• UNO •

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Una mañana de invierno, la chica de larga cabellera negra paseaba con su hermosa mascota

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Una mañana de invierno, la chica de larga cabellera negra paseaba con su hermosa mascota. Ambos caminaban concentrándose en distintas cosas, tan desconectados del mundo como se lo pueden permitir ambos. Hasta que... ¡pum!

"Dos Iris Azules"

"Dos Iris Azules"

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• CHICO NUEVO •

—Hasta que... hasta que... —susurro mordiendo mi labio inferior nerviosa—. ¡Mier..coles! —grito suavemente y emitiendo la palabra que osaba salir de mi boca con mi madre al lado.

—Guarda ese aparato en tu bolsillo antes que lo dejes perdido en el autobús. —me reto mi madre.

Sin rechistar a ante su severo tono, bloqueé mi teléfono y lo metí en el bolsillo de mi pantalón. Sentí el codazo de mi madre justo a tiempo para subirme al autobús, pagar mi pasaje y con dificultad lograr sujetarme de un asiento antes de que el autobús retomara su recorrido.

—Odio esto... —susurré de nuevo y sentí la mirada de la señora en el asiento sobre mí.

—Cállate hija. —me volvió a retar mamá, usando ese tono que denota problemas en casa.

Dos veces en la mañana, menudo récord el mío y todo se basaba en una sola cosa, primer día de clases, y que al llenar el formulario mamá daba la estúpida autorización de que podía darle un recorrido a los nuevos estudiantes, pero no terminaba en ese punto, oh no, debía de pasar una semana completa o más con ese estudiante hasta que memorizara todos los salones que le correspondían. Con todo el mayor esfuerzo del mundo encendí mis pequeños auriculares, los coloque en mis orejas, encendí el Bluetooth de mi celular conectándolo a estos, pulse mi playlist para viajes en autobús —como si tuviese uno principalmente. Nótese el sarcasmo— y me deje llevar por la música lo poco de mi recorrido en el autobús. Por el rodillo del ojo vi a mi madre pulsar el botón del timbre, comenzamos a movilizarnos a la puerta y bajamos justo cuando el autobús se detuvo.

—Justo a tiempo. —dice mamá caminando a la puerta de un pequeño establecimiento.

Mamá trabaja en un pequeño establecimiento donde se vendía ropa de segunda, su jornada laboral era algo cansada, ya que entraba a las 7:00 a.m. y salía a las 10:00 p.m. por ello yo me quedaba hasta tarde en la casa de mi abuela. El trabajo de mamá se basaba en atender a toda persona que iba en busca de ropa, cobrar y al final contar las ganancias de ese día. Me quito los auriculares y los guardo en mi mochila, para ayudar a mamá con su bolso.

Kate y KeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora