Miércoles, 11 de enero de 2017
Llego a casa a las 14:45 y me pongo a calentar lo que mi padre me cocinó antes de irse a dormir. Al acabar me subo a mi habitación para relajarme y dibujar un poco. A veces, cuando estoy escuchando música me dan muchas ganas de aprender a tocar el piano o la guitarra y componer cosas, pero no creo ser capaz de saber hacerlo.
Sin darme cuenta ya se han hecho las siete de la tarde por lo que decido arreglarme un poco e irme al parque de la urbanización y así ver a Álvaro y a Aroa que imagino que ya estarán.
- Álvaro – digo llegando a la mesa - ¿Dónde está Aroa? – raro que no esté.
- No tengo ni idea, pensaba que estaría contigo en tu casa. Quizás se ha entretenido con la lluvia – eso ya no es tan raro.
Nos sentamos en la mesa que tiene una especie de toldo y nos quedamos esperando a que llegue Aroa. Mientras tanto, Álvaro me cuenta su día, que en pocas palabras se resume en exámenes y muchos ejercicios.
Por fin llega Aroa que, al preguntarle sobre su tardanza, efectivamente, nos confiesa que fue porque se entretuvo con la lluvia. Debido a ello decidimos quedarnos en el parque en lugar de irnos al centro del pueblo como habíamos acordado en un principio. Aunque como no tenemos mucho que hacer hoy, voy a ir a coger mi altavoz portátil y poner algo de música.
Llegando a mi porche veo que aquella chica del domingo está saliendo de su casa. Al verme me sonríe y yo, nerviosa por completo, le devuelvo la sonría y de seguido entro a mi casa.
Una vez con el altavoz en la mano, salgo y vuelvo a la mesa. Me siento en frente de Aroa y Álvaro para poder hablar con ellos más cómodamente. Aroa conecta vía Bluethoot su móvil al altavoz y pone una playlist de reggaetón y pop.
- Hola, chicos – no me suena la voz.
Alzo la mirada y veo dos torsos. ¡La chica del domingo! Y un... ¿chico?
Álvaro saluda y después Aroa. Yo me quedo en blanco de tenerla tan cerca. Es verdaderamente preciosa, me tiene obnubilada.
- Soy Cristina, la nueva vecina. Nos mudamos hace tres días, mis padres, mi hermana y yo – sonríe y se sienta a mi lado.
Ay, no. Estoy temblando de los nervios y de la vergüenza. Por otra parte, su voz es tan dulce... Y su sonrisa es tan bonita y contagiosa...
- Y, ¿de dónde venís? – pregunta Álvaro.
Aroa me está mirando fijamente. Parece que trata de decirme algo, pero con los nervios que tengo no soy capaz de concentrarme. Trato de tranquilizarme y evitar que se den cuenta de mi estado.
Cristina nos está contando que vivían en la ciudad, pero por temas del trabajo de su madre han tenido que mudarse al pueblo. Su hermana al principio no estaba de acuerdo con esa decisión, ya que cambiar de colegio no le hacía demasiada ilusión.
Sin embargo, a Cristina no le ha afectado mucho, pues no ha necesitado cambiarse de instituto y podrá terminar el bachillerato en el mismo centro en dónde empezó.
- Oye, ¿y tú quién eres? – vuelve a preguntar Álvaro.
- Ah, yo soy Carlos, el novio de Cristina – sonríe.
Algo en mi pecho se acaba de romper, noto la presión. Ilusa de mí, que pensé que sería algún familiar suyo.
Álvaro y Aroa me miran fijamente, se han dado cuenta de que estoy mal. Cristina sigue sus miradas hasta que da conmigo. Quiero llorar y no entiendo por qué, si no la conozco de nada. Sin embargo, hay algo en mí que me hace sentir distinta cada vez que la veo y ahora que la tengo tan cerca lo tengo demasiado intensificado. Siento como si se me fuese a salir el corazón de lo rápido que bombea. Pero bueno, tampoco voy a darle mucha importancia, además de tener pareja durante más de 6 años, también es mayor de edad y actualmente me saca unos 4 años. De todas formas, no ha mencionado nada de que le hayan llegado a gustar o atraer las mujeres, así que, más puntos en mi contra.
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Enamorada de mi vecina ⇝COMPLETA Y TERMINADA⇜
Novela JuvenilTras una mudanza inesperada en el vecindario de Lara, su vida da un giro y lo que antes eran fiestas y tranquilidad se acaba tornando en un cúmulo de discusiones, amenazas y daños, ya que, sin saber la razón, su nueva vecina, Loli, le prohíbe termin...