Una chica, donde su vida se basa completamente en el mundo de la escritura. Un escape de la realidad, como le gusta llamarle, y todo eso llega a mejorar en el momento en que decide escribir una historia. El único problema... ¿Qué historia escribir?
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los días pasaban y la joven pareja se volvían más unidos.
Se entendían perfectamente, iban conociéndose mejor uno al otro y ¿Cuál es el siguiente paso cuando en una relación existen sentimientos tan poderosos?
"Dos Iris Azules."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Dúchate niña! — grito mi querida abuela
— ¡En la vida! Soy divergente y nadie me puede controlar — le contradije, divirtiéndome al ser consciente de su mal humor cuando mencionaba algo de libros o que no entendiese
— ¡No me hagas meter a Matilda en esto! — sentenció golpeando la puerta
— ¡No seré una pieza de sus juegos! — le dije apagando el televisor
— ¡Oh niña! No sabes dónde te estás metiendo... — gruño —. Matilda te esperará este fin de semana
— ¡Si nosotros ardemos, ustedes arderán con nosotros!
Un fuerte golpe en la puerta de la habitación me sobresalto. Rayos, mi amada anciana estaba enfurecida y en cualquier momento tumbaría la puerta de mi refugio.
— Te ardera el brazo cuando te deje la marca de la chancla — abro los ojos alarmada
— No abuela, era mentira — le respondí tratando de querer calmar su evidente rabia
— ¡¿Dónde está el amor de mi vida?! — canturreo mi madre presentando su llegada, más fuerte de lo normal
— No estoy... — le respondí en un susurro y tratando de abrir la ventana de la habitación con la esperanza de escapar por ella
No era normal que mamá llegase tan temprano a casa y con tanta emoción inundando su voz. Algo andaba mal y lo presentía mi gato, ¿Por qué? Wilson saltó fuera de la habitación en cuanto abrí la ventana y con una agilidad impropia de mi existencia, le seguí con el teléfono en manos. Me escabullo fuera de casa y me ocultó entre los grandes arbustos que rodean la casa de mi querida abuela. Marco el número de Lan, espero a que responda y me acuesto sobre el césped.
