Capitulo 13

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"Labor de convencimiento"

Jason tenía un enorme debate interno. No sabía que hacer ante lo tensa de la situación, lo mas sensato era escuchar a Rylee y mantenerse al margen del asunto, pero esta estaba pintándose de un color tétrico y peligroso.

Las miradas de la pareja frente a ellos, eran por mucho demasiado afiladas y no parecían querer ceder ante nada. 

El hijo de Júpiter sabía perfectamente que el moreno no iba a detenerse bajo ningún concepto y dudaba que la ojiambar lograra algo.

Lo único que no le quedaba claro era, ¿por qué lo llamaban monstruo y qué tipo de relación tenía con la bailarina?

— Entonces, aún te importa ¿cierto?— acusó Sean con el ceño fruncido y una mueca dolida.

— No, pero lo que quiero evitar es que cometas una estupidez, que después tendré que resolver yo misma.— señaló la joven, sin ablandar su expresión.

— ¿Te parece una estupidez que intente protegerte y me preocupe por ti?

— En parte, sí. Sabes que puedo cuidarme muy bien sola, pero no me molesta que veas por mi bienestar, solo eso.— el cariño acarició sus palabras.

— Si es así, ¿por qué no me dejas hacerlo?, bien podemos hablarlo después.

— Como le dije a Valentino, yo no soy la razón de este aquí. Por eso tienes que escucharme.— el chico pareció pensárselo unos segundos, miró sobre su hombro, echándole un vistazo a todos, deteniéndose en Emma y Sara.

— Espero que tengas un muy buen labor de convencimiento Verner, por que de otro modo a ninguno de los dos, nos gustara como terminaremos.— se aparto lentamente de ella y gesticulo con su mano en dirección a las escaleras.

La ojiambar camino a paso decidido y subió seguida de cerca por el moreno, dejando a los otros en silencio.

— ¿Creen que sea buena idea dejarlos solos?— preguntó Piper con nerviosismo.

— Nunca es buena idea dejarlos solos, pero ninguno de los dos dejara que interfiramos.— contestó Sara algo tensa.

— ¿Por qué diablos reacciono de esa manera?— inquirió con enfado Percy, quien miraba con determinación las gradas hacia el siguiente piso.

— Si te soy sincera, no estoy segura. Jamas se habían hablado como lo hicieron. Claro que suelen discutir, pero no habían llegado al punto de amenazarse de esa manera.— explicó, dándole una mirada a la pelirroja y tomando su mano, ante su evidente preocupación.— Tendremos que esperar, hasta que vuelvan.

— ¡Ya esperamos mucho a la princesita!— espetó Clarisse. Emma ante sus palabras, se acerco a la castaña y se detuvo a pocos centímetros de ella.

— Pues eres libre de largarte, justo por donde viniste. Por que nosotras de aquí no nos moveremos si no es con Rylee. ¿Te quedo claro o quieres que te lo explique?— extrañamente la dulce y fina voz de la pequeña, se había vuelto dura y ronca, demostrando su enfado y enfatizandolo sin problema, sorprendiendo a los semidioses, pues hasta el momento se había mostrado tranquila y amable.

La hija de Ares, se hizo a un lado algo reacia y emitiendo un bufido de irritación, cruzándose de brazos y colocándose lejos de los demás. Manteniendo un silencio incomodo e inquietante durante unos minutos, comenzaron a moverse vacilantes alrededor de los vehículos ya preparados. 

Behind The Armor (Nico Di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora