Vuelve a mi.

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Sabía que este día llegaría. No me gustaba aceptarlo pero el hecho de que se fuera me dejó destrozado. Todos estos meses me había acostumbrado a su irritante presencia, a sus insultos y sus malos hechizos. La verdad es que la casa se sentía vacía sin su escandaloso ser.

No me despedí de ella en la mañana que se fue. Me sentía traicionado y dolido de alguna manera así que me encerré en mi gabitación. Pero ella si tuvo la educación de hacerlo. Insistió un momento en llamarme pero yo no respondí. Al final me dejó una carta bajo la puerta y me dijo que me podía quedar con la casa. Tambien dijo que volvería algún día. Pero yo sabía que eso no iba a pasar. Escuché su voz entrecortada y eso me reconfortó un poco al saber que se sentía igual que yo.

Bien pude ahorrarme todo esto si desde que pude levantarme de la cama después de que ella me encontró me hubiera ido. Pero la verdad es que yo ya no tenía nada. Todos los míos habían muerto en combate al igual que yo creí que lo hice. No tenía un hogar al cual regresar. No tenía absolutamente nada.

Y al aparecer Moon en mi vida me dio otra visión. Al salvarme me dio una nueva oportunidad de vivir y de cambiar mi forma de pensar. Fui testigo de la bondad que un mewmano puede tener por un monstruo. Y no cualquier mewmano, una princesa. Y eso fue lo que más me cambió. Por desgracia nosotros estamos acostumbrados a los malos tratos y a la esclavitud de parte de su gente y ella llega a salvarme y a ofrecerme un hogar cuando nadie más lo hizo antes... siento que toda mi vida la viví engañado.

Y ahora que ella ha vuelto a su castillo a cumplir sus obligaciones como futura reina, mi mundo vuelve a desmoronarse. Nunca antes me sentí tan perdido como me siento hoy. No sé que es lo que debo hacer o a donde ir...

(...)

-Te encuentras bien Moon?
-No, Glossaryck. No estoy bien.
Me encontraba en mi habitación en el castillo. Estaba sentada en la cama y veía hacía mi ventana. Hace una semana que había regresado y seguía bastante dolida con la muerte de mi padre. La vibra en todo el castillo era deprimente. Habían puesto cortinas y alfombras de color negro a modo de luto. A mi madre casi no la veía. Me sorprendió bastante que no me pidiera explicaciones. Supongo que también estaba dolida, tanto por la muerte de mi padre como por mi huida y decidió no tener más drama de todo esto.
La entiendo. Yo también no quería lidiar con nada.
Aunque su apoyo me hubiera sido de gran ayuda para superar los recientes acontecimientos. Justo por eso decidió entregarme el gran libro de hechizos y a Glossaryck con él.
Me sentí muy aliviada cuando tuve a alguien con quien poder hablar. Pensé en Toffee y en lo mucho que lo extrañaba. El podría hacer un comentario sarcástico de esta situación y yo moriría de risa y me olvidaría de mis pesares.

-¿Aun piensas en él, Moon?
-¿Qué?- mi cara se puso roja, agradecí que la habitación estaba algo obscura y que no me pudo ver bien. Puedo jurar que Glossaryck leía mi mente o que de alguna forma sabía con quién estuve estos 8 meses que estuve desaparecida.

-En tu padre, Moon. En quien más?
-Ah. Claro que pienso en él Glossaryck. Me siento mal porque no me pude despedirme de él ni decirle lo mucho que lo quiero... no pude pedirle perdón por haber sido tan tonta y tan egoísta.
-No fue tu culpa Moon. No sabías que tu padre iba a morir. Sólo pasó y ya.
Yo voltee a mirarlo sorprendida. Era casi lo mismo que Toffee me dijo la última noche que lo vi. No pude evitar una pequeña sonrisa y una lagrima rodó por mi mejilla.

-Gracias, Glossy.
-No hay de qué Moon. Ahora no queda otra que seguir adelante. Debes concentrarte en tu entrenamiento.

Asentí un poco más animada. Él tenía razón, yo debía seguir adelante porque nada de lo que yo pudiera hacer haría regresar a mi padre o el tiempo para que no me fuera y aún si esto último fuera posible no lo haría porque no hubiera conocido a Toffee.

Volví a pensar en él, me preguntaba cómo estaría o que haría en ese momento. No entendí muy bien su comportamiento de aquella noche y eso me dejó pensando muchas cosas y a la vez nada.
Quería volver a verlo, pero esta vez me sería más difícil el poder irme de nuevo del castillo, incluso por un par de horas.
Cuando me fui le dejé mis tijeras dimensionales con la esperanza de que él en algún momento las usaría para venir a verme pero conforme pasaba el tiempo mis esperanzas de que eso pasara se iban desvaneciendo.

Me sorprendía aún más la rapidez con la que me encariñé de él.
Si bien en un principio tuvimos una muy mala relación, Toffee dejó de lado su rencor y odio hacia los mewmanos y aprendió a convivir conmigo. La hija de sus mayores enemigos.
Y yo por otro lado tiré los prejuicios con los que había crecido respecto a los monstruos. Nada es como nos han dicho en la vida. Si al menos le damos una oportunidad todo podría cambiar.
Tal vez Eclipsa siempre tuvo razón y los demás sólo tuvieron miedo a saber que estaban equivocados y por eso la exiliaron.
Sólo espero no terminar como ella por pensar de esa forma...

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