Capítulo 10

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Jesús sigue encerrado en el baño, y yo sentada en el suelo al lado de Dani. ¿Por qué todo es tan difícil? ¿Por qué no puede ser como en los cuentos? ¿Por qué nunca hay finales felices? Esas preguntas estaban en mi mente en esos momentos.

Tras un rato encerrado en el baño llorando, decidí salir y dar la cara. Al salir, vi que Cris tenía las manos en la cara, y Dani estaba a su lado pensativo. En cuanto me vieron, se pusieron de pie y me miraron preocupados. Cris vino y me abrazó.

Otra vez ese nudo en la garganta, pero esta vez por parte de los dos, Cris sentía lo mismo. Estuvieron abrazados más de cinco minutos. Dani les miraba y sentía tristeza por parte de Cris, no quería que se fuera y por parte de Jesús también, porque sabía lo que sentía por Cris y lo iba a pasar realmente mal si se va.

Después de ese bonito y emotivo abrazo, fueron a la planta baja y salieron al jardín, hacia calor, mucho diría yo.

-Chicos, ¿qué tal si nos damos un chapuzón y nos olvidamos de todo?-sugerí.

-Por mí bien-dijo Dani-¿tú qué opinas, Jesús?

Jesús asintió cabizbajo. Me daba pena, no quería que estuviese así, y menos por mi culpa. La verdad que no quería irme, pero a la vez sí. Mi cabeza estaba echa un lío, así que qué mejor que relajarse un poco en el agua.

Cada uno se puso sus respectivos bañadores y cogimos unas toallas para después poder secarnos. Quería alegrar un poco a Jesús, así que como estaba distraído sentado al borde de la piscina chapoteando con los pies, me coloqué sigilosamente detrás de Jesús y le empujé fuerte. Lo que yo no me esperaba, es que Dani estaba detrás de mí, así que yo también caí, encima de Jesús. Maldecí a Dani en ese momento, al igual que Jesús maldeció que le hubiera tirado, aunque luego nos echamos unas risas.

Por fin vi sonreír a Jesús, y no me pude alegrar más. Estuvimos un rato jugando y riéndonos, como los viejos tiempos. Se me ocurrió buscar los álbumes de fotos que mi abuela tenía en su habitación, así que me sequé y subí a buscarlos. Mientras tanto los gemelos charlaban.

-Jesús tío, cambia esa cara. Cris lo está pasando mal al verte así-dijo Dani.

-Lo sé Dani, pero no quiero que se vaya, ya sabes lo que significa para mi. Está pasando igual que hace unos años, yo locamente enamorado de ella, y ella... No sé lo que sentirá, seguramente sienta pena-dijo Jesús.

-Yo no creo eso Jesús, te besó el otro día, y sabiendo como es Cris, no besa a cualquiera-insistía Dani.

-No sé tío, pero no quiero que se vaya...

-Yo tampoco quiero que se vaya-interrumpió Dani-pero si decide irse, prefiero que esté bien las horas que le queden aquí que no estar llorando por los rincones, ¿o no?

Jesús asintió, su hermano tenía razón. Toda la razón del mundo, sí. Así que salió del agua, se secó y esperó a que Cris bajara con los álbumes para pasarlo bien.

Cris buscaba los álbumes, pero sólo encontró uno. Ponía "ABUELO" en letras grandes. Cris arqueó las cejas, nunca había visto una foto de su abuelo, abrió el álbum y le echó un ojo. Guau, era realmente guapo pensaba.

Estuvo casi diez minutos viendo el álbum y no me di cuenta de que los gemelos estaban abajo esperándome. Bajé sin nada, porque no encontré nada.

-Lo siento chicos, no he encontrado ningún álbum. A lo mejor los tiene en otro sitio-lamenté.

-Espera-dijo Dani-seguramente mi madre tenga alguno, voy por ellos.

Cogió las llaves y fue corriendo a su casa. Nos quedamos Jesús y yo a solas, pude aprovechar para hablar de él sobre mi decisión.

Nos miramos un instante.

-Jesús.

-Cris.

Dijimos al unísono. Nos miramos y nos sonreímos. Dios, amo su sonrisa.-pensé.

-Habla tú-dije.

-No, empieza tú-dijo Jesús.

-Vale. Pues a ver...-estuve pensando como empezar, no quería hacerle daño-creo que me voy a ir, pero todavía no lo tengo seguro, me faltan unas horas ya que mis padres han ido al centro de Sevilla a visitarla. Sólo quería decirte que sí decido irme, no quiero que llores, no quiero que te olvides de mí, no quiero que lo pases mal, y no quiero que perdamos el contacto. La verdad me parece raro que siempre haya venido en verano, y no nos hubiéramos visto, pero bueno eso no viene al caso, quiero decirte que te quiero muchísimo y que no quiero que nunca dejemos nuestros sentimientos al lado, que desde pequeños hemos estado juntos y... Que creo que me estoy enamorando de ti-dije agarrándole la mano.

Jesús estaba impactado con todo lo que le dije, no articulaba palabra. Lo entendía, le acababa de confesar mis sentimientos hacia él. No es fácil. Nada fácil.

Lo quería, sí, estaba segura de eso. Tal vez no lo amaba del todo, pero mariposas recorrían mi estómago cuando estaba con él, y eso siempre ha significado algo, que te gusta esa persona.

Aunque es difícil expresar tus sentimientos a la persona que quieres, cuando todavía son indecisos.

Inolvidable (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora