Renacer

Sueños de Monstruos y Dioses.

-Toffee eres mi amigo, no quiero perderte. Pasamos por mucho y por tan poco a la vez... yo sé que las cosas pueden ser diferentes...
-Tú y yo no podemos ser amigos Moon...
-¿Por qué no?

-Por el simple hecho que tu eres la futura reina de Mewni y yo soy el lider de la resistencia de monstruos que pretendió acabar con tu familia. Yo lideré todo un ejercito para acabar con ellos. Muchos de los míos han muerto por culpa de tú familia. No me sorprendería saber que soy el último de mi raza. Mientras tú crecías rodeada de lujos y toda clase de comida, yo desde muy pequeño tuve que aprender a luchar para sobrevivir. Sabes no tuve una familia, murieron cuando yo aún era muy niño para recordarlo. La guerra que tú familia inició fue la causante de su muerte. Tú y yo no podemos ser amigos  por el simple hecho que cada que te veo recuerdo toda la desgracia y misería por la que viví y me dan ganas de salir corriendo a matar a tu familia para vengarme. Pero también... cada que te veo no puedo evitar recordar lo buena que fuiste conmigo. Eres la primera persona que ha tenido compasión por mi. Tu me ofreciste una nueva vida y una nueva visión. Y yo me sentí muy a gusto con eso. Y de verdad lo quise Moon... No sabes cuando quise que eso fuera para siempre... y de nuevo vuelvo a pensar en mi familia y en todos los que han muerto en esta guerra y me siento tan culpable, soy un traidor al haber pensado eso y en haber sido tan feliz en ese tiempo. De haberme olvidado de todo y al querer escapar de mi tragedia... He sido un completo egoísta y un imbécil. No lo meresco...

Sin darme cuenta mis ojos se habían inundado de lagrimas. De inmediato le di la espalda a Moon. No quería que me viera así. Probablemente nunca se había visto antes a un monstruo llorar. Lo hacíamos sí, pero nunca frente a un mewmano.

Unos delgados y blancos brazos  me abrazaron por detras de repente. Yo me paralizé. No sabía que hacer. Yo estaba ahí reclamandole y gritandole a Moon todo lo que sus antepasados han hecho contra los míos y como esa cadena seguía aún vigente en nuestros tiempos y ¿que hacía ella? Abrazarme y consolarme. De nuevo ese gesto de dulzura de parte de ella que me destanteaba tanto.  No podia contra eso.

-Claro que mereces ser feliz tú también Toffee. Todos lo merecemos. Yo sé que lo que ha hecho mi familia... tanta esclavitud, tanta injusticia, adueñarse de las tierras, tanta masacre... yo sé que no tiene nombre. Pero yo no soy igual Toffee, yo quiero hacer un gran cambio y ser recordada por eso. Yo si me doy cuenta de lo que sucede. Yo no quiero ser igual que mi madre o que Solaria que por eso es recordada. Yo te quiero a ti y no podría hacer algo así...

Yo temblaba y en serio deseaba que ella no se diera cuenta de eso. Con suavidad tomé una de sus manos que estaba en mi pecho abrazandose y la acaricié. La diferencia de sus delicadas manos en comparación con las mías era enorme. Pero ella supo aceptar mi gesto. Le creía.
Pero me daba miedo creerle.  La primera y última vez que una reina estuvo en contacto así con un monstruo fue exiliada y cristalizada. No quisiera que Moon pasara por eso por mi culpa...

-Debes irte Moon. Se hace tarde y te deben de estar buscando.- no quería pero quité sus brazos de mi alrededor y me moví. Fui directo a mi cuarto y de un cajón saqué unas tijeras. Volví a donde estaba Moon y se las entregué. Ella estaba triste. Nisiquiera me miró cuando tomó las tijeras y las clavó en la dimensión a punto de abrir un portal en la dimensión.

-Es lo mejor Moon. Olvidalo. Al final lo vas a superar y serás feliz...
-Deja de decidir por mi Toffee. Tú no sabes nada-. Su voz era baja pero bastante audible. Estaba molesta por el tono que usaba.-
-Moon... por favor... entiendelo...
-¡Cállate!- Moon estalló en llanto-   Después de mucho que por fin te vuelvo a ver y ¿me dices todo esto? ¡Te odio!
-Es mejor que así sea.
-Te dije que no decidieras por mi...

Moon volvió a empuñar las tijeras he hizo un corte hacia abajo. Al otro lado del portal se veía lo que yo imaginé sería su habitación en el castillo. Estaba a obscuras pero pude identificar su cama y un pequeño tocador a su lado.
Cruzó y antes de que el portal se cerrara me lanzó con fuerza las tijeras. Éstas se clavaron con fuerza en mi pecho. Tal vez esa no fue su intención pero dió en el blanco.
Con pesadez las retiré y las dejé caer en el suelo.

-Vaya. Es tal y como la describiste. Pequeña, irritante y caprichosa. Es la encarnación perfecta de una Butterfly. Tiene un caracter que te enloquece. Ya veo por qué quedaste prendido Toffee.-

-Silencio Rasticore. No estoy de ánimos para tus bromas de mal gusto.

Rasticore salió de la antigua habitación de Moon. Se había mantenido escondido y por lo que vi, había escuchado todo.

-No bromeo. Es la verdad. Pero hiciste bien en decirle eso. Aunque sé que no es lo que en realidad querías decir ¿no es así?
-Déjame en paz-

-Te estás ablandando Toffee. Ya no eres el general sanguinario que alguna vez nos guió a la batalla.
Esa niña te ha cambiado. No negaré que es diferente a toda su familia. Pero al final sigue siendo una Butterfly y eso no cambiará. Tú lo dijiste, es mejor así. Olvidala y vuelte a tu vida y con los tuyos. Con los pocos que quedamos.

Por mucho que odiara admitirlo Rasticore tenía razón. Yo había cambiado y todo a causa de la bondad de Moon. Pero era estúpido pensar en que podriamos seguir viendonos. Ella ya no es una niña y en un par de años más la obligaran a casarse y se convertirá en reina y deberá tener un sucesor. Tenía que volver a lo que fui antes de renacer en esta ilusión.

-Dime ¿qué noticias me tienes del gremio?