Parte XVII

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-Necesito hablar contigo… Es sobre unos sueños míos que he tenido, de hecho es sólo uno… Sé que suena tonto, pero en verdad tengo miedo.

-No es tonto si te preocupa

-Verás… se trata de mí, o algo así, en mi sueño me veo conduciendo un carro como el de mi padre, pero me veo diferente- Nico trató de describirse en su sueño pero las palabras no venían- y cada noche estoy en un lugar diferente, Michael… yo destruyo esos lugares- alzó su vista para ver a su novio- es como si les arrancara la vida y sólo quedara desesperanza, los mortales no lo notan pero se puede ver que sienten que algo anda mal… y mi padre me dijo que podría convertirme en eso. Me dijo que era el momento en que él tenía que pasar por la misma prueba que el dios Hermes hace tiempo cuando su hijo Luke casi destruye el mundo.

-¿Qué pasó? ¿Por qué no salió en las noticias?

-Sí salió, pero tengo entendido que lo manejaron como un tifón o algo así, mal clima que curiosamente se dirigía hacía aquí.

-Recuerdo eso, creí que me estaba volviendo loco, cuando comenzaron a pasar cosas extrañas por las calles… juro que vi estatuas moviéndose y mi hermana estaba dormida, no podía despertarla, así que me quedé aquí vigilando que no entrara nadie.

-Creo que las personas que pueden ver a través de la niebla fueron los menos afectados. Luke casi logra que el Señor de los Titanes, no digas su nombre, regresara. Al último momento Luke tomó una decisión que nos salvó a todos.

-¿Qué hizo?

-Se quitó la vida para que Cronos no siguiera recuperándose, tomó esa decisión a tiempo.

Ambos se quedaron callados, el tema del suicidio aún era delicado, pero Michael no se veía afectado, las sesiones con su psiquiatra nuevo parecían funcionar, lo que hacía que  Nico se calmara, pero saber que su novio pasó malos momentos cuando él peleaba junto a su padre lo inquietó, siempre que estuvieran juntos Michael iba a salir herido, tenía que pensar en algo.

-¿Qué piensas Nico?- Michael lo tomó de la mano

-Pensaba en cómo mantenerte a salvo… de mí

-¿Qué? No entiendo

-Michael, no quiero lastimarte, soy uno de los hijos de los dioses más poderosos, los monstruos y otros dioses siempre se meterán conmigo, soy el hijo de Hades, nadie quiere a mi familia… y temo que si estás cerca algo o alguien te haga daño. Además de que está el hecho de que me convertiré en ese… esa cosa.

-Nico, pero acabas de decir que la decisión de Luke fue importante, creo que tú decisión será igual, cuando llegué el momento sabrás decidir inteligentemente, por favor no me alejes, te amo Nico di Angelo, eres lo mejor que me ha pasado en la vida… tú me enseñaste que hay esperanza incluso en los momentos más difíciles.

Nico se quedó callado, en verdad amaba al chico que estaba sosteniendo su mano, no quería dejarlo, no podía… Nico miró a su novio pensando en armarse de valor, pero Michael se adelantó y lo besó, eso hizo que el hijo de Hades olvidara lo que pensaba hacer y sólo pensara en Michael, en sus labios, en su cabello, en su aliento. Poco a poco el beso se volvió más desesperado, como si ambos temieran que alguien podría separarlos, Nico terminó recostado sobre Michael, no podía permitir que los separaran, porque Michael era suyo… y él era de Michael. Después de un momento ambos jadeaban y buscaban más del otro, Michael recorría el abdomen desnudo de Nico con sus besos lo que hacía que el hijo de Hades temblara con cada beso, no podía aguantar más y no quería que esto parase. Ambos sabían que ya habían pasado el punto de retorno y que ahora no habría poder humano ni divino que los detuviera.

-Nunca te voy a dejar Michael Evans, nunca- Nico besó el cuello de su novio, mientras recorría con sus manos su pecho desnudo. Ambos estaban sin ropa recostados en la cama de Michael.

-Amo que te preocupes por mí, pero quiero apoyarte en todo. He pensado en tomar clases de defensa personal, ya sé que nunca seré tan bueno como tú, pero no quiero dejársela tan fácil a quienes nos ataquen.

-Yo podría ser tu instructor… si tú quieres, ahora que lo pienso podría pedirle a un amigo de Jason que te hiciera un cuchillo o espada en caso de una emergencia.

-Me encantaría que fueras mi instructor, pero no creo poder concentrarme teniéndote cerca… Y con tanta ropa.

Michael besó a Nico y este le respondió con una mordida en el labio inferior, lo que hizo que Michael se colocara sobre él.

-Me agrada tenerte en mi cama… creo que no te dejaré ir.

-¿Me estás secuestrando?

-Llámalo como quieras, pero el día de hoy serás sólo mío… las veces que yo quiera.

-Michael, no sabes lo que has hecho al decir eso, lo tomaré como un hecho del que no podrás retractarte- los ojos de Nico brillaban porque sabía que iba a venir a continuación.

Ya casi era media noche cuando Nico regresó al departamento con la sonrisa más grande de la historia de las sonrisas de Nico di Angelo, Percy había acompañado a su madre y Paul por comida, así que Jason estaba solo en el departamento, cuando vio entrar a Nico le hizo una sonrisa torcida al ver a su amigo tan feliz.

-Te saltaste toda la ronda de estudio el día de hoy, pero por la sonrisa que traes se ve que estuviste muy ocupado… espera, ¿qué es eso?

Jason se acercó a Nico que apenas estaba cerrando la puerta y no opuso resistencia a Jason y su increíble insistencia de no respetar el espacio vital de los demás.

-¿Acaso Michael es un vampiro? Mira, como te dejó, Percy se va a poner como loco cuando te vea el cuello.

-No me importa- la sonrisa de Nico no se iría tan fácilmente esta vez.

-Vaya Nick, te ves diferente… Me agrada que seas feliz amigo.

-A veces creo que estoy soñando Jace, es increíble que alguien pueda ser tan feliz por tanto tiempo.

Ambos se quedaron callados y Jason seguía observando a Nico atentamente, como si quisiera memorizar su rostro.

-¿Lo amas?

-Sí, creo que sí…lo amo de maneras que aun no entiendo del todo. Pero haría lo que fuera por él. De hecho quiero pedirte un favor.

-Lo que quieras Nick.

-Quiero que le des clases de defensa personal a Michael, sé que no evitará mucho, pero es algo para sentirme un poco más tranquilo.

-Claro que sí, aunque sabes que mi estilo es diferente al de Percy y…

-Estarás perfecto, gracias Jace, te debo una. Y ya que estamos en los favores… ¿podrías hablar con Leo y pedirle un cuchillo? Dile que le pagaré, es para Michael, en caso de una emergencia.

-Sí, no te preocupes, ¿por qué tanta preocupación?

-Por si nos vuelven a atacar… no quiero que nada le pase.

-Tranquilo, después de mi entrenamiento los otros semidioses del campamento romano creerán que es uno de ellos.

Nico abrazó a Jason, en verdad apreciaba a su amigo, siempre lo ayudaba sin pedir nada a cambio, así que el hijo de Hades se hizo una promesa: no defraudaría a sus amigos, ni a Michael y los protegería de todo, incluso de él mismo.

El ascenso y caída de Nico di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora