Una chica, donde su vida se basa completamente en el mundo de la escritura. Un escape de la realidad, como le gusta llamarle, y todo eso llega a mejorar en el momento en que decide escribir una historia. El único problema... ¿Qué historia escribir?
...
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— ¿Esto se podría considerar nuestra primera cita? — indago divertido el chico mirando el estrellado cielo
— Tal vez... — la chica dudo —. Aunque si quieres salir conmigo, mamá deseará una cita formal — comentó.
— Entonces le pediré a tu madre el permiso de salir con su preciosa hija formalmente.
— Estas loco — dijo riendo del chico, pero ciertamente esas palabras iban cargadas de seguridad
"Dos Iris Azules"
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— Y este es Keydan de pequeño... — dijo Michi señalando la foto de un regordete bebé, en tan sólo pañales, con sus brazos extendidos a la persona que tomaba la fotografía, sus tiernos ojos azules abiertos y con la boca abierta
— Aww — solté cautivada por la belleza del pequeño —. Era tan lindo — admití sentada al lado de Michi en la mesa
— Entonces admites que soy lindo — dijo Keydan apareciendo desde la cocina con un delantal blanco manchado de chocolate
— No. Admito que ese pequeño bebé era hermoso, pasado Key, el presente es otro tema.
¿Cómo decirle que se veía extremadamente hermoso con ese delantal manchado, la mejilla con chocolate y las manos manchadas de harina? Okay, primer paso: Aceptación. El segundo se basada en retroceder y negar lo imposible. Rayos, el tonto de Barry Allen nos había hecho ver lo imposible con su súper velocidad y capacidad de viajar por el tiempo, entonces ¿por qué negaría lo imposible? Listo, cuando iniciaba a divagar de ese modo era que todo andaba mal.
— Déjame ayudarte con eso Keydan — resople rendida y tomando su cámara
El chico frunció el ceño confundido. Le guiñe un ojo y alce la cámara para captar una linda foto de su tierna y manchada existencia. Debía de admitir que la fotografía no estaba del todo mal, para ser la primera y en una cámara profesional.
