Capítulo 11

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Me levanté de la cama, no quería llegar tarde el primer día.
Eran las 7:30, tenía que entrar a las 9:00, por lo que tenía tiempo.

-¡Ana! ¡Levantate!-Grité con la voz medio apagada y ronca.

Me dirigí a la cocina para hacer café. Me desperté con hambre, así que agarré unas galletitas.

Ana hizo su aparición en la cocina, con cara de zombie.

-¡Esa cara nena!-Reprimí.

-Callate.-Espetó.

Alguién se levantó de mal humor.- Pensé.

Después de darme una ducha para despertarme, me vestí y preparé mi bolso.
Ana estaba tapada con un polar, acurrucada en el sillón. ¿Qué le pasaba a ésta chica?

-¡Dale Ana! ¿Qué te pasa?

-Estoy re mal... Federico, no, emmm.-Dijo y cerró la boca. Chasqueó sus dedos.-Bautista, no me dió su número y yo no...

-Pará, ¿quién carajo es Bautista?-Interrumpí.

-El chico del otro día, digo de ayer...-Dijo.-No sé ni su apellido, ni su número, ni nada, no lo voy a ver nunca más...

-Ana, dejate de joder.-Dije.-Hoy empezamos la universidad. No podés pensar en otra cosa que no sea eso. Andá a bañarte por lo menos.

Ana abandonó la habitación, dejándome sola. En serio que ésta chica no sabe ni lo que hace. Igual, yo no puedo decir nada.

Ya listas, cruzamos al departamento de Marcos, tal vez estaba dormido.
Nos abrió en calzoncillos, todo despeinado y medio desorientado.

-¿Estás borracho?-Exclamó Ana apenas verlo.

-No... tengo sueño, que es distinto.

-Apurate Marcos son las 8:20.

-Ya voy.-Dijo de mala gana y dirijiéndose a su cuarto.

Entramos y estaba todo hecho un desastre. Hasta había pedazos de pizza en el suelo, ropa por todos lados y botellas vacías.
Después de 20 minutos, estabámos los tres dirgiéndonos hacia el auto de Marcos.

Había un tráfico infernal, pero por suerte no tardamos mucho y llegamos a tiempo. 5 minutos antes de que la reunión general empiece, es a tiempo.
Estaba muy nerviosa, no sabía nada de todo esto y la verdad es que a veces prefería no saberlo. Pero a la vez, estaba muy feliz.

Entramos juntos y de verdad que había mucha gente, en su mayoría jóvenes. Algunas veces, me sentía incómoda estando con Marcos y Ana juntos, yo sé que Ana no siente lo mismo que Marcos por ella, pero me hace sentir de más.
Empecé a buscar en la guía y el mapa que me habían dado, el salón donde debíamos ir.

La verdad es que la universidad me gustaba por ahora. No hicimos mucho, al menos yo, no. Digamos que hoy fue una introducción, nos dieron los libros, horarios, salones y todo ese tema.

Ana, Marcos y yo estábamos saliendo del edificio cuando Ana se dió cuenta que se había olvidado una carpeta en uno de los salones. Marcos la acompañó, por lo que yo salí sola de la universidad, para esperarlos afuera. Necesitaba aire.

Caminé hasta el auto de Marcos, chocando con un chico que me hizo tirar todo lo que tenía en la mano.
No fue muy amable. Seguí caminando hasta que... ¡zorra a la vista!

Lucas y su novia se estaban besando justo al lado del auto de Marcos. ¿Por qué también no se sacaban la ropa?
Me paré en seco. No iba a acercarme a ellos, por lo que me di vuelta y empecé a alejarme.

Confía en mí (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora