Al levantarse, Jesús buscó su móvil con la mirada y, al ver que no estaba, bajó al salón.
-¿Sabéis donde está mi móvil?-dijo Jesús bajando las escaleras con ojo entrecerrado.
-Sí, está en la mesa del comedor-dije lavando los platos- Te lo dejaste aquí anoche-mentí.
-Ah vale, gracias Cris-dijo Jesús dándome un beso en la mejilla.- ¿Y mi hermano?-preguntó.
-No sé, al despertarme no estaba.-dije encogiendo los hombros.
-¡Ala! ¡Si son las cinco de la tarde!-dijo mirando su móvil.
Al ver que había encendido el móvil, mi corazón iba a mil, sabía que iba a llegar ese mensaje. Sonó un pitido y un escalofrío recorrió mi cuerpo, en efecto, la cara de Jesús lo decía todo; era Sara.
-¿Pasa algo?-dije arqueando la ceja intentando disimular.
-Eh... No, qué va-dijo Jesús tocándose la nuca y haciendo una mueca- Voy a cargarlo que casi no tiene batería-mintió.
En ese momento sonreí, ya que sabía que me había mentido, porque al estar apagado no gasta batería y anoche estaba llena. Ya que Jesús había ido a la planta de arriba, decidí coger mi móvil y llamar a Andrea. Tras varios pitidos, la dulce Andrea respondió.
-¡¡Cris!!-gritó emocionada- ¡¡Que me dejan ir!!-gritó aún más.
-¡¿Qué?!-dije muy emocionada- ¿De verdad?-no podía creérmelo.
-¡Sí tía! Mis padres han hablado con los tuyos, y como dentro de poco es tu cumpleaños pues me dejan-dijo súper contenta.
Es verdad, en menos de una semana era mi cumpleaños, me quedé pensativa unos instantes pensando qué podría pasar. ¿Y si Sara se presenta y lo arruína todo? Se me cambió el gesto de la cara al pensarlo.
-Cris, ¿sigues ahí?-preguntó Andrea.
-Sí perdón, estaba... Pensando en qué hacer cuando vengas-intenté disimular.
-Ya, ya... Seguro que estabas pensando en ese gemelo que te tiene loca-dijo a carcajadas.
-¡Pero mira que eres tonta!-dijo poniéndome la mano en la cara.
En ese momento sonó el timbre de la puerta. Me levanté y abrí la puerta, aún con el móvil en la mano.
-¡Hola! Tú debes de ser Cris, ¿me quivoco?-dijo una chica rubia.
-En efecto, esa soy yo-dije esbozando una sonrisa- Pasa anda-dije ofreciéndole pasar.
-¿Dónde está Jesús?-preguntó- Por cierto, me llamo Fati-dijo dándome dos besos.
-Arriba, ahora voy a buscarlo, yo Cris, encantada-dije.
-Oye Cris, te dejo que mi madre me reclama, te quiero-gritó al otro lado del teléfono.
-¡Yo también Andrea!-dije eufórica.
Y colgamos.
Subí hasta la habitación de Jesús y ví como estaba sollozando, corriendo fui y me senté a su lado, le abracé.
-¿Qué pasa Jesús?-dije preocupada alzándole la cara.
-Nada Cris..-dijo con las manos en la cara.
-Vamos Jesús... Por cierto, abajo está una tal Fati, y me ha preguntado por ti-dije cambiando de tema- No quiero que estés mal Jesús, te quiero.-dije dándole un beso.
-Yo a ti también Cris, vamos abajo anda-dijo levantándose en el baño.
-Un momento, vete bajando tú, voy al baño-mentí.
Al ver que ya estaba bajando, fui sin hacer ruido a la habitación donde se encontraba Jesús anteriormente y cogí su móvil, revisé sus mensajes y me quedé paralizada al ver el contenido de ellos. ¿Cómo una persona puede llegar a ese extremo de maldad? No me lo podía creer.
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Inolvidable (Gemeliers)
FanficCris es una chica de casi 14 años que va cada año a ver a su abuela a un pueblecillo de Sevilla, Mairena de Aljarafe. Enfrente viven dos chicos de su edad con los que ha estado desde pequeña, pero no se acordaba de ellos. Este verano marcará sus vid...