Todo estará bien, Yuuri

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El programa corto había sido un éxito, había impresionado hasta al más escéptico, dejando en claro que él era digno de ser entrenado por el tan aclamado Víctor Nikiforov. Sin embargo, los demás patinadores tenían fe en poder acortar la brecha en el programa libre, y eso aterraba a Yuuri.

Víctor concentraba su más pura atención en él, lo cuál le resultaba fácil pues Eros ya no aparecía a cada momento para distraerlo.

Yuuri estaba notablemente tenso y ansioso, lo cuál hacía difícil el entrenamiento, pues caía una y otra vez, y con cada caída aumentaba su ansiedad.

Era hora del calentamiento. En unos minutos sería su turno de presentar su rutina "Yuri on ice".

Víctor le prohibió rotundamente intentar los saltos durante el calentamiento, pero Yuuri desobedeció, cayendo frente a todos y extinguiendo la última llama de cordura dentro de él.

Huang, Christopher Giacometti y Phichit Chulanont se presentaban con éxito sobre la pista, entusiasmando al público que gritaba de emoción. Después de todo, esa presentación definiría quién avanzaba hacia la copa y quién quedaba descalificado.

Víctor llevó a Yuuri lo más lejos que pudiese del ruido durante la rutina de Phichit, terminando en el estacionamiento de la sede. Confiado en que Yuuri usaba sus auriculares desvío la mirada, escuchando el eco del comentador del evento, que con emoción narraba la presentación de Phichit.

"¡Éste joven chico ha reescrito la historia de Tailandia hoy! ¡Phichit Chulanont! ¡Una presentación formidable ante los ojos del mundo!"

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Al voltear vió a Yuuri que, con el rostro consternado y los auriculares en las manos, temblaba de piernas al escuchar el éxito del otro competidor.

Casi por inercia Víctor se lanzó hacia él, cubriendo sus oídos con las manos.

—¡Yuuri! ¡No escuches! Todo está bien, lo harás bien, ¡Concéntrate!

Yuuri parecía completamente desorbitado, como si toda su cordura se fuese ido con el eco del público.

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—Víctor... no quiero salir... —dijo finalmente con una voz tan baja y temblorosa que difícilmente se pudo entender lo que decía— quedémonos aquí, di que enfermé repentinamente y que no podré patinar.

—Todo estará bien, Yuuri. Tienes que salir y enfrentarte a ésto...

Era obvio para Víctor que estaba teniendo un serio ataque de ansiedad, el cuál no tenía ni idea de cómo enfrentar.
Trató de razonar con Yuuri con todo lo que le llegara a la mente, pero no reaccionaba, incluso comenzó a molestarse.

Repentinamente tomó de los hombros a Víctor y lo besó con desesperación. Invadía su boca con su húmeda lengua mientras lo abrazaba con fuerza.
Esto sorprendió al mayor, quién intentó apartarlo sin éxito.

—Víctor... hay que quedarnos aquí, hay que hacerlo aquí —Siguió besándolo, rodeando su cuello con sus brazos, haciendo casi imposible el poder apartarlo.

Se tambalearon hasta un coche, donde Yuuri se apoyó sobre el cofre y abrazó a Víctor con sus piernas. Con desesperación intentaba arrancar el abrigo del mayor mientras mordía y succionaba sus labios.

—Víctor, hay que hacerlo aquí, por favor

Aprovechando el espacio de sus palabras, Víctor tomo aire y logró apartar un poco el rostro de Yuuri, pero entre el forcejeo de ambos Víctor no midió su fuerza y lo lanzó violentamente sobre el cofre del auto.

La sorpresa de ambos trajo unos segundos de silencio, seguidos por el llanto gradual de Yuuri.

—No... No no ¡Yuuri lo siento! —se lanzó hacia Yuuri, abrazándolo con fuerza— Yuuri, no era mi intención, es solo que...

—¡Tengo miedo, Víctor! —interrumpió a gritos el pelinegro- ¡Tengo miedo de fracasar! ¡De que se rían de mí! ¡Tengo miedo de no cumplir con sus espectativas! ¡Por favor, no me obligues a salir!

Su hombro se humedecía por las lágrimas del chico. Su cuerpo delgado y delicado no paraba de temblar por sus sollozos.

Víctor suavemente pasó su mano por el oscuro cabello de Yuuri, acariciándolo y hablando dulcemente sobre su oído.

—Yuuri, has llegado hasta aquí con tu talento, dejaste atrás a otros patinadores prometedores, incluso cuando todos dudaban de ti mostraste que eras digno del Grand Prix, y ahora estás aquí, entre los finalistas, teniendo a todos esperando allá afuera por ti. Te enfrentaste a todo tipo de obstáculos, contra la gente que te detenía, contra tantos patinadores talentosos de tu país, contra ti mismo, todo por llegar hasta aquí. No importa si fallas, o si caes, incluso si tu mismo te saboteas, sé que te levantarás y seguirás dando lo mejor, porque ésa es la mejor parte de ti, y es eso lo que más amo de ti...

Víctor tomo el rostro de Yuuri y lo besó con ternura y suavidad.

—No importa lo que pase allá afuera, yo me quedaré contigo...

Tras besarse un poco más se tomaron de las manos y se miraron fijamente el uno al otro.

Yuuri sonrió cálidamente, y tras un suspiro liberador soltó una pequeña risa que encantó a Víctor.

De la mano caminaron juntos de vuelta a la pista, listos para continuar con el show.

[...]

Yuuri había salido a relajarse con su amigo Phichit. La rutina de Yuuri no fue perfecta, pero sí muy emotiva, se pudo sentir en el ambiente que todos lo amaron, y eso hacía a Víctor increíblemente feliz... y celoso.

Cuándo Yuuri corrió a abrazarlo Víctor saltó hacia él, besándolo en frente de todos, con el pretexto de que "era la única forma que se le ocurrió para sorprenderlo tanto como Yuuri lo había hecho con él". Definitivamente esa escena traería polémica o escándalo, pero Víctor estaba tan feliz que no le importaba en absoluto.

Víctor estaba relajado en el sillón de la habitación dónde tanto Yuuri como él se estaban quedando durante la competencia.

Pensaba en el beso de Yuuri, en lo embriagante que fue... No pudo evitar excitarse un poco, y aprovechando la soledad de la habitación pensaba en masturbarse mientras Yuuri estuviera fuera.

De la nada fue interrumpido por el sonido del timbre.
Se extrañó un poco, no sabía quién podría ser, puesto que Yuuri no regresaría hasta más tarde, y él tenía la llave.

Se levantó y caminó hacia la puerta.

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Tras girar el picaporte y abrir palideció, a la vez que sentía un escalofrío por la espalda.

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—Hola, Víctor sama, ¿Se encuentra Katsuki kun?

Un frío sudor brotó de su frente antes de poder articular palabra alguna.

—... ¿Minami?...

Detrás de él estaba Eros, conteniendo la risa, mirándolo con desprecio...

Sabía que tenía un problema justo frente a la puerta...

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• continuará...

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El Eros en su Cabeza [Viktuuri] [Yuri on Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora