—¡Víc~ tor~! —gritaba con tono cantado Yuuri.
—No grites Yuuri, o nos meteremos en problemas —decía Víctor mientras cargaba al otro hasta su habitación.
—¡Estoy con Víctor Nikiforov!
—¡Shh, Yuuri!
—Víctor Nikiforov es tan sexy en persona~
—Yuuri cálmate un poco —reía el albino.
Jamás había tratado con Yuuri, lo conocía solamente de vista y nombre pero nunca había hablado con él.
Le parecía increíble lo mucho que cambiaba estando ebrio. Más le sorprendió que todos accedieran a bailar con él en el banquete del GP.Había sido una noche estupenda. Hacía tanto tiempo que no se divertía así, lo menos que podía hacer como agradecimiento era llevarlo hasta su cama sano y salvo.
En cuanto Víctor lo recostó sobre el colchón con toda la delicadeza que pudo, Yuuri lo jaló del brazo haciéndolo caer a su lado, y lo abrazó de inmediato.
—Víctor... gracias...
—¿Eh? ¿Por qué? —respondió Víctor sorprendido.
Yuuri se presionaba juguetonamente contra Víctor, moviendo con deseo su cadera.—Por existir~ —Lo besó repentinamente. Víctor estaba tan sorprendido que no sabía cómo reaccionar, así que simplemente cedió al control de Yuuri.
El beso era tan intenso que Víctor sentía cómo una parte de él era absorbida. Se dejó llevar completamente por esa sensación. Yuuri lo abrazaba y acariciaba como jamás nadie lo había hecho, sus labios lo rozaban con una dulce seducción que le resultaba adictiva, su aroma masculino era suave, y delicioso combinado con la esencia del champagne que había estado bebiendo.—Víctor... me gustas mucho...
Bastaron solo esas tres palabras para que Víctor sintiera su mundo temblar. Había pasado tanto tiempo solo, sin que nadie se acercara a él, siendo admirado como muñeco de aparador, que creía congelado su corazón. Yuuri, en un breve instante, le había devuelto la vida.
"Creo que... me he enamorado..."
[...]
—Víctor, agradezco todo el esfuerzo que haz hecho por mí hasta ahora, pero es mejor que todo esto acabe tras la final...
El silencio era tan penumbral que casi podía escucharse la nieve cayendo afuera.
Se quedaron así unos eternos segundos, hasta que Víctor comenzó a hablar.—¿Entonces eso era, Yuuri?... Me usaste para llegar tan lejos, ¿y ahora me vas a desechar?...
—Víctor... —respondió sorprendido Yuuri— No te estoy desechando... déjame explicar-
—¡¿Ésto no es desechar?! ¡¿Me crees idiota, Yuuri?! —Víctor se levantó bruscamente y lanzó la lámpara que estaba sobre la mesa de noche. Yuuri subió a la cama por el susto, alejándose poco a poco de él— Después de todo lo que hice por ti... ¡¿Ahora vas a dejarme?! ¡No tienes ni idea de lo que he hecho por ti!
—Víctor por favor cálmate —decía Yuuri con la voz temblorosa—, estás asustandome...
Víctor estaba completamente fuera de control, podía verse la ira brotando en sus ojos y en las venas hinchadas de sus brazos. Yuuri intentaba cubrirse atemorizado con las manos, previniendo que en cualquier momento el otro lo golpearía.
—¡¿Te asusto?!... ¡Oh, te daré un buen motivo para estar aterrado de mí!
Víctor lo tomó del pié y lo arrastró hacia él. Con violencia se metió entre sus piernas, tomó sus manos, las aprisionó sobre su cabeza, y lo besó con tal brusquedad que casi lo ahogaba. Yuuri intentaba forcejear con él, pero lo sujetaba con tanta fuerza que incluso cortaba su circulación.
—¡Debes amarme a mí! ¡Solo a mí! ¡No dejaré que te vayas jamás!
Le arrebató el pantalón casi rasgandolo, la ropa interior la jaloneo hasta sus rodillas, y abriendo su bata se dispuso a penetrarlo en seco.
—¡No! ¡Víctor detente! ¡No quiero!
—Yuuri... —decía mientras formaba lentamente una sonrisa tan retorcida como la del mismo Eros— Dí que me amas...
Justo cuando Víctor estaba por entrar en él, Yuuri logró acertar una patada directo en su cabeza. Aprovechando el desconcierto siguió pataleando hasta que Víctor no pudo seguir sujetándolo.
Salió corriendo de la habitación, escurriendo en lágrimas y sujetando su casi rota ropa interior.
Víctor se quedó inmóvil sobre la cama, con la mano sobre la parte adolorida de su cabeza.
Podía escuchar cómo en el pasillo Yuuri golpeaba la puerta donde se quedaba Chris, casi suplicando por ayuda.
"¡Tienes que ayudarme! ¡Víctor enloqueció de repente!"
Cuando hubo no más que silencio supo que Chris ya lo habría acogido.Se sentó sobre la cama, jugando la lámpara rota con su pie. Perdió la mirada por un largo rato, sin pensar en nada específico, sin siquiera mover nada más que su pie y los párpados.
Después de un rato recibió un mensaje de Chris.
"Yuuri está conmigo, está a salvo. No quiere decirme lo que le hiciste, pero por cómo llegó no es difícil de adivinar. Víctor, te digo ésto como amigo: tienes que buscar ayuda profesional. Podrías lastimar a alguien más, y entonces ya no..."
No acabó de leer el mensaje cuando dejó caer el celular al piso y lo empujó debajo de la cama.—Así que ya no te necesita... Anciano...
—No lo merecía después de todo, Víctor sama. Yuuri era mucho para usted...
—Víc~ tor~ ¿Es ésta la cagada definitiva? ¡Hahaha!
Con lentitud se levantó de la cama, cubriendo sus oídos con las manos y apretando los párpados. Caminaba en círculos por la habitación, tratando de ignorar las voces que exigían ser escuchadas.
—Yuuri sama se merece algo mejor que un demente...
—No volverás a ver al cerdo. Él se buscará algo mejor que tú.
—¡Y solo me cogiste dos veces! ¡Hahaha!
—Es lógico, Yuuri sama no estaría con alguien tan desagradable...
—Ese cerdo se olvidará de ti...
—Yo nunca te amaré, Víctor...
—¡YA BASTA!
Víctor lanzó un puñetazo que atravesó un espejo grande junto al clóset, con tanta fuerza que no sólo el vidrio cortó su piel, si no que casi reventaba sus huesos contra la pared.
Las voces pararon, pero la risa de Eros seguía haciendo eco en su cabeza. Cayó de rodillas sobre los pedazos de vidrio, viendo cómo su sangre escurría en el reflejo.
Tomó un trozo de espejo, filoso y puntiagudo, y miró su expresión en él.
No se reconocía. Era como ver a alguien más; una víctima de un cruel psiquiátrico, un loco triste, un asesino con el corazón tan destrozado como el espejo en la alfombra.Amaba a Yuuri, y sabía que jamás en su sano juicio habría querido lastimarlo, pero ya no existía un sano juicio en él.
Quería acabar todo, tenía que hacerlo...
Miró la sangre recorriendo el reflejo de su perturbado rostro... y sonrió...
"Pronto acabaré todo, Yuuri..."
[...]
Era el día de la final. La última presentación del torneo. El final absoluto.
Seguía siendo el entrenador de Yuuri, por lo que estaría presente con él.
Víctor planeaba llegar caminando hasta la sede, por lo que salió del hotel a una hora prudente para llegar a tiempo.
Mientras caminaba recibió una llamada de un número desconocido.—¿Víctor? ¿Estás solo? —Era Chris. Su voz parecía forzarse a parecer serena, aunque contagiaba mucho nerviosismo.
—Sí, dime...
—Víctor... encontraron el cuerpo de Minami... Víctor tienes que huir ahora...
.
.
.
.•Continuará...
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El Eros en su Cabeza [Viktuuri] [Yuri on Ice]
FanfictionLa historia sigue la línea temporal del anime, pero en ésta versión Víktor Nikiforov se obsesiona con Yuuri desde el primer día que le conoce, tanto que comienza a alucinar la versión "Eros" de éste, vestido siempre con el traje negro de su sensual...