Mates, 20 de noviembre de 2018
Hoy Cristina y yo hacemos un año desde que empezamos. Este año ha pasado rapidísimo debido a que todo ha ido bien, no ha habido ningún problema con nadie, los días transcurrían con total normalidad y en parte ha sido todo de una forma muy rutinaria. Eso sí, a finales de septiembre me saqué por fin el carnet de conducir de la moto. Gracias a ello he empezado a trabajar con mi tía en el bar que abrió hace unos meses y de vez en cuando también le ayudaba a Loli con un par de recados. Con ello he podido ahorrar para la cita de hoy y también para los regalos de navidad.
Cristina no se espera nada hoy, pues salía tarde del trabajo y supuestamente, decidimos aplazarlo hasta este sábado. En un principio era así, sin embargo, Loli y Jesús me comentaron que tenían que irse a un viaje de trabajo y que se llevaban a Talía para que viese a una amiga que tiene a distancia. Eso me dio una maravillosa idea y les supliqué que no le contasen nada a Cristina para darle una sorpresa.
Acabo de llegar a su casa, nada más entrar, se despiden de mi Talía y sus padres y me dejan con la casa a solas. Tengo 4 horas para prepararlo todo, voy a esconderle un par de regalos por la cocina, salón y habitación. Una vez terminado me pongo manos a la obra para hacerle la cena. Voy a cocinar unos tallarines a la carbonara. Es la receta italiana original, donde con el propio aceite del beicon voy mezclándolo con la pasta y además voy añadiendo queso rallado, huevos batidos y finalmente un toque de pimienta negra.
Aún faltan 2 horas para que llegue y yo ya no sé qué más hacer, estoy nerviosa porque no sé si le va a gustar la sorpresa. Creo que me pondré a ver algo en la televisión y cuando falte media hora encenderé unas cuantas velas por el salón y echaré pétalos en su habitación.
. . .
Escucho la puerta del porche cerrarse. Rápido apago la televisión y me quedo enfrente de la puerta principal. Introduce las llaves y abre.
- Pero, ¿y esto? – se sonroja y abre los ojos como platos totalmente asombrada.
- Sorpresa – sonrío – Feliz aniversario, amor – me abraza y luego me besa - ¿Tienes hambre?
- Sí, bastante – en su expresión se nota que está muy feliz – Muchas gracias, Lara – me vuelve a abrazar.
Nos dirigimos a la cocina, la mesa está decorada con velas y un ramo de rosas rojas. Me dispongo a calentar los tallarines a la carbonara y tras servirlo me siento en la silla que está enfrente de Cristina.
- Para poder vernos las caras puedes apartar el ramo – digo y ella asiente.
Tras hacerlo, una caja se cae. Lo tenía todo planeado. Me mira sonrojada y con una gran sonrisa. Le indico que la abra y acepta totalmente nerviosa. Es una cajita aterciopelada de color blanco y al abrirla hay dos pulseras de oro con nuestros nombres y nuestra fecha grabados. Nada más verlas Cristina se levanta y me llena la cara de besos.
- Son preciosas – me abraza – Muchas gracias, amor. ¿Me pones tú la pulsera? – asiento y lo hago.
- Ahora te toca a ti – hago una sonrisa pícara y orgullosa.
Coge de manera suave mi mano y me la abrocha. Nos besamos y nos disponemos a cenar. Mientras ella me cuenta su día, yo no dejo de pensar en que aún le quedan dos regalos más que para nada se espera. Por lo visto su día ha sido agotador. Cuando terminó las clases se fue a comer y posteriormente y sin casi descansar tuvo que entrar a trabajar. Por ahora está como camarera en un restaurante, no es el trabajo que le gustaría tener, pero es para poder conseguir dinero extra para caprichos y también para ayudar a sus padres. Hoy por lo visto hubo mucha gente y no ha podido descansar casi nada.
- Oye, Cristina – ya terminamos de cenar - ¿Puedes ir al salón y coger mi móvil? – cerca escondí el regalo – Creo que está por el sofá – asiente y mientras ella va yo me pongo a fregar los platos.
- ¿Qué es esto? – viene con el móvil y el regalo - ¿Otro regalo? – se sorprende.
Asiento y procede a abrirlo igual de ilusionada que una niña pequeña en navidad. Es un álbum de fotos donde cuenta un poco nuestra historia y las cosas que hemos ido haciendo este año. Lo mejor es que aún se pueden poner muchísimas más fotografías, por lo que podremos ir colocando juntas conforme hagamos más cosas.
Al terminar de fregar nos vamos a su habitación donde se vuelve a encontrar con otro regalo. El último...
- ¿Otro más? – está que no se lo cree – Y yo con tan sólo un regalo y con estas pintas...
- Es el último, lo prometo. Aun así, no me importa que me hagas uno, dos, tres o los que sean, con cualquier detalle me conformo – realmente sí, no lo digo para hacerle sentir bien, con un dibujito yo soy feliz – Y bueno, por las pintas... - carraspeo – Lo podemos arreglar en ducha y así nos ponemos las dos el pijama – sonríe – Dejemos este regalo para después... - asiente y nos vamos a la ducha juntas.
. . .
Nada más ducharnos y no ducharnos... Nos hemos puesto el pijama. Estamos nuevamente en su habitación, ahora sí, ve a abrir el último regalo. Son dos videojuegos que llevaba tiempo queriendo y pidiendo.
- Si quieres nos pasamos lo que queda de noche jugando – digo – Aunque si estás cansada podemos dejarlo para mañana mismo – lo bueno es que ha dado la casualidad de que mañana no trabaja, eso sí, tiene clases y creo que tiene que terminar un proyecto de la universidad.
- Bueno, hoy nos hemos enterado de que las dos primeras horas no tengo clases, así que no me importa ir a dormir una o dos horas más tarde – sonríe.
Deja los juegos en la mesita y se pone a buscar algo en el cajón del armario. Saca un paquete envuelto.
- Es tu regalo – sonríe y me lo entrega.
Tras abrirlo veo que son dos anillos con nuestros nombres grabado. Por poco y casi nos hacemos el mismo regalo... Lo colocaré en una cadena fina de acero inoxidable bañada en oro para así poder usarlo como collar, pues me gusta más y tengo menos peligro de perderlo.
. . .
Ya ha pasado un tiempo desde que nos pusimos a jugar y ya no aguantamos más, por lo que hemos decidido irnos ya a dormir.
ESTÁS LEYENDO
Enamorada de mi vecina ⇝COMPLETA Y TERMINADA⇜
Novela JuvenilTras una mudanza inesperada en el vecindario de Lara, su vida da un giro y lo que antes eran fiestas y tranquilidad se acaba tornando en un cúmulo de discusiones, amenazas y daños, ya que, sin saber la razón, su nueva vecina, Loli, le prohíbe termin...