— Así es. Destruir Konoha es nuestro único objetivo. Estoy consciente de tus habilidades, es por eso que decidí agregarte a mí equipo.
— ¿Te has vuelto loco? ¿¡Qué ganas con destruir la aldea!? ¡Es mí hogar!
— Después de todo, no lo entien—...
— Es nuestro hogar, Sasuke. Fuimos capaces de conocernos gracias a ese lugar, ¿y ahora piensas destruirlo? Es como si quisieras acabar con nuestros recuerdos. Piénsalo dos veces. Itachi no se sacrificó así mismo para nada. Él lo hizo para salvarte a ti y a la aldea. Si tú accedes a erradicarla sus deseos serán en vano y te llevará a convertirte en un jodido egoísta de cuarta.
Frunciste el ceño, con una mueca de molestia y enfado. Te quería tal y como eras, pero en ese momento, al parecer no te dabas cuenta de esos deseos que querías llevar a cabo.
— Sé que sabes lo mucho que te quiero y lo que haría por ti. Pero definitivamente, no pienso estar con una persona tan egoísta como tú en este momento.
Terminada mi oración, desaparecí, sin siquiera arrepentirme un poco de lo que había dicho anteriormente.
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