-¿Pasa algo Moon?-
-No podemos ir a la guerra aún. No estamos preparados. Debe de existir otra forma de calmar toda esta situación sin que nadie más salga lastimado.Mi madre me miró con dulzura y ansiedad al mismo tiempo. Podía ver el miedo en sus ojos aunque tratara de disimularlo.
-Tranquila hija. Todo estará bien. Justo ahora nos vamos a reunir para hablar y tomar una desición al respecto. No hay de qué preocuparse.
-¿Puedo entrar contigo? De cierta forma esto también es asunto mío como futura reina de Mewni.-Mi madre volvió a mirarme, esta vez me estudio y se dió cuenta de lo mucho que había madurado en tan poco tiempo. Me sonrió de una forma tan melancólica que me dolió y asintió.
-Claro hija. Esto también te corresponde. Serás una magnifica reina.Y juntas cruzamos la gran puerta para encontrarnos con la alta comisión de magia. Ella me presentó a todos y dijo que ya era tiempo de que me involucrara a fondo con los asuntos del reino. Me senté a su lado a escuchar las propuestas de todos para acabar con la guerra.
Todas iban a los extremos. Desde juntar a todo el ejercito de Mewni y aliarnos con otros reinos para formar otra "gran masacre de monstruos" hasta el hecho de no hacer nada y reforzar la muralla mágica.
-Los septarianos tienen la culpa, son los que insitan a los otros monstruos a revelarse. Siempre con sus aires de superioridad. Esa raza está maldita gracias a su magia de autoregeneración.-
- Desde la época obscura de Eclipsa que esos miserables tomaron más fuerza. Son peores que las ratas. Son imposibles de liquidar.Mina y Rombhulus se la pasaban discutiendo sobre la desgracia de los Septarianos y yo sentía que mi sangre hervía del coraje. Si bien sólo conocía a dos septarianos, esos dos septarianos me habían enseñado que no eran como los de mi pueblo contaban. Ellos eran buenos, tenían alma y se podía razonar y hablar civilizadamente. A estas alturas ya no sabía qué bando era un monstruo y cuál era civilizado.
-¡Basta ya! debe de haber otra forma. - sin darme cuenta grite y todos voltearon a verme desconcertados incluyendo a mi madre, yo queria guardar silencio pero sabía que si lo hacía probablemente Toffee moriría si ellos decidían ir a la guerra.-
-Tal vez si hablamos con ellos se puede llegar a un acuerdo. No es necesario volver a derramar sangre. Ellos...
-Comet, ¿acaso tu hija se ha vuelto loca?- dijo Hekapoo bastante exaltada. -Niña ¿tienes idea de lo que estás diciendo? Es imposible hablar con un Septariano. ¡Son monstruos! Animales que no razonan! Son sanguinarios e indestructibles! No tienes idea de todos los crímenes más atroces que han cometido. Han asesinado a familias enteras sin titubear. Se divierten al hacerlo. Tratar de acercarnos a ellos sólo nos expondrá y podríamos morir.-Hekapoo tiene razón. Ellos no razonan, princesa Moon. Son criaturas malvadas.- Omnitraxus trató de suavisar la situación. Yo no podía creer que alguien como Toffee fuera asi. No podía imaginarlo en la guerra, degollando a todo mewmano que se le pusiera enfrente, pese a que me había contado que había estado en la guerra. Pero por mucho que me cueste, sé que es verdad. Toffee en algún tiempo fue un... "monstruo".
-Sólo digo que debe de existir otra forma de no terminar en guerra... Con su permiso, me voy a retirar.
-Hija, ve a tu cuarto a descansar. Sé que estamos pasando por un momento difícil pero verás que encontraremos la solución.- Yo asentí y con educación volvi a disculparme por mi retirada. Mi madre me acompañó a la puerta.-Te amo hija, estoy muy orgullosa de ti. Tratar de encontrar una buena solución. Haciendote escuchar por sobre todos. No dejes que nada ni nadie te doblegue. Mantente fuerte a tus creencias. Tú eres una reina y debes de hacer que te respeten.-
Abracé con todas mis fuerzas a mi madre y traté de no llorar. Nos despedimos y yo caminé hacia mi habitación.Estaba absorta en mis pensamientos tratando de alejar esa visión de un Toffee sanguinario. Varios guardias me saludaban con educación o me preguntaban si estaba bien. Yo los ignoraba a mi paso, no tenia ganas de hablar con nadie.
Cuando abrí la puerta de mi habitación un escalofrío recorrió mi cuerpo al ver una silueta sentada en mi cama. Estaba obscuro pero lo reconocí de inmediato. Toffee.
Cerré la puerta con extremo cuidado pero no me acerqué. Tenía muy fresca esa imagen en mi mente y causó en mi un miedo hacía Toffee. Él se levanto y prendió la luz de la lampara de mi mesa de noche. Por un momento largo lo desconocí y mi cuerpo se puso alerta a cualquier movimiento que él hiciera.-Moon, ¿Pasa algo malo?- no sé por qué no podía responder. Sentía un miedo que jamás había sentido hacia él. Ni siquiera cuando lo encontré malherido en el bosque. Trató de acercarse a mi pero yo salté espantada y eso lo preocupó.
-Moon, soy yo ¡Toffee!- dijo ahora sin moverse de su lugar pero alzando las manos en son de paz.
- por favor Moon dime que ha pasado. Yo jamás te lastimaría. No debes de temerme. Soy yo...Lo miré fijamente y en sus ojos vi verdadera preocupación y también miedo. Esos ojos dorados que me cautivaron desde el primer momento que lo conocí. Esos ojos que no mentían. De repente me sentí toda una imbécil por haber temido de él. Él jamás me haría daño. Su pasado es eso: un pasado que se borró cuando nos conocimos. Tantos años ya de conocerlo y en ese tiempo jamás hizo algo malo. Siempre cuidó de mi. De golpe todas las lagrimas que me había estado aguantando todo el día salieron a raudales y me lanzé a loa brazos de Toffee.
-Toffee, perdóname. Ya no sé que hacer. Estamos en un mal momento. Mi reino quiere masacrar a todos los monstruos incluyendote. Traté de convencerlos de que llegaramos a un tratado de paz pero dicen que los septarianos son de lo más sanguinarios. No pude evitar imaginarte siendo así. Tuve miedo. Muchísimo miedo por ti, por mi, por mi madre y mi reino. No quiero que nada malo suceda y no sé que hacer para evitarlo. Quiero estar contigo y no quiero que nada malo te pase, pero no podía decirles a ellos que no puedo ni quiero ir a la guerra porque te amo; por que sé que no lo entenderían. Me cristalizarían como a Eclipsa. Ellos jamás lo entenderían... -
Toffee me abrazó todo el tiempo y no dijo nada. Me escuchaba y sabía que él también temía por lo que estaba por pasar. Esto está más allá de nosotros y por mucho que quisieramos. No podíamos hacer nada.
-Shh ssht. No te preocupes por eso Moon. Yo jamás te haría daño, lo prometo. Por ahora no te preocupes por eso y descansa. Te juro que juntos encontraremos una solución a esto, de acabar con la guerra que se avecina para que al final podamos estar juntos sin la necesidad de escondernos. Descansa por ahora Moon.- al igual que mi madre, Toffee me prometió ayudarme a solucionar estos problemas. Pero igual que en ese momento, supe que esas promesas no se podrían cumplir tan fácil.
Me quedé por un buen rato acostada entre los brazos de Toffee llorando, hasta que finalmente el cansancio de apoderó de mi y me quedé profundamente dormida.Entre mis sueños podía ver imagenes de mi madre llendo a firmar un tratado de paz con los monstruos, los cristales de Rombhulus y a Toffee con su antiguo traje de batalla.
Creo que me quejaba y me movia aún dormida porque podía sentir los musculosos brazos de Toffee reconfortarme.
A la mañana siguiente me desperté y el frío se apoderó de mi. Miré a mi lado y me di cuenta que Toffee ya no estaba. Su lugar aún se sentía cálido por lo que imaginé que tenía poco tiempo de haberse ido. De seguro por temor a que nos descubrieran.
Ya era un poco tarde y mi madre aún no venía a verme.
De inmediato me levanté, me puse una bata y bajé.
Me sorprendió ver todo muy tranquilo. Ningún guardia a la vista.Fui directo a la sala del trono y me sorprendió ver a Mina Loveberry ahí.
-Mina. Dónde están todos? Y mi madre?
-Hola princesa. Ayer después de que te marchaste, tu madre sugirió ante la comisión que tu idea de tratar de firmar un tratado de paz con los monstruos era una buena opción para evitar otra masacre. Ha partido esta mañana con el ejercito para hablar con su lider. Al parecer ellos están dispuestos a negociar para parar la guerra.Mi corazón se detuvo. No se si por alegría al escuchar eso o por miedo a que le pasara algo a mi madre.
-No debe de preocuparse princesa. Su madre está muy bien protegida en dado caso que algo ocurriera. Me ha dejado a cargo de tu seguridad. Ella es muy fuerte, no le pasará nada. Todo indica a que firmaran el tratado con buenos términos.
-Eso espero Mina... eso espero...

ESTÁS LEYENDO
Renacer
Fiksyen PeminatLo que se dice en los libros no es siempre del todo cierto. La historia es más obscura de lo que puedes llegar a imaginar. Una guerra que arrasa con todo, una guerra que cambia destinos y une lo que estaba predestinado... o tal vez no... Una histo...