¡Tú serás Eros, Yuuri!

2.1K 251 30
                                    

Ahora tenía a Yuri Plisetski en Japón. No lo hacía muy feliz. No paraba de decirle que tenía una promesa pendiente, la cual Victor estaba más que dispuesto a abandonar por perseguir a Yuuri. No se mostraba enojado, difícilmente expresaba su enojo, pero sabía que tenía que hacer algo para que Yuri no lo llevara de vuelta a Rusia, y considerando lo perseverante que era el pequeño rubio, debía pensar en algo realmente ingenioso.

—¡Tú serás Agape! ¡Y tú serás Eros, Yuuri! —Decidió repentinamente.

Así planeó una competencia entre ambos "Yuris". Ambos mostraron resistencia ante la decisión que Víctor tomó tan deliberadamente, pero él sabía que había tomado la decisión correcta. Yuuri no sólo tenía un lado Eros, él era Eros. Se lo había demostrado aquella noche del GPF, y lo demostraría al mundo esta vez.

Tenía a Plisetski y a Katsuki entrenando apasionadamente para dicha competencia. Plisetski, a pesar de su conocida apariencia a gato salvaje, logró captar bien el espíritu de Agape, mientras Katsuki... no paraba de cometer errores, de temer, de caer, de negarse a recibir a Eros de nuevo dentro de sí. 

Por un momento creyó que era imposible, que debía rendirse, que Plisetski ganaría y lo llevaría de nuevo a Rusia. Su sonrisa brillante aparecía frente a todos el día del evento, pero por dentro ya había empaquetado sus sentimientos dentro de la maleta. 

Justo después de la presentación de Plisetski, la cuál fue sin duda deslumbrante, comenzó el Eros de Yuuri. En ese momento Victor sintió algo indescriptible, algo que lo derrumbó, lo incinero, y luego lo trajo de nuevo a la vida entre unas dulces y suaves manos. Sus movimientos delicados, sus miradas ardientes, sus gestos, su pecho subiendo y bajando al ritmo de sus jadeos, sus brazos libres desplazándose con gracia, los discretos gemidos de esfuerzo que salían de entre sus labios para llegar como suave brisa hasta los oídos del peliplateado. Era un Yuuri diferente, incluso al que conoció la noche del GP, diferente a todo lo que creyó, era como un incubo que danzaba sólo para él, que planeaba devorar su corazón y succionar su alma hasta la última gota.

Era Eros en carne propia. No podía evitarlo, ya había caído a sus pies.

................................................................

El Eros en su Cabeza [Viktuuri] [Yuri on Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora