Capítulo 6

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¿Dónde está Jesús? ¿Dónde está Cris?

Esa era la preocupación desde las 10:00 que se levantaron todos. Se llamaron mutuamente, familia Oviedo a familia Martín. Todos estaban en casa de los Oviedo, y la única que sabía todo era lala.

-Dios mío, ¿dónde se han metido?-decía Eva mientas iba de un lado para otro.

(Cris)

Mientras tanto, nosotros íbamos juntos, riéndonos como siempre, recordando viejos tiempos y no tan viejos.

-Dios, ¿te acuerdas cuando te gustaba Maria Isabel y te ponías a bailar con el abanico? -decía Jesús mientras se reía.

-¿Y tú te acuerdas cuando bailabas los pajaritos con el culo en pompa? -dije a carcajadas.

La verdad que eran buenos momentos, aunque ahora no fueran tan buenos, me bastaba con estar a su lado y lo demás desaparecía.

-Jesús, ¿qué hora es? -dije asustada.

Jesús miró su reloj y vio que eran las 10:30, me miró asustado.

-¡¿Y?! -grité.

-Las 10:30...-susurró.

-¡¿Qué?! -dije antes de echar a correr- ¡Vamos!

Cogí a Jesús de la mano y empezamos a correr hasta que llegamos a casa. La que nos esperaba era buena.

Tras buscar las llaves, Jesús no las encontró, así que le dije que fuéramos a la mía.

Entramos en casa y, sorpresa, no había nadie. ¿Dónde se habrán metido?

-¿Y si están en mi casa?-dijo Jesús.

-No quiero ir-dije haciendo una mueca y temiendome lo peor.

-Anda vamos-me dio un beso en la frente-espera, se me ha ocurrido una idea, ¿tienes dinero?

-¿Qué pretendes?-pregunté.

Mientras me contaba su maravilloso plan, en casa de los Oviedo cada vez había más tensión.

-Creo que voy a llamar a la policía-dijo mi madre.

-A ver, no creo que los hayan raptado-dijo Dani intentando calmar el ambiente-es más, sabiendo como son a lo mejor han ido a por el desayuno o algo.

En ese momento mi abuela, no pudo evitar la risa. Todos la miraron.

-Mamá, ¿tú sabes algo?-preguntó mi madre.

-¿Yo? ¡Qué va! Es que... Me estaba acordando de un chiste y...

-Ya, claro-interrumpió mi madre-bueno, a lo mejor Dani tiene razón, será mejor que nos tranquilicemos.

Dani subió a su cuarto, cogió el teléfono y llamó a Jesús.

Tras varios intentos fallidos, decidió llamarme a Cris, ésta sí respondió.

-¡Dani!-dijo Cris desde la otra línea.

-¡Cris! ¿Dónde os habéis metido? ¿Está mi hermano contigo? ¿Qué estabais haciendo?-preguntó Dani.

-Dani tranquilo, estamos bien, y sí, tu hermano está conmigo. Hemos ido a... Por el desayuno-mentí.

-¡Ya os vale! Menos mal que sé como sois y por eso no me creo nada de lo que decís, me debéis una explicación-dijo Dani muy serio.

-Ay Dani, lo siento, sé que deberíamos de haberte avisado. Cuando lleguemos te contamos todo. Por favor, calma a la familia. Te debo una Dani, te quiero.

Y colgué.

Jesús y yo llegamos a un puesto de churros, cogimos dos docenas y unos cuantos bollos. Mientras andábamos de camino a casa, decidimos cantar para hacerlo más ameno.

"Yo sólo quiero darte un beso..."-cantó Jesús.

"Y regalarte mis mañanas..."-canté.

"Cantar para calmar tus miedos..."-cantó Jesús.

"Quiero que no te falte nada..."-terminé.

Nos miramos y al instante dijo Jesús.

-Pero chiquilla, ¿y esa voz?-dijo Jesús asombrado.

-¿La mía? Es normal, tirando a mala-dije sacándole la lengua.

-¡Qué va Cris! Te lo digo en serio, cantas genial-dijo Jesús dándome un beso en la frente.

Me ruboricé y me reí al mismo tiempo.

-Tú y tu sentido de la vergüenza-dijo Jesús con tono burlón.

Llegamos a casa, y llamamos al timbre. Nos abrió Dani.

-Chiquillos donde andabais. Anda entrad que me muero de hambre-dijo Dani.

Al entrar, todos nos miraron con mala cara y nos pidieron una explicación. Les dijimos que fuimos a por el desayuno, pero la única que sabía la verdad, era mi abuela.

Y gracias a ella estamos a salvo.

Inolvidable (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora