Recordando el pasado

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Me separé por falta de aire, miré sorprendida a Jason y al mismo tiempo confundida.
—¿Fue tu primer beso?—sonrojada asentí, a lo que él solamente rió como si no fuera nada. No entendía lo que había pasado, sinceramente solo quería salir corriendo y no aparecer nunca más. Pero era imposible, si salía corriendo no solo quedaría patética, además ganaría rumores sobre mí y sobre Jason.

Por suerte él fue llamado por uno de los profesores, y suspiré, dejando ir el aire que sin darme cuenta había estado reteniendo. No podía analizar con claridad... besé a Jason, el rubio rebelde repugnante. Oh vaya, tres R... sí, eso lo describiría bien...

—Tierra llamando a Alice—miré la mano de Daniela en mi cara y la miré algo alterada—ya nos vamos... Aparentemente, después de una gran charla con el director, se llegó al acuerdo que el colegio asumiría la responsabilidad. Vamos—dijo sonriente, algo en ella me incomodaba, Daniela es una buena persona, pero hay algo incómodo en ella. No sé si es su sonrisa, su sarcasmo, su hipocresía, no lo sé. Y no estoy segura de querer saberlo.

Me uní con las otras dos chicas en el autobús, Sarah se veía triste, Lucía solo jugaba con un mechón de su cabello mientras charlaban de algo. Cuando llegamos algo en la mirada de Lucía cambió, era oscura, sin sentimiento, solo frialdad. ¿Volví a hacer algo malo?

Subimos y nos sentamos en parejas, pero mi mente estaba en otra parte, solo podía pensar en el beso con Jason. Un mensaje de texto me llegó, pero no me interesaba verlo, solo podía pensar en la suavidad de sus labios... era tan... extraño...

—¡Alice!—salté en mi lugar y miré a todas partes, Sarah deslizó el dedo por mi nariz, viendo un chorro de sangre salir de ésta. Bajé corriendo del transporte para tener algo con qué limpiarlo

—Utiliza este pañuelo, de todos modos no lo usaré más—tomé el pañuelo sin saber o ver quién era y me lo coloqué en la nariz, agradecí con la cabeza y cerré los ojos. Era algo mareado todo... Alguna razón en específico, hace tiempo no me sangraba la nariz y la última vez...

"Tu nariz sangra pequeña, no despiertes a tu madre, descuida, papá se hará cargo de eso... mientras sigamos en lo que te gusta pequeña"

¡Alice! ¡despierta! ¡Una ambulancia!—Todo era... borroso, los recuerdos, las voces, ¿qué estaba sucediendo? ¿por qué escuchaba esa frase? "en lo que te gusta pequeña" ¿por qué me daba un sentimiento horrible esa voz?

No sabía donde estaba, no tenía en cuenta el tiempo... mi cuerpo era ligero, estaba flotando

"No hija, no hagas eso, ambos sabemos que te gusta, pronto tu nariz dejará de sangrar, concéntrate"

Desperté de golpe, mis ojos estaban llorosos, mis mejillas mojadas, me encontraba en una sala de hospital, con la bata amarrada a mi espalda, sin nada más que una vía en mi mano. A mi lado estaba mi tía dormida.

—¿Qué hora es?—pregunté, ella saltó de su posición y me miró, no entendía mucho que había sucedido.

—Haz estado inconsciente durante dos días y medio, aparentemente tuviste una laguna en tu cerebro, o algo así, no memoricé lo que tu médico dijo. En fin, tu madre viene en camino—comentó, mis oídos aturdidos y mi vista borrosa. No entendía nada, mi nariz solamente estaba sangrando, no era para tanto... Pero las extrañas e incompletas memorias me atacaban, no recordaba del todo la situación o el escenario. Era oscuro como para poder ver, no tenía recuerdos de la voz, ahora solo era la mía repitiendo las mismas palabras. ¿Debía preocuparme de algo?

El médico entró a la habitación junto con mi madre, quién me abrazó fuertemente, el doctor me miró con una sonrisa compasiva y comenzó a anotar unas cosas antes de abrir la boca

—Tuviste una laguna, ¿recuerdas tu infancia o algo así?—negué con la cabeza—Tal vez el sangrado nasal haya hecho que recordaras algo de lo cual se había bloqueado por protección y por eso reaccionaste a la manera en que lo hiciste—comentó dudoso, después de unas palabras más salió por donde había entrado. No entendía mucho, pero un ardor en mi garganta y un nudo en mi pecho me decía que algo andaba mal.

Respiré profundo y cerré los ojos. No se podía quedar nadie en la habitación para pasar la noche, por lo que tomé una de las hojas y un lapicero de un doctor que pasaba por allí y comencé a escribir los fragmentos que llegaban a mi cerebro, a mi memoria. Incluido el sueño que desde hacía años tenía. El sueño de esa niña que no me quería como amiga...

Estaba estresada, no sabía cual iba primero, ¡no sabía cual era mi pasado en sí! ¿Qué sucedió? ¿de qué me perdí? ¿Por qué no recordaba nada de nada? ¡Necesitaba respuestas!
Cansada de pensar, bufé una vez más y cerré los ojos hasta quedar dormida, como si no hubiese dormido durante años, dormir y descansar. Eso era lo único que me importaba.

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Oscar en multimedia (Darren Criss)

YOLO; You Only Live OnceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora