíca sonrisa se revelaron, mirándonos.
-Hola.
-Hola.-Respondió Ana, haciéndose a un lado para que él entre.
Marcos entró con una cerveza, la dejó sobre la mesa y se sentó a mi lado en el sillón, mirándome.
-Lucas ya viene.-Dijo.
Pensando en él, entró al departamento ya que la puerta estaba abierta.
-Hola chicos.-Dijo.
-Hola.-Respondimos todos.
-¿Qué vamos a comer?-Preguntó mirándome.
-¿Ana?-Respondí.
-¿Marcos?-Dijo ésta.
-¿Tenés el número de algún delivery?-Preguntó Lucas riendo.
-Qué inteligentes, nos juntamos a comer y nadie trajo comida.-Dijo Marcos, como si él hubiera traído algo.
Marcos llamó y pidió lo que cada uno quería. Nos sentamos en la mesa, Marcos al lado de Ana y Lucas al lado mío.
-¿Y ustedes cómo se conocieron?-Preguntó Ana.
-Fue muy divertido. Cuando yo compré el departamento.-Dijo Marcos.-Lucas "había comprado el mismo", pero resulta que se confundió de edificio entonces me tocó la puerta y cuando le abrí me dijo: ¿qué hacés en mi departamento? Enojadísimo y ahí nos hicimos amigos. Lo acompañé a su edificio, aparentemente estaba borracho.
Todos reímos.
-Hace unos días fui a la concesionaria de autos.-Dijo Marcos.-Y el chico que me atendió tenía un humor horrible...
-¿Y a qué fuiste a la concecionaria?- Preguntó Ana confundida. Los chicos reían por la estupidez que había dicho. La inteligencia no era su fuerte.
-Tenía esa idea de cambiar el auto, pero todavía no estoy seguro. Tal vez vaya a otra concesionaria, el chico que atendía en serio me cayó muy mal.
-Como mi ex.-Dijo Ana revoleando los ojos.
-¿Qué pasó con Federico?-Preguntó Marcos rápidamente. Se le iluminaron los ojos.
-Ayer cortamos.-Dijo triste.
-Es un estúpido.-Dijo Marcos.-No... quise decir que, o sea, nada.
Ana rió. Ambos se miraban fijamente y sonriendo. Lucas y yo nos miramos y empezamos a reir.
Después de comer, Marcos y Lucas bajaron a comprar helado.
La noche se pasó rápido, no pasó nada interesante hasta que Marcos llevó a Ana a su departamento para mostrarle algo y se quedaron encerrados; la cerradura estaba rota.
-¿Y qué hacemos ahora chicos?
-No sé, pero no vamos a llamar a un cerrajero a esta hora. Son las 2:00 de la madrugada.
-Bueno, Lucas, volvé a tu casa o quedate en el departamento de las chicas con Eva.-Dijo Marcos.-Ana, no te queda otra.-Dijo intentando no sonar nervioso. Aunque creo que Ana no lo notó, la escuchaba quejarse por las medias en la mesa.
-Sí, me voy a mi casa.-Dijo Lucas.
-Es re tarde, quedate. No hay problema...-Dije. Lucas asintió.
-¡Chau chicos!-Dijo Ana.
-¡Chau!
Entramos al departamento y cerré la puerta.
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Confía en mí (Editando)
RomanceEva nunca ha sido muy valiente o al menos nunca había tenido que demostrarlo. Nunca había tenido que atravesar una situación realmente difícil durante toda su vida. Al mudarse de ciudad para estudiar en la universidad conoce a quien pronto se haría...