¡No me toques!

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Los días pasaron, no era nada fuera de lo común. Pero mis "vacaciones" terminaron, debía volver al instituto.

Subí nuevamente a mi habitación y me coloqué un jeans negro, con huecos en las piernas y una camiseta blanca, la cual dejaba ver mi abdomen, a pesar de que mi pantalón era de talle alto. Me hice el ruedo en los tobillos y me puse unos converse blancos, con un accesorio en mi tobillo derecho. Me coloqué una chaqueta de cuero negra, a decir verdad estaba muy "bad girl" 

Mi cabello terminó en una trenza de medio lado con algunos mechones sueltos dejando verla floja e imperfecta. Pero sinceramente me encantaba. Me puse unos lentes de sol y me coloqué un collar dorado, junto con un brazalete. 

Al salir de mi casa, mi madre se ofreció a llevarme, mi tía seguía dormida, así que no me dijo nada de mi atuendo.

Sarah se unió a nosotras y me miró con una sonrisa algo triste, parecía ser que la escuela era aburrida sin mí, según ella. 

Mi madre se despidió de nosotras una vez que llegamos y al bajar sentí una serie de cosas inexplicables. ¿Por qué él? ¿Por qué ella?

Lucía me miró con una sonrisa y luego volvió a ver a Daniela atragantarse con Jason al lado de las puertas del edificio. 

  —Llevan así desde hace media hora—dijo entre un suspiro frustrado. Miré a Daniela que abrió los ojos y cruzamos miradas, puedo admitir que yo no le agrado y me frustra no saber que hice mal. 

Cuando se separaron Jason me miró y su sonrisa arrogante y satisfecha se fue a la mierda, su rostro perdió el color y desde una distancia considerada pude notar sus músculos tensarse.

—¡Sarah!—Oscar corrió hacia nosotras y le entregó algo a Sarah, ella lo abrió. Aparentemente era una broma, ya que la caja envuelta era solo un pedazo de hueso de pollo. No olía para nada bien

—¿Qué soy? ¿un perro?—dijo algo molesta, Ericka pasó el brazo por los hombros del pelinegro, dejando su asquerosa fragancia

—Pues por tus deformes ojos, diría más que eres un bicho raro a un perro... pero sí, también sirves de mascota—¿Qué le sucedía a los chicos y a Daniela? 

—Escucha perra plástica—la empujé tomando fuertemente el cuello de su camisa, mirando amenazante—vuelves a decir algo así a Sarah o a una de mis amigas y te juro que te saco el plástico de tu estúpida operación por los oídos, ¿entendido?—la niñata comenzó a reír y se soltó de mi agarre.

Miró vacilante a Oscar y luego se tiró sobre mí, incrustando sus largas uñas en mi piel, rasguñando mi rostro.

—¡PELEA DE GATAS!—no me la podía quitar de encima, Jensen detuvo a Sarah y a Lucía de ayudarme, Daniela miraba al lado de Oscar. No podía ver a Jason, pero escuchaba su risa arrogante.

No aguanté más y aclaré mi garganta para escupir en su estúpida cara de zorra, mi mejilla sangraba y mi nariz también, junto con mi labio inferior. Cuando logré cambiar de posición y sentarme sobre ella para golpearla, sentí como dos brazos envolvían mi cintura, no pude impactar mi puño en su estúpido rostro pues Jason me estaba alzando, ella gritaba como loca, diciendo que yo la había atacado. Era increíble.

No sé por qué, ni en qué momento, pero Jason me llevó detrás del colegio, en una parte donde había un "pequeño bosque" alejado de todo.

—Suéltame—gruñí, pero él me acorraló contra la pared y capturó una de mis muñecas

—¿Estás enfadada por lo de Daniela?—preguntó acercando su rostro, nuestras narices se rozaban, podía sentir su respiración

—¿Por qué de estarlo? de todos modos no somos nada, y no eres buen besador... no estoy perdiendo nada importante. Si Daniela quiere tenerte pues que lo haga, tu a mí, no me haces falta. Así que deja libre el paso, debo ir a clases—dije impaciente

—¿Mal besador?—eliminó la distancia uniendo nuestros labios, me negué a devolver el beso, pero sentí su mano en mi cintura, acariciando la piel mostrada por la camiseta.

La imagen me cayó como una cubeta de agua helada, lo empujé, no podía respirar, tenía miedo y mis lágrimas corrían por mis mejillas, mi respiración era agitada y costosa, no sentía el aire llegar a mis pulmones, Jason se intentó acercar, pero lo aparté con un golpe en su rostro. Necesitaba respirar.

" —No digas nada pequeña, no llames a tu madre, sigamos con lo que te gusta—sus manos pasaban por mis desnudos muslos

  —¡MAMÁ! ¡DETENTE! ¡NO! ¡PAPÁ ESPERA!"


  —¡DETENTE! ¡NO ME TOQUES! ¡NO ME TOQUES! ¡PAPÁ DETENTE!—sus brazos estaban en mis hombros, me llamaba por mi nombre, todo se veía borroso, las lágrimas no dejaban de caer por mis mejillas. Cada recuerdo, cada tacto, todo era tan real, era como si mil agujas se clavaran en mi piel

—¡Alice! ¡soy yo! ¡Jason!—miré hacia arriba, pero era la cara de mi padre, ese hombre con tatuajes.

Se sentía frío, alejado, tenía miedo. Lo empujé con todas mis fuerzas y salí corriendo, entre los árboles altos que abrazaban el lugar. Tropecé y comencé a rodar cayendo cuesta abajo.

" No seamos más amigas, tu padre me hizo daño, tu eres igual a él

Alice ya no quiero ser tu amiga

Alice, Emma murió 

Alice quédate quieta, si te mueves dolerá mucho, pronto estaré dentro

Alice, no corras, Alice, yo maté a tu amiga, te hizo daño ¿no es así? 

Alice, tu madre no te ama

¿Tía? ¿por qué te acuestas con él? 

Papá me ha pegado Alice, pero todo está bien, solo ocúltate en el armario

Mamá no me dejes sola con papá

Yo sé que te gusta, haz silencio y abre las piernas"

Dejé de caer, estaba boca abajo, mi cuerpo tenía rasguños, estaba húmeda por el agua en el suelo de una lluvia reciente, con tierra en mi atuendo, mis lentes de sol en mi bolsillo de la chaqueta estaban rotos, al igual que la pantalla de mi celular. 

Hace frío, tengo miedo... Emma... papá... Emma... papá... Emma... papá... 

Recuerdos que no sabía que existían me atacaban, cada vez peores, otros dolorosos y otros sangrientos.

  —Alice—con debilidad me senté, miré los converse negros y el pantalón desgastado, subí más y vi a Brandon preocupado—necesitas ayuda—dijo levantándome en brazos y sacándome de allí.

— ¿Qué haces aquí? ¿cómo sabías donde estaba?— pregunté contra su pecho, su fragancia inundaba mi mente, solo podía pensar en el buen olor

—Seguí a Jason cuando te trajo aquí, y pues... supe que él no iría por ti al bosque... estaba buscándote, no sabía que habías caído tanto, debo decir que me cela que Jason te haya besado... pero ahora es importante tu salud—me acomodó en su motocicleta y me puso el casco, se sentó atrás mío y me abrazó para comenzar a conducir.


—Me niego a entrar—comenté viendo las puertas del edificio

—Son los únicos que te pueden ayudar—dijo con una sonrisa triste

—¿Me estás diciendo loca? ¿Crees que estoy enferma? ¿Por eso me meterás a un manicomio? ¿es otro de sus estúpidos planes?—Brandon se bajó de las dos ruedas, y tomó mi mano para obligarme a entrar. Pedimos cita y una chica bastante joven, al menos entre los 20 y 30.

—Esperaré aquí, por favor toma todo el tiempo que necesites—asentí nerviosa y me adentré al consultorio, viendo por la puerta a un Brandon coqueto, inseguro e impaciente.

¿Qué pretendían estos chicos?

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Jensen en multimedia (Dylan O'Brien) 


YOLO; You Only Live OnceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora