Capítulo 22

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Al levantarse, Jesús buscó su móvil con la mirada y, al ver que no estaba, bajó al salón.

-¿Sabéis donde está mi móvil?-dijo Jesús bajando las escaleras con ojo entrecerrado.

-Sí, está en la mesa del comedor-dije lavando los platos- Te lo dejaste aquí anoche-mentí.

-Ah vale, gracias Cris-dijo Jesús dándome un beso en la mejilla.- ¿Y mi hermano?-preguntó.

-No sé, al despertarme no estaba.-dije encogiendo los hombros.

-¡Ala! ¡Si son las cinco de la tarde!-dijo mirando su móvil.

Al ver que había encendido el móvil, mi corazón iba a mil, sabía que iba a llegar ese mensaje. Sonó un pitido y un escalofrío recorrió mi cuerpo, en efecto, la cara de Jesús lo decía todo; era Sara.

-¿Pasa algo?-dije arqueando la ceja intentando disimular.

-Eh... No, qué va-dijo Jesús tocándose la nuca y haciendo una mueca- Voy a cargarlo que casi no tiene batería-mintió.

En ese momento sonreí, ya que sabía que me había mentido, porque al estar apagado no gasta batería y anoche estaba llena. Ya que Jesús había ido a la planta de arriba, decidí coger mi móvil y llamar a Andrea. Tras varios pitidos, la dulce Andrea respondió.

-¡¡Cris!!-gritó emocionada- ¡¡Que me dejan ir!!-gritó aún más.

-¡¿Qué?!-dije muy emocionada- ¿De verdad?-no podía creérmelo.

-¡Sí tía! Mis padres han hablado con los tuyos, y como dentro de poco es tu cumpleaños pues me dejan-dijo súper contenta.

Es verdad, en menos de una semana era mi cumpleaños, me quedé pensativa unos instantes pensando qué podría pasar. ¿Y si Sara se presenta y lo arruína todo? Se me cambió el gesto de la cara al pensarlo.

-Cris, ¿sigues ahí?-preguntó Andrea.

-Sí perdón, estaba... Pensando en qué hacer cuando vengas-intenté disimular.

-Ya, ya... Seguro que estabas pensando en ese gemelo que te tiene loca-dijo a carcajadas.

-¡Pero mira que eres tonta!-dijo poniéndome la mano en la cara.

En ese momento sonó el timbre de la puerta. Me levanté y abrí la puerta, aún con el móvil en la mano. 

-¡Hola! Tú debes de ser Cris, ¿me quivoco?-dijo una chica rubia.

-En efecto, esa soy yo-dije esbozando una sonrisa- Pasa anda-dije ofreciéndole pasar.

-¿Dónde está Jesús?-preguntó- Por cierto, me llamo Fati-dijo dándome dos besos.

-Arriba, ahora voy a buscarlo, yo Cris, encantada-dije.

-Oye Cris, te dejo que mi madre me reclama, te quiero-gritó al otro lado del teléfono.

-¡Yo también Andrea!-dije eufórica.

Y colgamos.

Subí hasta la habitación de Jesús y ví como estaba sollozando, corriendo fui y me senté a su lado, le abracé.

-¿Qué pasa Jesús?-dije preocupada alzándole la cara.

-Nada Cris..-dijo con las manos en la cara.

-Vamos Jesús... Por cierto, abajo está una tal Fati, y me ha preguntado por ti-dije cambiando de tema- No quiero que estés mal Jesús, te quiero.-dije dándole un beso.

-Yo a ti también Cris, vamos abajo anda-dijo levantándose en el baño.

-Un momento, vete bajando tú, voy al baño-mentí.

Al ver que ya estaba bajando, fui sin hacer ruido a la habitación donde se encontraba Jesús anteriormente y cogí su móvil, revisé sus mensajes y me quedé paralizada al ver el contenido de ellos. ¿Cómo una persona puede llegar a ese extremo de maldad? No me lo podía creer.

Inolvidable (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora