¿Usaste Condón?

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Al día siguiente me encontraba en la tienda de acampar, con cobijas encima, seguía con la camiseta de Brandon, pero él no estaba a mi lado, sabía que durmió junto a mí por las sábanas desordenadas y la almohada extra. Salí de la tienda, acostumbrando mis ojos a la luz del sol que iluminaba el mar, el hermoso mar... Brandon caminaba con una bandeja llena de comida y me sonrió al verme, sabía que había ido a su casa para hacer el desayuno. Miré más allá de él y pude ver una casa gigantesca, era hermosa y parecía de película, pero la hermosura se fue cuando Brandon colocó mi plato frente mis narices, necesitaba comer, moría de hambre. 

Después de devorar el desayuno, le pedí a Brandon que me pasara mi ropa interior. Aunque estaba seca, se sentía diferente. Me quité la camiseta y caminé hacia el mar, pero esta vez unos grandes brazos me tomaron de la cintura y me colocaron en su hombro como costal de patatas, gritando en los hombros de Brandon y riendo a carcajadas ambos terminamos empapados por el agua salada, cristalina y ondulante.

  —Gracias Bran—dije abrazándolo

  —¿Bran?—dijo correspondiendo al abrazo

—Es un corte a tu nombre, pero no era mi intención decirlo, perfectamente puedo llamarte Brandon—dije algo nerviosa, a lo que recibí una carcajada del pelinegro.

—Cuando recoja todo lo del camping vayamos a mi casa, así podrás ducharte y tomar ropa de mi hermana—comentó sumergiéndose y atacando mis piernas con cosquillas.

Comenzamos a jugar en el agua hasta que Brandon chilló como una niñita

—¡Alice algo me violó!—lloriqueó, me sumergí y tomé lo que estaba rondando por ahí

  —Es solo una hoja Brandon—comenté burlona

Cuando cayó la tarde nos salimos un rato y guardamos las cosas, para caminar hacia la casa de Brandon, quién me invitó a pasar con una sonrisa. Era fresco y todo estaba en perfecto estado

—Aquí se suelen hacer las fiestas de vacaciones de verano, podrás ver... pero últimamente no las hemos hecho—miró las escaleras y ambos subimos, tenía bastantes puertas, entre ellas la habitación de Brandon, azul marino con negro y gris. Su cama estaba arreglada y tenía un armario y un baño propio, me llevó a otra habitación, una blanca con verde limón y rosa, era parecida a la de Brandon con la diferencia de que era más femenina, tenía más libros y un escritorio, además de que su cama estaba en otra posición diferente a la de Brandon. 

—¿Es la habitación de tu hermana?—pregunté viendo todos los detalles y objetos de la habitación, Brandon respondió y abrió el armario dejando ver muchas prendas de vestir

—Puedes usar la ropa que quieras, y en la mañana antes de que despertaras pasé por esto—me entregó una bolsa color café con rosa y "sexy" en el medio, la abrí y saqué un sostén y unas bragas de encaje, color negro con un lazo pequeño color celeste, realmente lindo ya que se veía muy inocente—Compré un sostén 32 B, espero esa sea tu talla de sostén y en las bragas no sabía cual elegir así que elegí la primera que fuera del mismo diseño al sostén... En fin, te dejo ducharte—dicho esto salió de la habitación y me dejó sola, tomé una toalla y me adentré a la ducha. Hacía calor así que utilicé agua fría.

Me lavé el cabello y me duché disfrutando del agua, una vez fuera tomé la ropa interior nueva y me la coloqué. El sostén me quedaba a la perfección, pues sí... adivinó mi talla y las bragas me quedaban bien, me coloqué un short negro rasgado, con una camiseta corta color celeste y unas sandalias, la hermana de Brandon y yo hacíamos talla a la perfección y eso me sorprendía. Aunque los zapatos me quedaban un poco grande. Cepillé mi cabello con mis dedos y me hice una trenza de medio lado, al salir un Brandon sin camiseta se estaba vistiendo mientras tarareaba una canción realmente vieja, pero era divertido escucharlo. Lo observé en silencio y pude notar que bajo las camisetas, lo que no había notado antes, era que Brandon tenía tatuajes, uno en la cadera que era casi ocultado por su bóxer y pantalón y otro en el pecho. ¿No los había visto antes? Era extraño pues cuando fuimos al mar no me fijé, tenía en los brazos, no sabía si tenía más tatuajes, pero era algo más que preguntarle. 

YOLO; You Only Live OnceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora