Capítulo 09

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Viernes, 21 de julio de 2017

Ya han pasado poco más de 6 meses y el día 22 de mayo cumplí los 15 años. Todo este tiempo ha sido bastante movidito todo. Han seguido habiendo peleas con Loli, la madre de Cristina y yo, siempre he estado intentando ignorarla, aunque a veces no me podía controlar y caía en su juego. Al final, sí que hemos llegado unas cuantas veces a las manos.

Cada día que pasa siento que tengo menos posibilidades con Cristina, ya que efectivamente no he llegado a dejar de sentir por ella ni un solo día. Nos hemos llegado a cruzar alguna que otra vez y hemos hablado un poco, pero han sido unas dos frases y nada más, puesto que no era capaz de mediar más palabras.

Lo que más me sorprende, es que a pesar de las trifulcas que he tenido con su madre, ella siempre me ha saludado y hablado con mucho respeto y cariño. Eso, la verdad, es que no me ayudaba porque lo que hacía es que la empezase a querer un poco más cada día.

Hoy es el cumpleaños de Juanma y hemos decidido hacerlo en la piscina sobre las seis de la tarde y luego a las diez, que ya está cerrada la piscina, nos iremos a cenar al parque y más tarde nos iremos a la casa de Álvaro, aprovechando que sus padres se han ido a visitar unos familiares a Almería.

- Oye, Lara, vamos a llegar tarde, ya son las seis – dice Aroa con ganas de ir ya a la piscina.

- Voy, voy. Es que no me decidía entre qué bikini ponerme.

Antes de ayer tuve que ir a comprarme dos pares de bikinis puesto que estos 6 meses he llegado a adelgazar unos 25 kilos y todo me viene grande. Trato de renovar armario cada dos o tres meses, pero como sigo adelgazando, lo nuevo me vuelve a venir grande.

Ya en la piscina por fin, nos tiramos todos a la vez en "bomba" y empezamos a jugar a la pelota.

- Chsss... ¡Mayo! – me llama Álvaro y me señala con la mirada hacia la puerta de la piscina que da justo a mis espaldas.

Me giro y ahí está Cristina y su hermana Talía. Siempre tan alegre, con esa sonrisa que cada día en lugar de acostumbrarme a ella me deja más hipnotizada. Yo no sé desde su perspectiva, cómo me veré, pero da igual el día o el momento que siempre me quedo embobada unos segundos admirando su belleza.

- ¡Hola, chicos! – saluda Cristina mientras me mira con una sonrisa de oreja a oreja y todos le saludan menos yo.

- ¿Jugáis? – les pregunta Andrea y ellas aceptan.

Me da, extremadamente, vergüenza, pero tampoco puedo arruinar la tarde del resto por mi culpa. También es verdad que me da miedo que su madre me diga algo, pero yo no les he obligado, así que, sería problema suyo y no mío.

. . .

Ya son las diez de la noche, Cristina y Talía se fueron hace poco más de una hora. La piscina ya ha cerrado y nosotros nos encontramos en casa de Álvaro secándonos y poniéndonos ropa seca.

Una vez todos listos, vamos preparando la cena y sacándola al parque para cenar con algo de aire fresquito y estaremos hasta las doce, luego entraremos nuevamente a casa de Álvaro para no molestar a los vecinos con los gritos. Y es que, por lo visto ahora tengo a algunos vecinos en mi contra, pues parece ser que Loli se ha encargado de difamar sobre mi vida y mi persona. Trato de llevarlo como puedo, pero si es verdad, que todos tenemos días malos y somos más susceptibles... Y acabo saltando y discutiendo con ella. Yo estoy harta y a veces no puedo más ni conmigo misma. He tenido semanas de no salir de casa en todo el día para relajarme y componer alguna que otra canción. Debo añadir que por mi cumpleaños me regalaron una guitarra negra y cuando me encuentro mal me encierro y me pongo a tocar alguno de los dos instrumentos o a escribir como he estado haciendo siempre, lo bonito de ahora es que ahora les puedo dar musicalidad a lo que antes sólo eran textos.

Enamorada de mi vecina ⇝COMPLETA Y TERMINADA⇜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora