capitulo 21

9 2 0
                                    


CAPÍTULO 21

Amanda

-Esto es increíble- comenté emocionada viendo a cientos de personas luchando y entrenando.

-Así es, y cuando quieras vas a poder empezar.-

-Ya, me parece que es una buena idea.-

Felicia me miro con gracia. Mi corazón palpitaba contento y la emoción que sentía era imposible de ocultar.

Ella levantó la mano y dijo en voz alta algo así como "hectelius pronuevos".

-¿Que significa eso?-

-Es algo así como traigan las armas hay una nueva habitante- Me asuste y felicia pareció entenderlo por eso aclaró. -Nadie te va a atacar, solo te van a mostrar los diferentes equipos.-

De repente muchos dejaron de hacer lo que hacían y personas que estaban paradas rectamente mirando a lo que imaginé eran sus alumnos, repetían lo que felicia había dicho mientras señalaban a dónde debían dirigirse.

Una chica alta, morena de piel y pelo corto de un lado y rapado del otro, camino firme hacia dónde nos encontrábamos. Detrás de ella vino un chico que parecía tener 20 años, colorado fornido y serio, se acercó y se puso a la derecha de la chica anterior.

Después de ellos vinieron 5 personas más. Todos eran rectos, fuertes y me atrevería a decir intimidantes, pero aun así daban tanta confianza que uno se sentiría seguro detrás sin siquiera conocerlos.

-Acartel ermendus- dijo felicia. Y al terminar sus palabras las 7 personas delante nuestro se pusieron en posición de ataque. Pude notar que alrededor, todos había parado de hacer lo que estaban haciendo para prestar atención a está especie de acto.

Felicia me miró sonriente, y pude notar que algo increíble se aproximaba.

-Ermendus bastelius- Y una chica con un bastón de plata del largo de su altura, por lo menos 1,70 m dio un paso al frente e hizo una reverencia.

-Ermendus etilus- Y un chico con un arco y flechas a su espalda dio un paso a la misma altura pero tres personas a la derecha. Hizo la misma reverencia hacia nosotras.

-Acartel ermendus- Repitio felicia, y acto seguido, con una coordinación perfecta los dos dieron media vuelta se hicieron una reverencia y se pusieron en posición de ataque, ahora con sus respectivas armas.

Bitergra!- exclamó felicia, y al instante me sorprendí, porque los dos se pusieron a pelear.

Él tiraba flechas a sus pies, y ella las esquivaba, y cuando atacaba él usaba su arco para defenderse. Noté que uno de sus tiros fue correcto y la venda, y nada más que la venda, que ella tenía perfectamente ajustada a su pie como si fuera una media, quedó flechada al piso, con tanta fuerza que ella no fue capaz de desprenderse, y peleó con un pie enganchado. Aun así, no dio brazo a torcer. Había una especie de área invisible de la que ellos no podían salir, y el chico se veía obligado a dejar de lado sus flechas y combatir con su arco en contra del bastón, lo cual le dio ventaja a ella.

La batalla se veía tan interesante pero estaba tan pareja que no se sabía si quien podria ganar.

-Bitegra esposta- Los combatientes e instantáneamente pararon, se pusieron derechos y, con ayuda de el chico del arco para sacar la flecha , volvieron a sus lugares iniciales junto a sus otros compañeros.

Lo mismo sucedió después con una chica que tenía una espada impecable y admirable del tamaño de su brazo, contra una chica con una lanza, parecida al bastón pero con una punta brillante. La batalla fue pareja y admirable, ninguna dio el brazo a torcer.

DaimondiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora