— Sasuke, quieres conseguir más poder, ¿no? —Te pregunté repentinamente y con cuidado. Mis ojos no tenían algún punto de vista exacto, sólo me dejaba llevar por el oscuro ambiente que había en el momento. Moví un poco me cabeza para alcanzar a verte a mi lado y tal como imaginaba, asentiste con la cabeza, sin producir ruido alguno. Sonreí —. ¿Puedo darte una parte del mío? —cuestioné.
Confundido, tus ojos azabaches se posaron en mí y antes de que pudieras responder a mi pregunta, posé una de mis manos en tu hombro, acercándome a tu fino rostro y sin más, deposité un beso en tu mejilla. Pude sentir cómo mis labios hicieron roce por lo menos por un segundo en tu piel. Era del todo suave y delicada.
Tomé mi postura anterior sin alejar mi mirada de la tuya, la cual ahora se encontraba desconcertada y a su vez, sorprendida. Cuando menos me lo esperaba, pude divisar por la luz de la luna un suave y leve rubor que adornaba tus mejillas. Mi corazón empezó a acelerarse.
— Sasu—
Sin poder agregar algo más, desapareciste de mi vista, desvaneciéndote de un momento a otro.
Sin embargo, no me sentí mal ni humillada. Solamente empecé a reirme al enterarme de tu forma de evitar un momento vergonzoso. Bien pensado.