Claro, Yuuri

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Una copa tras otra, otra tras otra, y al final de la noche Víctor ya se encontraba completamente desnudo y ebrio.

Phichit, amigo tailandés de Yuuri, tomó una fotografía un poco comprometedora del momento, donde Víctor desnudo abrazaba celosamente a Yuuri, y como todo buen escándalo no tardó en correr por todos lados.

Al otro día Víctor recibió una llamada de su mejor amigo Chris, quién no perdió la oportunidad de bromear al respecto y de muchas otras cosas. Tenían un lazo de confianza y hermandad ejemplar, por lo que hablar con él le alegraba el día a Víctor.

— Y ni así Yuuri te hizo caso, ¿cierto? —se reía del otro lado Chris.

— Es cuestión de tiempo para que se enamore de mí, sabes que no me rindo fácil—respondía entre risas Víctor.

Platicaban de muchas cosas, se ponían al día de la vida del otro, y poco a poco la conversación comenzó a tener un tono más serio. Por experiencia sabían que cuando llegaban a ese punto era hora de hablar de algo que incomodaría a uno de los dos, y esta vez era turno de Víctor ser ése alguien.

—¿Realmente vale la pena dejar atrás tu carrera por él? —preguntó con un tono melancólico Chris— No creo necesario decirte que todos te extrañamos, tanto patinadores como el público.

—Chris, esto es diferente —respondió con tono autoritario Víctor—, esto no es una atracción casual, ni siquiera una fijación sexual y ya, realmente me he enamorado, y si tengo que dejar todo atrás, hasta olvidar quién fuí alguna vez, entonces lo haré.

Un corto silencio se mantuvo en la línea, seguido de un pesado suspiro por parte de Chris.

— Víctor, sabes que yo siempre te apoyo, hasta en tus decisiones más locas o inmaduras, y esta vez no será diferente. Sólo te pido que mantengas la cabeza fría... me da la impresión de que estas obsesionandote con él.

— Gracias, lo tendré en cuenta...

Tras un poco más de charla ambos se despidieron y colgaron. Víctor, que se encontraba recostado en su cama, estiró los brazos y piernas como rendido, mirando el techo.

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— ¿Tiene algo de malo que te obsesiones conmigo?

Acurrucado a su lado estaba "Eros", como había decidido llamarle para diferenciarlo de su amado Yuuri, pues a pesar de tener la misma apariencia definitivamente no eran la misma persona. Tenía su mano sobre su pecho y el rostro cerca del suyo. Comenzaba a acostumbrarse a su presencia repentina y engañosa. Sus acciones siempre eran seductoras y suaves, pero a la vez provocaban un sentimiento de inseguridad, inquietud, como si en cualquier momento fuese a morderle.

—Debes pensar en mí, y solo en mí —hablaba sobre su oído, acariciando descaradamente su pecho— aquéllos que no puedan entenderlo, por mí pueden morir en la más oscura y profunda agonía... y eso te incluye a ti.

Tomó el rostro de Víctor y lo giró hacia el.

—Espero mucho de ti, y tú no me das nada —Sus ojos resplandecían en rojo escarlata—. Te advertí que no me aburrieras y es exactamente lo que haces, ¿Qué no me amas?

—Debo enamorar a Yuuri antes de decirle mis sentimientos... —Tras decir ésto Víctor se giró dándole la espalda al otro. Se podía notar en el rostro de Eros que estaba realmente molesto.

—Listo, me aburriste —dijo Eros, seguido de levantarse de la cama y desaparecer en un parpadeo.

[...]

Al otro día Yuuri interpretaría su seductora rutina, y la ejecución de ésta determinaría si Yuuri pasaba a la final o no.
A lo lejos Víctor vió a Chris hablando con Yuuri, lo cuál lo preocupó un poco. Sabía que Chris nunca se callaba nada, pero también sabía que no haría nada que pudiese perjudicarle como amigo.

La presentación de Yuuri comenzó.

Víctor no pudo contener su emoción, ¡Quedó perfecta!, la mejor que había hecho hasta ese momento. ¡Primer lugar en programa corto! Aterrizó perfectamente todos y cada uno de los saltos, y sobre todo, logró emanar con cada movimiento la más pura esencia de la sensualidad que representaba Eros.

Al salir de la pista se dirigió directamente a Víctor, entre movimientos provocativos en su caminar y fuego en la mirada. Tomó a Víctor de la corbata agresivamente y se acercó seductoramente a su oído.

—Te vas a quedar conmigo, seguirás siendo mi entrenador, y no te fallaré, ¿Está claro?

—Claro, Yuuri —respondió con una expresión embobada y una sonrisa de oreja a oreja.

Fuera Yuuri o su antagónico Eros, Víctor lo amaría hasta el fin de sus propios días.
Quién sabe, quizás ya se había obsesionado... pero quizás, sólo quizás, podía hacerlo un poco más...

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El Eros en su Cabeza [Viktuuri] [Yuri on Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora