Capítulo XXXVII: Miseria.

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— ¡Shawn! ¡¿Qué haces?! —Le grité.

— Lo siento, Willow, pero si mi tío dice que eres una amenaza para nosotros, no puedo dejarte ir.

— ¡SHAWN SUÉLTAME!

Me sostuvo más fuerte.

— Eso es sobrino, eso es. —Sonrió Rickman.

— ¡Oh por Dios Rickman! ¡Él es un buen chico! —Salió a decir la madre de Shawn.— Es el pretendiente de Shawn.

Rickman me vio y sonrió. — Entonces no te trataremos mal... Solo quiero que me digas tu nombre...

— Willow Creswel.

— ¿Tienes las llaves?

— No sé de qué hablas.

Me golpeó fuertemente, no supe más de mí, todo se volvió blanco.

—NARRADO POR WILLIAM CRESWEL.—

Se me hace raro que Willow aún no haya llegado a casa, son casi las once de la mañana; Halsey, Alessia y James le han llamado un montón de veces, pero él no contesta.

— Puede que Willow esté junto a Shawn. —Murmuró Alessia, con una cara pícara.

— Están juntos. —Afirmo.

— No, no me refiero a eso, me refiero a qu...

— Ya, calla, Alessia. —Rodé los ojos.

Halsey suspira. — Dejémosle quieto.

Mi teléfono sonó.

Tenía la esperanza de que se tratara de Willow, pero no fue así.

En la pantalla de mi celular brillaba la palabra "Psiquiátrico", lo cual me sorprendió mucho, son las 10:58AM, debe ser que a la madre de Willow se le han gastado los medicamentos. Tomé el teléfono y atendí la llamada.

— ¿Si? —Murmuré.

— Buenos días, le habla la directora del "Psiquiátrico Lenskai", le llamamos para comunicarle que la paciente cuyo nombre es Winona de Creswel, ha escapado del psiquiátrico hace unas horas, aún hemos indagado cómo pudo salir, pero no tenemos respuestas.

«No puede ser»

Mi esposa se había escapado del psiquiátrico, y nadie tenía idea de cómo, pero lo que me preocupa es... ¿Adónde se dirige?

—NARRADO POR WILLOW.—

El dolor de cabeza me estaba matando, abrí mis ojos y no había luz que me permitiese ver a donde me encontraba. No sé qué fue exactamente lo que pasó, pero sí que Rickman y Shawn tienen un parentesco. Sentí que en mi cuello estaba una especie de collar, utilicé mi tacto y me di cuenta que estaba una cadena, parezco un perro, amarrado para que no muerda a nadie.

Escuché cómo una puerta se abría, y mostraba un poco de luz, dejándome apreciar el sótano del bosque, donde Carter me trajo el día que murió.

Recuerdo de Willow Creswel.

— Willow, ven aquí. —Me pidió, y yo le seguí.

Había una puerta oculta, una extraña y vieja puerta oculta entre la frondosidad del bosque.

¿Qué?

Eso no pinta nada bueno.

Carter abrió la puerta.

La Adolescencia de Willow CreswelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora