Capítulo 17

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Pasaron varios días y todo estaba igual. Jesús y Sara seguían quedando y yo seguía llorando en el hombro de Dani. Pero esta vez era diferente, Dani sabía todo sobre Sara, ya que me seguía amenazando constantemente. Hoy, justamente, Jesús se encontraba comiendo con Sara, y yo me quedé en casa con Dani, estábamos hablando de lo que íbamos a hacer hoy, ya que hacía un bonito día y queríamos salir.

-¿Te apetece que vayamos a Plaza España y montamos en los carros?-sugirió Dani.

-Mmm, me parece bien-dije esbozando una sonrisa.

-Pues perfecto, esta tarde vamos a ir a Plaza España y luego a La Giralda-dijo Dani sonriendo-vamos a comer y luego nos vamos.

Estuvimos preparando la comida y comimos, después, nos preparamos y nos fuimos. Llegamos a Plaza España y nos montamos en un carro tirado por caballos blancos, alucinante, pensé.

-¿Te gusta el paseo que estamos dando?-dijo Dani dándome la mano.

-Me encanta, muchas gracias-dije dandole un beso.

Al acabar el paseo, entramos en Plaza España, ya que el paseo era alrededor de esta. Nos estuvimos haciendo fotos para recordarnos cuando no estemos juntos, según Dani. Vimos un puesto de helados y granizados y fuimos al ataque. Yo me cogí un helado de dulce de leche y Dani uno de chocolate.

-¿Quieres un poco?-dijo ofreciéndome su helado.

-¡Vale! ¿Y tú del mío?-dije ofreciéndole el mío.

Nos intercambiamos los helados para probar, y le manché la nariz con el de chocolate, nos reímos un montón porque se le había quedado la nariz pegajosa. Es tan mono... pensaba mientras le miraba.

-Bueno, ¿vamos a La Giralda y luego a la Plaza de la Constitución?-dijo.

-Por mí bien-dije haciendo una mueca.

Nos dirijíamos a La Giralda cuando de lejos vi a dos chicos peleándose, eran Jesús y Sara. Miré a Dani decidimos ir hasta ellos, por muchos problemas que vinieran después. 

-¿Qué pasa aquí?-dijo Dani con los brazos cruzados.

-Nada que a ti te interese. Vámonos Jesús.-dijo Sara extremadamente borde agarrando a Jesús de la mano.

-No.-dije. De aquí no se mueve nadie.-agarré el brazo a Jesús y tiré de él hasta ponerlo a mi lado.

-Mira estúpida, tú aquí no tienes nada que ver. Pírate porque no pintas nada en Sevilla, y menos en Mairena.-dijo Sara acercándose a mí.

-No la hables así-dijo Dani interponiéndose entre medias de las dos.

-Otro que tal baila, piraos y dejadnos en paz. Jesús y yo íbamos a dar un paseo por Plaza España-dijo Sara.

Estuvimos un rato peleando, hasta que Sara se cansó y se fue a su casa, eso sí, más cabreada que nunca. Era mi momento. Tenía que contarle todo a Jesús por mi bien y por el suyo, aunque ya sabía cuáles serían las consecuencias; pero me daba igual, Jesús era lo mejor que me había pasado en el tiempo que llevaba en Mairena.

-¿Qué piensas ahora de ella?-dije después de enseñarle y explicarle todo.

-No sé, no sé a quién creer.-dijo Jesús cabizbajo.

Miré atónita a Dani y me levanté del banco en el que estábamos. ¿Lo estaba diciendo en serio?-pensé. No puede ser, ¿duda de mis pruebas y de mi palabra?

-Pues nada, yo ya no voy a decirte nada más. Si te pasa algo no es mi culpa, te lo he advertido. Y si me pasa algo a mí, no te molestes en preocuparte-dije dolida.

Me di la vuelta y me fui. Cogí el bus y llegué al pueblo, estaba llegando a casa cuando alguien me agarró del brazo y tiró de mi con fuerza hasta encontrarme con su cara.

Inolvidable (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora