—¿Minami? ¿Qué haces aquí?
—Vine a hablar con Yuuri sama, ¿Está aquí?
Víctor estaba notablemente nervioso, había jugado sin cuidado y estaba a punto de ser descubierto.
—No está, salió con alguien...
—Oh... —el chico japonés se veía desilusionado— Bueno... Volveré después...
—¡No! —Víctor casi gritaba por sus nervios, trató de calmarse un poco y prosiguió con sus palabras— ¡Pasa, por favor! Debió ser un viaje largo, ¿Puedo invitarte algo de tomar? Seguro Yuuri no tarda, sería una pérdida de tiempo haber venido por nada ¿No lo crees?
Víctor soltaba un par de risillas ansiosas, que sorpresivamente Minami no notó extrañas en absoluto, así que decidió entrar.
Tomó asiento en el pequeño sillón individual, justo frente al sillón más amplio donde Víctor se sentó.
Sobre la mesita de centro habían servidos dos vasos de té helado con el hielo tintineando por el cambio de temperatura.—Entonces, Minami, no quiero parecer entrometido, pero me da curiosidad... ¿De qué quieres hablar con Yuuri?
—Pues verás —respondió el chico con toda la disposición de decir hasta el último de sus pensamientos, lo cuál sorprendió un poco a Víctor, quien no creía que sería tan fácil—, después de haber competido juntos comencé a hablar mucho con Yuuri sama, cada que tenía un problema o cuando necesitaba motivación hablaba con él y me sentía mucho mejor. ¡Él es mi ídolo! No tienes idea de lo feliz que me hacía hablar con él, ¡Siempre pensaba en él!... pero...
—¿Pero? —dijo Víctor tratando de controlar la ira y los celos que comenzaban a brotar lentamente en él.
—Pero... De la nada comenzó a comportarse diferente, de un mensaje a otro se portó muy grosero...
—Debe ser por el estrés de la competencia —respondió Víctor esforzándose por sonar tranquilo.
—No lo creo... incluso cuando estaba tenso o nervioso platicábamos muy bien, incluso más de una vez le ayude a sentirse mejor...
—¿En serio? —respondió Víctor entre una risa sarcástica, cruzando brazos y piernas— vaya, por como lo cuentas tal pareciera que eran muy cercanos, ¿Acaso lo veías como una relación de amantes? ¡Hahaha!
La cara de Minami ardió en sonrojo, igual que ardía la sorprendida ira de Víctor.
El chico bajó la mirada mientras frotaba tímidamente sus manos. Víctor difícilmente podía seguir controlando todo lo que hervía en su sangre, y que se reflejaba en su pesada mirada, pero se esforzaba con todas sus fuerzas por seguir en compostura.
—Bueno... —respondió Minami con vergüenza— No es que fuéramos amantes... Pero más de una vez pude haber deseado que lo fuera... Debo serle sincero, Víctor sama, mis intenciones con Yuuri van más allá de una amistad... Yo en verdad siento algo por él que...
Víctor se levantó abruptamente, interrumpiendo a Minami para ir directo a la cocina por un par de portavasos. Al volver al sillón se sentó firmemente y con una sonrisa colocó los portavasos bajo las bebidas, las cuáles no habían sido tocadas por ninguno de los dos.
—Disculpa por eso, Minami, es solo que me vuelve loco que se ensucie la mesa... Entonces me decías que tenías otras intenciones con Yuuri, pero él se portó grosero contigo. Ya lo tengo. Por favor continua desde ahí.
Minami ya se notaba un poco extrañado en ese momento, pero aún dispuesto a platicar.
—Yuuri me envió un mensaje donde me decía que yo le era molesto, y que no lo buscara más. Yo por supuesto le pedí una explicación, y comencé a enviarle mensaje tras mensaje, pero sólo me respondió cinco veces desde entonces, todas diciéndome que dejara de molestarlo. Aunque es poco el tiempo que pasé con él sé que bajo ninguna circunstancia se comportaría de esa forma... Es por eso que vengo desde otro país para verlo y preguntarle personalmente qué ha pasado...
.
.Hubo un corto silencio.
.
.Después de un par de segundos Víctor bebió un poco de su té helado y, con una aparente seriedad, se preparó para hablar.
—Ciertamente es una faceta de Yuuri difícil de creer, pero es parte de él después de todo. Si yo hubiera sabido de esos mensajes te aseguro que lo hubiera regañado. El estrés puede hacer de él algo irreconocible... si me permites un consejo, Minami, te recomendaría que te alejes de él, puede que al final no sea la persona que esperabas...
—¡Eso no es cierto, Víctor sama —replicó el japonés con desesperación—¡Yuuri no es así! Algo extraño pasó, ¡Y debo preguntarle en persona!
—Minami, lamento decepcionarte, pero no eres el primero que pasa por ésto. Incluso yo me he visto víctima de esta mala conducta de Yuuri... Además alguien que tan tranquilamente te dice "patinador fracasado" no puede ser tan buena persona, piénsalo. Deberías alejarte antes de que te dañe más.
—Es que no lo entiendo, Víctor sama, yo sé que... —de la nada Minami dejó de hablar, como si se hubiese percatado de algo. Víctor lo observaba con los brazos cruzados desde el otro sillón, esperando alguna explicación a tan repentina interrupción.
—Víctor sama... ¿Puedo preguntarle algo?— dijo al fin el chico, alzando lentamente su mirada asustada hacia Víctor, quién asintió ante su petición.
—Víctor sama... ¿Cómo sabías que Yuuri me había escrito eso? Si yo... en ningún momento te lo dije...
.
.Hubo un silencio abismal en la habitación. Por un segundo sólo se escuchó el sonido de los hielos quebrandose en las bebidas.
Un par de eternos segundos que decían más que todas las palabras que habían sido dichas en la conversación.
.
.—Yuuri... ha tenido el celular apagado desde entonces... como si lo hubiera perdido... —decía temblorosamente el chico frente a la mirada mortal del otro— A decir verdad... esos mensajes parecían escritos por otra persona... ahora que lo pienso...
.
.Víctor podía escuchar su corazón latiendo intensamente mientras sudor frío resbalaba desde su nuca,
Minami se levantó lentamente, agradeció por la hospitalidad, hizo una pequeña reverencia y salió de la habitación como si tratara de hacer el mínimo ruido posible.
.
.Un par de segundos Víctor perdió la mirada sobre la bebida que se derretía en la mesa de centro.
Un par de segundos...
.
Uno...
.
.Dos...
.
.
.Tres...
.
.
.
.Cuatro...
.
.
.
.
.—Hazlo...
Víctor se levantó violentamente del sillón, tomó las llaves de su auto y corrió hacia el pasillo fuera de la habitación. Se dirigió hacia los elevadores. Uno de ellos se dirigía directo a planta baja, debía ser Minami. Tomó el otro y bajó al estacionamiento, piso -1, subió a su auto y arrancó rápidamente. Al llegar a la calle pudo ver a lo lejos a Minami que parecía correr hacia un taxi. Víctor pisó el acelerador y condujo siguiendo el taxi donde viajaba Minami. Por el espejo vió a Eros, sentado en el asiento trasero, con una sonrisa como la de un niño a punto de hacer una travesura.
—Hagámoslo, Víctor
Su molesta y malvada risa llenaba por completo la cabeza de Víctor, envolvía el interior del auto, retumbaba en las ventanas, vibraba en el aire, y cuando menos lo podría notar, Víctor estaba riendo también
—Lo haré por ti... Yuuri...
.
.• continuará...
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El Eros en su Cabeza [Viktuuri] [Yuri on Ice]
FanfictionLa historia sigue la línea temporal del anime, pero en ésta versión Víktor Nikiforov se obsesiona con Yuuri desde el primer día que le conoce, tanto que comienza a alucinar la versión "Eros" de éste, vestido siempre con el traje negro de su sensual...