Luna Roja.

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Yo sabía que el tomar este tipo de decisiones podría demorar más de lo planeado, pero tampoco esperaba que fuera tanto. Yo caminaba de un lado a otro de mi habitación con verdadera ansiedad.
-Que no haya pasado nada, por favor que esté bien-.
Me repetía a mi misma una y otra vez con las manos sudorosas aferrandose a mi vestido mientras pensaba en mi madre.

De repente pensé en Toffee. Supongo que él sabe ya a estas horas que mi madre está con los suyos firmando un tratado de paz. Sin dudarlo tomé mis tijeras dimensionales he hice un corte en el espacio pensando en Toffee creyendo que como de costumbre, las tijeras me llevarían directamente a él.

Al cruzar el portal llegué a nuestra casa del bosque. Me sorprendió ver el interior a obscuras. Entré y lo llamé varias veces pero no conseguí respuesta alguna.
Mi ansiedad iba creciendo a cada momento que pasaba.
No podía imaginar en dónde podría estar.

Salí y busque en los alrededores. Una seña o alguna pisada reciente en el suelo pero no había nada.

Tomé nuevamente mis tijeras he hice un nuevo corte en el espacio concentrandome nuevamente en Toffee. Por lo general siempre era muy precisa con las tijeras y me sorprendia no haber llegado a dónde estaba él.

El lugar en el que aparecí estaba bastante extraño. Se podía sentir en el ambiente una sensación de muerte. Me ponía la piel erizada. El suelo en algunas partes estaba un poco lodoso y se veían pisadas enormes y algunas otras de carretas.

Escuché un ruido fuerte muy cercano y corrí a  esconderme tras un enorme montón de troncos apilados.

-apurate con eso. El general nos está esperando. Tenemos poco tiempo para prepararnos y lamzar el golpe final contra el castillo. Ya falta poco para que esos malditos mewmanos caigan.
-El general hizo un gran trabajo con la reina. Nunca  dudé de él. Sin duda alguna lo lleva en la sangre.
-Es nuestro gran orgullo. Él nos llevará a la gloria que tanto hemos esperado.

Mi sangré se heló en cuanto escuché a esos monstruos. La Reina... el general? ¿Qué le han hecho a mi madre?
A lo lejos pude ver un enorme campamento con un gran número de monstruos moviendose, algunos llevando pesadísimas  armas en sus espaldas, otros afilandolas y otros tantos entrenandose. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo de pies a cabeza. Jamás en toda mi corta vida había visto tantos monstruos reunidos.

Nos superaban por mucho. Jamás podriamos contra algo así. Temía que algo le haya pasado a mi madre.
Abrí nuevamente un nuevo portal y llegué a mi habitación.

Me sorprendió escuchar mucho ruido en los pasillos. El sonido de las armaduras de los guardias al correr y varias otras personas más corriendo. Tragué saliva fuertemente y miré hacia mi libro de hechizos buscando a Glossaryck que estaba sobre mi cama pero no estaba él a la vista. Era extraño que no estuviera dentro del libro. Con la mirada lo busqué en toda mi habitación pero... nada.

Los sonidos de afuera me ponian nerviosa así que respiré profundo y salí.
Me sorprendió el ver a todos los guardias y a los criados correr de un lado a otro.  Ninguno me prestaba atención. Podía ver a un par hablar algo pero no podía distinguir que decían.
Un par de sirvientas me miraron con una expresión de consuelo a mi paso.

-No,no,no,no,no-  decía tratando de manterme serena pero las lagrimas se amontonaban ya en mis ojos y la voz se me ahogaba. Corrí de inmediato hacía el salón del trono pero Hekapoo me interceptó antes de llegar. Me arrastró hacia otra habitación, yo me dejé llevar bastante aturdida y sin poder resistirme.

-Moon...
-¿Esta..?-  todos los presentes en la habitación me miraron sin saber que decir e intercambiaban miradas dudosas.
La ira y el miedo se apoderaron de todo mi ser al no obtener respuesta.

-Moon...- River se acercó a mi puso sus manos en mis hombros y me obligó a  mirarlo directo a los ojos pero las lagrimas me impedían enfocarlo bien.

-Moon... lo siento mucho.-
-Esperamos sus ordenes... reina Moon-
Mi alma se cayó al suelo y una heladísima ráfaga de aire me invadio. Lo que tanto temía se había hecho realidad. Me sentía culpable de alguna forma por sugerir un tratado de paz con los monstruos y ahora a causa de eso mi madre había muerto.

-¿Cómo..?
-No Moon... no es necesario...
-Claro que lo es River. Necesito saber.
River suspiró y acarició mi mano. Yo le permití consolarme.

Comet y el lider de los monstruos estaban a punto de firmar el tratado cuando un septariano llevó a su ejercito y la atacaron. A pesar de la guardia de tu madre... no sobrevivieron.- Hekapoo se veía bastante alterada y nerviosa.

-Un... septariano?-
-Si. Lo único que sabemos es que le dicen... "el lagarto"- Rombhulus dijo lo más serio que jamás le llegué a escuchar.
Mi corazon se partió en mil pedazos.  No había forma de que fuera él. No podía ser él.
-Logramos capturar a su lider pero no al causante de... ya sabes- dijo River consolandome nuevamente. Esta vez yo quité de golpe mi mano. Y me fui lentamente ignorando las voces de los demás.

A mi andar no me fijé realmente en todo el caos que había a mi alrededor. Lps guardias seguían corriendo de un lado a otro y gritaban instrucciones  a los demás. Incluso podía escuchar a la gente de afuera gritando y llorando. Habían asesinado a la reina y la guerra se encontraba a un solo paso de distancia nuestra. En el horizonte no muy lejanp se ponía ver como se alzaba un nuevo campamento de monstruos que gritaban y afilaban sus enormes armas con el afán de causar temor entre nuestros pobladores.

Yo aún era una niña. ¿Cómo podría proteger a mi reino de tal amenaza?
Y lo más importante, ¿Cómo podré ver a Toffee después de esto? Me resisto a creer que ese a quien llaman "lagarto" es el culpable de la muerte de mi madre. Pero muy en el fondo hay algo en mi que lo sabe perfectamente, siempre supo que enamorarse de un septariano era lo peor que podría hacer. Pero es tarde para arrepentirse. Mi corazón exige una respuesta.

Tenía que hablar con Toffee y asegurarme que era una equivocación. Él es inocente.

Volví a mi habitación pretendiendo encerrarme en mi dolor. Tomé mis tijeras dimensionales y volví al único lugar en el que estaba segura esta vez de que Toffee se encontraría. El lugar en el que todo esto comenzó.

A lo lejos pude ver su silueta. Miraba la luna. Yo la miré también. Estaba tan grande y roja. Cómo aquella primera vez cuando Toffee y yo estuvimoa juntos.

-Confie en ti.- dije tratando de aguantarme las ganas de llorar. -No eras la luna que yo creí.
Luna roja. Luna de sangre. La sangre que ha sido derramada. Presiento que de alguna forma me advirtió del peligro.

Tomé aire y me enderezé lo más posible. No qjería que Toffee me viera débil. Estaba caminando hacía mi destino en el cuál no estaba segura de si saldría con vida o no.

-Sabía que vendrías.- dijo Toffee sin siquiera mirarme. Tan apacible y tan correcto con su expresión como siempre lo ha sido desde que lo conozco. Usaba su antiguo traje de batalla. Sus brazos cruzados en su espalda baja. En su mirada podía ver tristeza, dolor y rencor.

-Siempre pudimos hablar bien aquí...
-Dime que tú no lo hiciste.

Toffee suspuró y cerró los ojos. Veía que le costaba hablar y eso sólo me puso más nerviosa. Cuando por fin abrió los ojos seguía sin mirarme. Era como si le diera vergüenza hacerlo. Y eso me dolía aún más

-Se hizo lo que se tenía que hacer, Moon...

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora