Capítulo 25

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Domingo, 27 de enero de 2019

Ayer estuve todo el día con Cristina, al despertar me bajé a la cocina y le hice el desayuno. Me costó subir la bandeja por las escaleras tan inestables del desván, pero cada vez tengo más práctica, al menos no se me derramó la leche. Al despertarla desayunó mientras yo me echaba una partida al FIFA y luego echamos una partida una contra otra. Le dejo marcar goles, pero nunca ganar. Se lo toma bien y a mí me encanta cuando pone cara de niña pequeña indignada por perder. Es rutina hacer lo mismo todas las mañanas cada vez que nos despertamos juntas en mi casa. Después del partido decido poner música lenta y poco a poco la voy besando por diferentes partes del cuerpo.

Finalmente, nuestros cuerpos se vuelven a fusionar y en un último gemido caigo rendida encima suya.

Después se dio una ducha mientras que yo recogía el desván, al bajar y cerrar la trampilla con su respectiva cerradura me la encontré paseando por el pasillo completamente desnuda y me fue inevitable comérmela con la mirada. Ha pasado tanto tiempo, que mi casa es la suya y su casa es la mía.

Una vez vestidas y preparadas nos subimos a su coche y nos fuimos al centro comercial. Fuimos de tienda en tienda, la única que se compró ropa fue ella, entre mis aficiones no está el ir de compras, pero es algo que a ella le hace feliz así que muchas veces planeamos estas salidas. Después de comprar, nos fuimos a comer y al terminar vimos una película en el cine.

Posteriormente, nos fuimos a Murcia centro y dimos unas cuantas vueltas. A las siete nos sentamos en un bar y nos tomamos las dos una taza de chocolate caliente. Después me llevó a mi casa y nos despedimos.

. . .

Ahora mismo estamos en el aeropuerto Talía, Cristina, mis padres, los suyos, y yo esperando a que sea la hora del vuelo.

- Oye, amor – me habla Cristina.

- Dime – digo algo desanimada.

- Pase lo que pase me gustaría que escribieses nuestra historia.

- Te prometo escribirla – suspiro – Aunque en el momento de hacerlo ya no estemos juntas y tú me hayas olvidado. Prometo hacerlo, Cristina.

- ¿Eres tonta? – se ha molestado – Nunca me olvidaría de ti y, además, seguro que tendrá un final feliz – me pega suave y sonríe.

- Pues nos va a tocar luchar para que sea así, amor. Tengo mucho miedo... - al final voy a llorar.

- Ey... - me abraza – Todo estará bien, ¿vale? – me besa.

Anuncian por el megáfono que el vuelo destino Estados Unidos saldrá en 10 minutos.

Todos nos levantamos y nos vamos despidiendo, yo sin poderlo evitar comienzo a llorar junto a Loli y Talía.

- Te amo, Cristina... - seco las lágrimas – Muchísimo...

- Y yo, mi vida – me abraza y me susurra – No se acaba el mundo ¿sí? Viene una etapa difícil, pero ya verás que cuando termine todo esto nos va a ir mucho mejor. Te lo prometo, amor – me sonríe, me besa y posteriormente me abraza.

- No te olvides de mí – sigo llorando.

- Nunca, siempre te estaré llamando y hablando – me seca las lágrimas – Trataré de venir cada mes o cada dos meses... - me vuelve a besar - ¿Me oyes? – asiento – Te amo, mi vida – sonríe.

- Y yo...

Una vez la veo desaparecer entre la multitud, cabizbaja me voy hacia el coche. La voy a echar muchísimo de menos, pero intentaré darle alguna que otra sorpresa e ir allí a verla...

. . .

Ya en casa me encierro en mi habitación y rompo a llorar por completo. Se me va a hacer muy difícil todo esto. No poder abrazarla, besarla, no poder dormir con ella, no poder jugar con ella, sin salir los fines de semana con ella. Mi cumpleaños y el suyo... Cuidar de Aitor juntas... No puedo, se me cae el mundo encima, no puedo respirar bien. Cada vez veo más borroso, no sé qué hacer.

Ella era la única que sabía controlar mis ataques de ansiedad... No sé cómo controlarlo ahora, sin su abrazo reconfortante.

Me estoy mareando, voy a intentar tumbarme en la cama, necesito que se me pase como sea.

. . .

Ya han pasado unas cuantas horas desde que me dio un ataque de pánico. Al tumbarme me dormí sin darme cuenta, y aunque al despertarme me noté algo alterada me pude tranquilizar y no fue a más.

Hoy me toca quedarme con Aitor por lo que no puedo permitirme otro bajón como el de antes. Voy al salón y veo a mis padres yéndose al trabajo. Cojo a Aitor y me pongo a jugar con él. Le encantan los juguetes que hacen los sonidos de animales, se pasa el día dándole a todos los botones. Cuando veo que me va a explotar la cabeza le pongo nuestra película favorita y poco a poco se va relajando hasta que le entra hambre. Al darle de cenar, le pongo los dibujos y en media hora como mucho se queda dormido.

Al rato me lo llevo a mi habitación y así, si se despierta lo tengo al lado para ver si necesita algo. Me pongo a ver un directo de YouTube y antes de que termine me duermo.

Enamorada de mi vecina ⇝COMPLETA Y TERMINADA⇜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora