Capitulo 14

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"Duchas frías"

Para el amanecer Jason ya se había encargado de tener todo listo antes de partir, cosa que le costo lo suyo, al intentar despertar al percebe con el que había compartido habitación.

Tras asegurarse de que no volvería a dormirse el azabache, tomo sus cosas de higiene personal, ropa limpia y bajo las escaleras del tercer piso, siguiendo las indicaciones que Rylee le había dado antes de irse a la cama de mano de Sean, cosa que le hizo casi imposible la tarea de dormir.

Cruzo el segundo piso deteniéndose en dos puertas de color negro, curiosamente solo tenias que leer los nombres pintados con colores en dichas entradas para darte cuenta cual era de hombres y cual de mujeres.

Abriendo la de los chicos, de no haber sido por sus reflejos, habría chocado de lleno con Nico, quien salía ya duchado y vestido.

- ¡Por Zeus, Di Angelo. Casi me matas de un susto!- espetó dramáticamente, con la mano en el pecho.

- Ja, ja, que risa, Grace. De haber estado atento a lo que hacías, habrías escuchado que tire unas botellas hace unos segundos.- replicó serio.- Como sea, date prisa. Esa chica, la dueña del lugar, salió por el desayuno hace ya un rato.

- ¿Cómo lo sabes?- pregunto con extrañeza.

- ¿Eso importa?- el rubio alzo una ceja en respuesta.- La vi antes de que entrara a ducharme, escuche un motor encenderse y la cochera abrirse, ¿contento?- refutó exasperado.

- ¡Relájate, compañero! Solo decía, no te esponjes.- agrego divertido y levantando las manos en rendición. El ojinegro no dijo nada mas y se alejo del romano, mientras este entraba a las duchas.

Por supuesto, el hijo de Hades no iba a decirle a Jason que no pudo dormir en toda la maldita noche, por una estupidez. Pues dicha estupidez, era aquella que había visto desde el enorme balcón donde paso al menos dos horas, (escuchando el oleaje de la playa frente al lugar y viendo las estrellas) caminar de un lado a otro en la cocina, revisando los estantes y la alacena, para después detenerse unos segundos en su lugar inmóvil, miro sobre su hombro y dando media vuelta bajo hasta la planta baja del lugar.

El azabache, que se creía descubierto, soltó el aire que no supo que retenía y echando un vistazo hacía abajo, vio un coche salir del edificio para después perderse carretera abajo. Se reprendió una y otra vez que era estúpido pensar tanto en esa chica, o lo que él creía, tener mucha curiosidad hacía ella.

Vamos, había personas mas interesantes que la bailarina, mas bonitas o mas inteligentes, se decía a si mismo. Claro que en ese momento no recordaba ninguna, pero podía ju... prometer que las había.

Harto de su pelea interna, decidió que lo mejor sería tomar una ducha fría y así aligerar sus pensamientos un poco. Por un efímero instante creyó conseguirlo, ya que para su desgracia no contaba con que dicha joven, ya estaba de regreso y cocinando algo que empezaba a oler delicioso.

Extrañamente, al fondo escucho una canción bastante antigua pero que reconocía "Stand by me", aún más extraño la joven la tarareaba suavemente y la bailaba en su sitió, dándole un toque de tranquilidad a la escena a la que se vio arrastrado sin poder evitarlo.

En el momento que la canción termino e inicio otra mas lenta pero moderna, la joven siguió bailando, tornando sus movimientos mas lentos y suaves, un vaivén provocativo. Eso lo hizo congelarse en su lugar, sin saber por que, o al menos no quería pensar en ello. Casi sin saber que hacer, pues quien iba a imaginar que justo él, estaría en dicha situación y lo mas raro: CON UNA MUJER, hasta donde sabía, no tenía ese tipo de gustos.

Behind The Armor (Nico Di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora