Capítulo 8

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-Eva te está sonando el celular.-Dijo Ana mirándolo.

Miré mi celular, pero decidí no contestar. No tenía ganas de hablar con él.

-¿Por qué no hablás con Lucas? Hace una semana que no para de llamarte...

A mí no me gusta ser rencorosa, pero es que esta vez no puedo evitarlo. Ya no tenía ganas de aclararle nada, que él piense lo que quiera.

Depués de 2 horas que mi celular estuvo sonando sin parar, decidí ir a su casa. Si ibamos a hablar, sería personalmente.

Toqué la puerta. Esperé, volví a esperar. Toqué de nuevo y ésta vez se abrió. Pero no abrió él. Abrió una chica que no conocía.

-Hola, ¿a quién buscás?

-¿A Lucas? Es su casa.

-Ay qué tonta, disculpame. Pasá.

Entré al departamento de Lucas con cara de incomprensión. ¿Quién era esta perra hippie?

-Lucas se está bañando. Me llamo Charo.

-Yo soy Eva.-Dije no tan simpática como ella.

-¿¡Vos sos Eva!?

-¿Sí?

-Es que Lucas me habló mucho de vos.-Dijo levantando las cejas y asintiendo con la cabeza.-Me parece que tendrías que darle una oportunidad.

El ambiente se volvió bastante incómodo, aunque sólo para mí, ella parecía estar muy alegre.
No me puedo ni imaginar lo que le habrá dicho de mí. ¿Una oportunidad? Nos conocimos hace una semana.

Lucas salió de una habitación, con el pelo húmedo y sólo un pantalón. ¿Acaso éste chico odia las remeras? Siempre está así.

-Eva... te llamé un montón de veces, no me contestaste ni una llamada.

-Bueno, me voy yendo... chau chicos, ¡nos vemos!-Dijo Charo agarrando sus cosas.

Lucas la saludó alegremente y la acompañó hasta la puerta. Ella me miró y le dijo algo a Lucas en el oído, lo que lo hizo sonreir. Cerró la puerta y se acercó a mí.

Se quedó mirándome fijamente.

-Sólo vine para saber por qué me llamabas tanto.-Dije cortante.
-Quería que hablaramos sobre lo que pasó... yo... yo no tenía por qué decirte eso. Y yo entiendo que vos tengas...
-Es que no es mi novio. Benjamín es mi mejor amigo, de toda la vida.-Dije sin dar vueltas. Que diga lo que tenga que decir y listo.-Y no me parece que vos, apenas conociéndome me trates así. No sabes casi nada de mí.

Se sentó en el sillón, avergonzado, sin saber qué decir.

-Es que yo... yo pensé que podíamos empezar a conocernos para ser algo más... y pensé que... perdón.-Dijo, sin encontrar las palabras; aunque yo lo había entendido.-Me desilucionó llegar a pensar que vos eras así y por eso pasó lo que pasó. Pero ahora me doy cuanta que soy un imbécil.

-Te entiendo...-Dije analizando todo lo que había dicho y midiendo mis palabras.-Yo también pensé que podíamos llegar a conocernos más, pero tenés que confiar en mí. No soy ese tipo de chica que está con cualquiera, y menos con dos a la vez.

Reímos.

-Entonces, ¿todo bien?-Preguntó.

-Sí. Todo bien.-Dije.

Ambos nos miramos.

-Entonces... ¿te parece si seguimos saliendo?-Preguntó, levantando las cejas.

Yo asentí con la cabeza.

-Bueno... ¿querés hacer algo o...?

-Dale. ¿Qué hacemos?

Confía en mí (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora