Parte VII

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Esa noche Nico soñó que estaba de nuevo atrapado en el jarrón... un sueño dentro de un sueño pensó, en esos días que estuvo prisionero se mantuvo en un estado intermedio entre estar despierto y estar dormido, podía volver a sentir esa sensación, así como el recuerdo que lo mantenía vivo: el mar, durante ese tiempo Nico soñó constantemente con las olas del mar, podía escucharlas, incluso podía sentir la brisa en su rostro, esta idea lo tranquilizaba, tal vez porque el color del mar era exactamente igual al color de los ojos de Percy. Aunque no podía ver su rostro, la sola idea de que el hijo del dios del mar estaba en camino permitió a Nico soportar su encierro. De pronto, su sueño cambió, ahora todo se había puesto oscuro, no se podía ver nada, la oscuridad no lo asustaba por lo que permaneció sin moverse hasta que algo pasara, sin embargo, ese algo no era lo que Nico esperaba.

-¿Algo que quieras decirme, hijo?

De pronto se encontraba en el castillo subterráneo de su padre, que estaba frente a él sentado en su trono, se le veía con un traje de diseñador negro, como siempre su rostro parecía duro, como si estuviera forjado en una piedra.

-No sé a qué te refieras, padre- Nico arrastró esa palabra, recordaba su última conversación y no le agradaba cuando Hades entraba en sus sueños como si nada.

-He escuchado a Eros hablar de ti, al parecer se conocen- la cara de Hades podría ser de un jugador de póker excelente, fue lo que pensó Nico, pero él también había practicado, por lo que no se dejó intimidar a pesar de que sabía sobre qué habría estado hablando el tonto dios del amor.

-¿Qué es lo que quieres exactamente?

-Tú dímelo hijo, no puedes tener secretos con tu padre.

-Entonces ya sabes lo que pasó en Croacia…- Padre e hijo mantuvieron su mirada clavada en el otro sin decir nada.

-Se nos termina el tiempo hijo, pero ¿por qué tuviste que enamorarte de ese Percy Jackson?, aclaro que no te juzgo, somos griegos después de todo, ¿pero él?, a lo que voy es que lo que pasó en Croacia no debió haber pasado y temo que volverán a tratarte así, es por eso que quiero que regreses al palacio.

Nico estaba en shock, su padre debía haber enloquecido, primero se tomaba tranquilo el asunto de Percy, y luego le pedía que regresara porque estaba preocupado.

-Con todo el respeto, padre, no quiero volver al palacio.

-Nico, por favor, entiende que estarás a salvo en casa, sé que no soy un buen padre, pero quiero que vuelvas.

-¿Es por la profecía, cierto?- los ojos de Hades dijeron lo que Nico temía- ¿Se trata sobre mí?

-No puedo decirte todo hijo, sólo aquí te puedo proteger.

-Creí que no te caía bien, pensé que preferías que Bianca estuviera contigo.

-No digas eso…

Un relámpago despertó a Nico, por lo que no pudo seguir hablando con su padre. Estaba amaneciendo, podía ver algo de luz en la escalera donde había hablado con Percy sobre su idea de salvar al Olimpo. Salió de la cama despacio para no despertar a su primo y fue al baño, el sueño que acababa de tener no lo dejaría volver a dormir, así que se decidió ducharse y cambiarse para la escuela, buscó una de sus playeras nuevas y eligió una que tenía un dibujo de un cráneo parecido al del anillo de su padre. Cuando terminó de vestirse decidió salir a caminar, no sin antes le dejó una nota a la señora Jackson para que no se preocupara, le dijo que saldría pero que iría al instituto; en la calle se puso sus audífonos y vio en el iPod que eran las 6:25 de la mañana, tenía mucho en que pensar, así que puso en un volumen bajo Fake your death y comenzó su caminata matutina.

El ascenso y caída de Nico di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora