Tu voz me hizo dar un respingo, haciéndome soltar las cosas que sostenía con mis manos. Me encogí de hombros y formé una mueca, mostrando cierta indiferencia ante aquella pregunta.
— ¿Ni siquiera vas a contestar?
— Hace poco te dije que iba a irme a la aldea. Dudo que lo recuerdes siquiera.
— ¿Con permiso de quién? —Eso último provocó que soltara una risa. Mi humor cambió de la nada.
— ¿Acaso necesito pedirle permiso, Sasuke-Sama? —Cuestioné con burla, como solía hacerlo en los viejos tiempos.
La atmósfera del momento cambió en un instante, de seguro andaba de buenas como para actuar de esa manera.
Sin embargo, aquella sonrisa en mi rostro desapareció cuando te acercaste a mi, acortando distancia entre ambos rostros y dejándolos solos a unos cuantos milímetros de separado, con esa penetrante mirada tuya consumiéndome.
— Puedes irte si así lo deseas —Murmuró esta vez—, pero no te irás sin despedirte.
— Entonces, simplemente te digo adiós y punto, ¿qué tanto puedo decir?
— Nos veremos la próxima vez, fracasada.
Y el poder más grande de los Uchiha se hizo presente, porque después de esas palabras, sólo recibí un 'tap' en mi frente como forma de despedida.
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