CAPÍTULO 24

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CONSTANS.



























El asombro que me muestra ahora el rostro de Jess sólo logra ponerme más nerviosa de lo que ya estaba. No me gusta  cuando se queda tan callada, no me gusta sentir esta tensión que se ha creado por su silencio. Luce tan sorprendida ahora, parece que ni siquiera respira, sólo se mantiene ahí sentada frente a mí, quieta y con sus ojos perdidos en la nada.

Ahora, al darme cuenta de cuánto le ha afectado también enterarse de esto... me siento más preocupada e inevitablemente siento el asunto ya más serio y grave.

Mis puños se aprietan encima de mi regazo, mientras trato de soportar a la ansiedad que empieza a torturarme en mis adentros.

¡Necesito que diga algo!

—¡No te quedes así! ¡Ya habla!

—Es que yo... no, no pue...— hubiese preferido mil veces no haber escuchado el tartamudeo. Tomo una respiración profunda y después la veo a ella negar con la cabeza, antes de decir—;¿Cuándo descubriste que en realidad Christopher es ese pequeño que buscaste hace diez años?

Trago grueso, sintiendo cómo mis manos empiezan a temblar. Permanezco unos segundos en silencio, para tratar de encontrar el valor para enfrentar este tema de nuevo. Me había prometido que ya no hablaría de eso, ni siquiera conmigo misma.

Soy una cobarde. El sentimiento de culpa que quedó en mí por lo que hice... me tortura más de lo que ya lo hace cuando regresan los recuerdos de ese horrible día a mi cabeza, pero sé que es lo mínimo que merezco.

Es un infierno...

Porque también me recuerda lo que hice con mi hermanito Sam...

<<Tú los mataste... ¡Tú los mataste!>>

Jess me mira expectante desde su lugar. Agradezco en mis adentros que no haya dicho algo más para presionarme a hablar.

—Y-yo me acabo de enterar.  N-no tenía ni idea de que él...— hago una pausa para tomar otra respiración profunda, porque me he escuchado peor que ella.

La fotografía que ví de su hermano... fue un detonante que ha despertado a varias emociones en mí, y sentir todo eso  me ha hecho darme cuenta de toda la mierda en la que estamos envueltos. La extraña visión que compartimos la última vez que estuvimos en el bosque... me ayudó a saber que ese niño al que siempre busqué...  en realidad se trataba de él, de Christopher, pero lo que pasó ayer con esa fotografía de su hermano... realmente me ha hecho pensar mucho las cosas respecto a él.

Era tan grande mi desesperación por encontrarlo ese día pero... ¿por qué?, ¿por qué fuí capaz de hacer toda esa masacre por él?, ¿por qué aún sigo sintiendo esta intriga por él? ¿Por qué no lo he podido dejar? ¿Por qué no puedo? ¿Volvería a matar a un inocente por él?

No tenía el valor antes para confesarle a Jess lo que descubrí, pero necesitaba hablarlo con alguien, ya no resisto sola soportar esto dentro de mí. Además... Jess conoce al derecho y al revés la historia de lo que pasó con esos niños. La historia de mi más grande error...

—¿Pero... cómo?— sólo niego, encogiéndome de hombros. Luce más sorprendida y preocupada, pero bueno, yo no la puedo culpar.  Ninguna de las dos nos esperábamos esta jodida sorpresa por parte del angelito, parece que nunca dejará de sorprenderme, esto ya es bastante extraño.

No quería decirle todo lo que ví en esa visión que tuve al igual que el angelito hace semanas, pero esto quema por dentro, no lo he podido despegar de mi cabeza, tampoco he podido borrar la imagen desgarradora de los ojos cristalinos que tenía Chris cuando me contaba lo que había ocurrido con su hermano. Me afectó tanto verlo así, jamás creí sentirme tan culpable. Siento que estallaré en mil pedazos por todos los sentimientos encontrados que últimamente me atenazan el corazón.

✔️ LA LUZ DE LAMIA  (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora