Capítulo 37

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Hermione no podía dejar de darle vuelta a lo que había descubierto ¿En verdad Draco estaba sufriendo de desilusión amorosa?

Para su suerte y desgracia, esa noche Draco no se presentó a la cena. Suerte, porque aún no sabía cómo reaccionaría la próxima vez que lo vea, y desgracia, porque su preocupación por su novio creció tanto que hasta pensó en levantarse e ir a ver por si misma si se encontraba bien. Para su tranquilidad vio a Nott cenando en la mesa de las serpientes, sin duda el no estría aquí de lo más tranquilo si a quien consideraba su hermano le había pasado algo grave.

-¿Te encuentras bien Mione?- Le pregunta Harry sacándola de sus pensamientos.

-Claro Harry- Responde ella intentando sonreírle -Todo está bien-

-¿Segura?- Pregunta Ron sumándose a su pequeña conversación -Has estado muy callada-

-Todo está bien chicos- Le dice la joven intentando tranquilizarlos -Enserio, no pasa nada-

Después de eso, el trio de oro se dedicó a comer el postre mientras charlaba y reían con sus demás amigos. Esa noche Hermione apenas si pudo dormir, pues la solución a lo que le ocurría a Draco casi no la dejo pegar un ojo. No es que le disgustara la idea, al contrario, aunque nunca se imaginó concretamente estando con el rubio, siempre supo que algún día pasaría desde que se enteró que ambos eran almas gemelas que se complementaban a la perfección. Tal vez era la hora de plantearse como se sentía al respeto y pensar en que haría.

Al otro día no puede ver al rubio en toda la mañana y la tarde, recién se encontraron en una de las torres después de que terminaron las clases.

-Hola Draco- Saluda la joven acercándose vacilante hacia donde el rubio contemplaba la imponente vista que le daba estar a esa altura.

-Hola Hermione- Le dice el girándose para enfrentarla -¿Todo bien?-

-Si- Responde ella abrazándolo por la cintura y apoyándose su mejilla en su amplio pecho -¿Y tú? ¿Todo bien?-

-Mejor ahora que te veo- Dice el dándole un beso en su coronilla y aspirando su dulce olor.

Ambos se quedaron abrazados un momento sin decir nada, cada uno metidos en sus propios pensamientos, sin saber bien qué hacer.

-¿Qué has hecho hoy?- Le pregunta él alegándose un poco y comenzando a caminar hacia uno de los bancos que se encontraban por ahí.

-No mucho- Responde ella sentándose en su regazo cuando él se acomoda y apoyando su cabeza en su hombro -He terminado algunos trabajos y adelantado otros-

-Hoo bien- Dice el acariciándole la espalda arriba y abajo -Yo también-

-No quiero que hablemos de los deberes- Dice Hermione levantando la cabeza y mirándolo a los ojos.

-En ese caso- Dice el frunciendo el ceño -¿Qué quieres hacer?-

-No lose- Dice ella comenzando a darle besos en la comisura de sus labios.

-Bien, cuando lo sepas me dices- Bromea el rubio devolviéndole los besos.

Cuando sus labios finalmente se encontraron, Hermione se acomodó mejor en el regazo de su novio pasando una pierna para quedar a caballito sobre él. Ambos se perdieron en la boca del otro hasta que se vieron obligados a separarse por la falta de aire.

-Te amo- Le dice el rubio cuando sus miradas se encuentran.

-Yo también te amo Draco- Le responde la joven antes de volver a besarlo.

Así estuvieron un tiempo, y poco a poco a las cosas comenzaron a calentarse. Hermione no fue consciente de que Draco ya no solo estaba besándola, sino que sus manos habían comenzado a acariciarle las rodillas y comenzaba a subir. Pronto estuvo moviéndose poco a poco por el borde de la pollera de la joven y ninguno noto cuando comenzó a adentrarse bajo esta.

La historia de un veela y su compañeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora