Una chica, donde su vida se basa completamente en el mundo de la escritura. Un escape de la realidad, como le gusta llamarle, y todo eso llega a mejorar en el momento en que decide escribir una historia. El único problema... ¿Qué historia escribir?
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Profundos sentimientos por un tierno chico de ojos azules?
¿Temor a lo que se podría aproximar?
¿Miedo por lo que se podía crear?
"Dos Iris Azules."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Vayan tranquilos, que nosotras los esperaremos! — grito mamá desde el umbral de la puerta moviendo su mano y casi echándome
— ¿No me quieres aquí mamá? — pregunté con una mano en el pecho, indignada y dolía
— Quiero que vayas a ese baile de bienvenida con el chico más tierno del mundo — rodé los ojos escuchando la risa ronca de Keydan a mi lado
— ¡Vayan rápido o te dejo a Matilda en manos! — grito abuela antes de entrar a casa y de seguro iniciar un nuevo tejido
— Y cómo dijo mi amada abuela: es hora de irnos porque ya es realmente tarde Key. ¡Vamos, vamos! Nos vemos en la noche mamá, cuídate y te amo — le digo todo eso empujando a Keydan hacía su auto y obligándolo a subir
— ¿Qué sucede bonita? ¿Quién es Matilda? — indago extrañado, acercando su rostro al mío, pero me alejo de la ventana y rodeó el auto hasta sentarme a su lado
— Larga historia. — expongo cerrando la puerta
— Me parece que el tiempo es lo que más sobra en está ocasión — replicó encendiendo el auto y poniéndolo en marcha rumbo al instituto
— No inventes, el instituto queda a 20 minutos de esta casa. — dije encendiendo la radio
— No si tomo el camino largo bonita
— ¿Piensas secuestrarme? — pregunto con aire divertido
— Pensaba hacerlo ya que la idea de Nicolas sobre ti como una garrapata me disgustaba un poco, pero le prometí a tu madre un baile de bienvenida grandioso. — dijo mirándome de reojo
