Tengo miedo, Yuuri...

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"Antes de comenzar la competencia de hoy tenemos un importante aviso que hacer. Hace dos días el patinador japonés Kenjiro Minami se reportó como desaparecido. Fue visto por última vez en el aeropuerto de Japón, por lo que se sospecha que viajó a otro país. Si alguien sabe algo de él no dude en contactar a la policía o directamente a sus familiares."

Christopher Giacometti y Otabek Altín eran los primeros finalistas confirmados del Gran Prix.

La rutina de Chris, dónde expresaba el "mature Eros", arrebató miradas y gritos de sus fans. Víctor, que se consideraba en el club de fans de su amigo al igual que éste de él, también formó parte de toda la exclamación.

Ya en vestidores ambos amigos brindaban entre risas y jugueteos. De cierta forma era ya una tradición entre ellos beber champagne cuando calificaban al Grand Prix Final.

-Oye, Víctor -dijo Chris con la copa cerca de sus labios-. Somos amigos desde hace mucho tiempo, ¿Cierto?

-Si, hace ya un buen rato -respondió Víctor con su tan particular sonrisa.

-Y sabes que puedes contarme lo que sea, ¿No es así?

-Si, lo sé -respondió un poco intimidado por las repentinas palabras de su amigo, que caían de golpe sobre su culpable y cargada conciencia.

-Entonces... -decía Chris cubriendo su boca con la copa-¿No hay algo que quieras decirme, amigo?

Por un segundo Víctor sintió que el mundo se había detenido para dejar sonar el más intenso latido de su corazón, como un presagio de la desgracia.

-¡Ah! ¡Me tienes! -respondió Víctor sin perder su aura de broma- Ya había bebido champagne esta mañana, ¡Pero solo bebí una copa! No me odiaras por eso, ¿O sí?

Por un instante Chris tuvo una expresión seria antes de reír a voz baja.

- Sé cuando me ocultas cosas Victor, pero está bien -Bebió un poco de champagñe-. Es muy grosero de tu parte haber brindado sin mí, y lo sabes...

El corazón del albino se relajo en un aire de alivio.

El resto de la noche siguió con ambiente de festejo para ambos. Los últimos días habían sido muy estresantes para Víctor, en muchos sentidos, y lo que más necesitaba en ese momento era alejarse un poco de sus pensamientos para pasar el rato con su mejor amigo, como en los viejos tiempos.
Bebieron bastante, lo cuál causó una buena resaca en Víctor a la mañana siguiente, haciendo que olvidara su compromiso de entrenar con Yuuri temprano.

Para cuando despertó había un mensaje en su celular.

"Víctor, bajé a entrenar con Yurio, aquí te espero."

Yurio... Yuri Plisetski era su competencia más próxima, probablemente el rival más fuerte sobre él, ¿aún así estaban entrenando juntos?

Se levantó con precaución y caminó hacia la regadera. Dejó que el agua más fría que pudiese salir corriera por su pálida piel, como si con ella escurrieran todos los pensamientos que lo atormentaban últimamente.
Sabía que algo malo pasaba con él, había hecho cosas que nunca pensó que haría. No tenía miedo, no sentía siquiera arrepentimiento, no sentía nada. Sólo había algo que podía mantenerlo vivo, estable, feliz, y eso era pensar en Yuuri.

- Eso es tan lindo, Víctor-Sintió su presencia abrazándolo desde atrás, frotando su rostro contra su desnuda espalda.

-¿Qué quieres, Eros?-preguntó malhumorado Víctor.

- Llámame Yuuri, ya te lo había dicho -Víctor lanzó una mirada furtiva por detrás del hombro al otro-. Yo existo por ti, y tu existes por mí. Déjate llevar, Víctor, no hay por qué pensar demasiado. Después de todo... lo que haces es por amor...

El Eros en su Cabeza [Viktuuri] [Yuri on Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora