Felicidad

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Debie se despertó en el hueco del abrazo de Benjamin, el dormía plácidamente después de la noche que habían pasado juntos. Una sonrisa apareció en sus labios al mirar los dos anillos que llevaba en su dedo anular

«Me casé»

Despacio se levantó de la cama y se puso la camisa que Benjamin había arrojado la noche anterior y haciendo mucho silencio para no despertar a su marido, recogió todo dejándolo doblado sobre un sillón y los zapatos a los pies de la cama.

Salió de la habitación y preparó café, huevos, tostadas y lo dejó todo en una bandeja, mientras servía jugo se fijo en las luces que se colaban tras las espesas cortinas de la sala, no pudo evitar recordar la forma en la que Benjamin le había pedido casamiento, recordaría aquel momento para toda su vida, todo y cada uno de los momentos que vivió junto a ese hombre maravilloso que ahora dormía en su habitación.

Regresó al cuarto y observó que Benjamin dormía boca abajo, la sabana se le había deslizado un poco hasta la cadera, mostrando el comienzo de una de sus nalgas y una espalda con unos lunares de lo más deliciosos y algo que llamó mucho su atención, había un tatuaje, parecía reciente debido a sus bordes rosados. Se acercó más a él y corrió un poco más la sabana, era un diseño tribal de unos pocos centímetros a lo sumo diez, pero que en el centro había letras.

D E B O R A H.

Se le hizo un nudo en la garganta ante el hecho de que el eligiera su nombre para llevarlo de por vida en su piel, acompañándolo día a día...

—¿Por qué lloras? —preguntó el dándose vuelta y atrapándola en sus brazos para secarle las lagrimas delicadamente con los pulgares.

—¿Por qué no me dijiste que...?

—Iba a mostrártelo anoche, pero las ganas de otras cosas fueron más interesantes —dijo guiñándole un ojo.

—Es hermoso ¿Hace cuanto que te lo hiciste? —preguntó ella trazándolo con el dedo índice...

—Un día antes de que nos fuéramos a vivir juntos.

Ella se quedó en silencio por unos segundos admirando la suave piel de la espalda de su marido.

—Te amo Benjamin. Te amo mucho —le dijo apoyando la frente en su pecho.

—Lo sé mi amor, por eso decidí llevarte en mi piel... aunque estés más adentro. Aunque estés en mi alma, encarnada...

—Me encantaría tatuarme tu nombre también —dijo ella rodeándole la cintura con las piernas—. Me encantaría llevarte en mi piel.

—¿Ah si?

—Si —dijo tomando su mano y acariciando la piel que había entre los huesitos sobre salientes de la cadera— ¿Te parece ahí?

—Perfecto —dijo el deslizando la mano hasta masajearla... muy dentro de ella.

—Se enfría el desayuno —se quejó ella apretándose a él.

—Al desayuno que le den

Deborah subió al elegante jet de Benjamin y se acomodo en la butaca mientras que Benjamin iba a hablar con el piloto y la azafata se acercaba.

—Felicidades señora Hurtman ¿Quiere una mimosa para celebrar?

—¡Si! Me encantaría... gracias.

—Un placer.

El despegue fue tranquilo al igual que el vuelo, aterrizaron en una pista privada y luego subieron a un helicóptero que los dejó sobre una terraza, desde ese punto solo se veía vegetación y se oía el sonido del mar.

Hermanos Hurtman #1 "Pecado de seducción".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora