Capítulo 9

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Darren y Liselle estaban solos en su casa, ella estaba muy atenta escuchando música y haciendo tarea. Él no podía eliminar su curiosidad. Creyó que tal vez las respuestas estaban en el ático, ahí su padre guardaba todos sus archivos sobre sus clientes y prohibió a sus hijos entrar, Darren solo había entrado un par de veces, una en su infancia y otra en la edad de Liselle, solo había visto cosas sin sentido que no comprendía, ni le puso atención, pero la primera vez entró buscando juguetes que creyó que sus padres se lo habían escondido ahí, y la segunda vez solo por curiosidad, esta vez entraría buscando algo más, específicamente en los archivos de su padre.

Miró en dirección a su hermana y en dirección a la puerta para ver si su madre estaba cerca.

Nada.

Corrió hacia la puerta del ático y la abrió, con la llave robada, bajó las escaleras para armarlas y poder subir.

Dio un salto cuando su hermana apareció en silencio a su lado

— ¿Qué haces? —ella preguntó

— ¡Dios Liselle me asustaste! —Darren suspiró y se tocó el pecho sintiendo su corazón latir con rapidez

—Lo siento ¿vas a subir? sabes que está prohibido

—Lo sé, pero necesito ver algo

— ¿Donde conseguiste las llaves?

—Papá cree que no sé donde están... pero lo sé desde hace tiempo

— ¿Puedo subir contigo?

—No

—Por favor... —ella hizo su mejor cara de perrito tierno

—de acuerdo, pero no toques nada... —él advirtió

Liselle sonrió y ambos subieron, Darren primero y después ayudo a su hermana. Prendió una luz que ahora alcanzaba, agradeció su pubertad, en donde creció demasiado y ahora medía 1.86, cuando era pequeño no alcanzaba y tuvo que buscar a oscuras.

La sorpresa los invadió, parecía una habitación más, muy aseada y era muy amplio, con varias secciones, miró la única sección que siempre alcanzó a ver hasta ahora. Vio las imágenes, y algunos escritos vetustos, era lo mismo que Darren recordaba, unas bestias aterradoras y letras en latín, francés y español que no comprendía. Lamentó no ponerle atención en su clase a la Srta. Biel, tomó un papel, tenía la letra de su padre, estaba en español, solo comprendía tres palabras "plata" "bestia" y "matar" y una palabra que llamó mucho su atención era "Nahual" no le tomó importancia, por las imágenes asoció los textos y creyó que tal vez era solo un pasatiempo de sus padres investigar criaturas mitológicas.

— ¿hombres lobo? —Liselle leyó y dejó una nota en la mesita, después tomó una imagen, Darren sintió celos porque Liselle, más pequeña que él, incluso sabía más español

—Te dije que no tocaras nada —Darren la regañó

— ¿así lucirán los hombres lobo? —preguntó Liselle mostrándole una foto de un hombre con cara de perro sin pelo, pero con ojos brillantes y estaba de pie, y estaba muy grande

—Los hombres lobos no existen

Vio un escritorio, y un archivero, ahí es donde su padre debía guardar todos sus casos de sus clientes. Apresuró su paso hacia allá y tomó la primer carpeta, pero se frustró al ver que eran más cosas de hombres lobo, pero esta vez eran archivos incunables o al menos eso pensó Darren, porque parecían tan vetustos que las hojas estaban descoloridas y delgadas

— ¿porqué papá estaría tan obsesionado con esto? —Darren preguntó en voz alta, pero no se lo preguntaba a Liselle. — Liselle ayúdame a buscar algún archivo con el nombre de Dick Finch —Darren pidió y regresó el archivo

—Ammm... Darren... —Liselle lo ignoró, llamó su atención porque se quedó sorprendida ante lo que tenía en frente. Darren alzó la vista, había una pared y varias mesas al rincón, estaba obscuro pero se podía ver el reflejo del metal y pudieron ver esa sección repleta con todo tipo de armas, y pistolas, cuchillos, dagas, Liselle tomó un cuchillo

—No toques eso —Darren se lo quitó, admiró la hoja, era de plata, sin duda, la dejó en su lugar como estaba y tomó un estuche de balas, también eran de plata

— ¿Crees que papá está un poco paranoico? —Liselle preguntó, tenía una pistola en la mano

—Tal vez es un pasatiempo... —Darren justificó mientras le quitaba la pistola y la regresaba a su lugar

—pues que pasatiempo tan extraño... ¿y si trafica armas ilegalmente?

— ¿Has estado hablando mucho con Tiffany? —Darren bromeó— no creo que trafique armas

—yo creo que es una posibilidad, ¿de dónde sacaría tanto dinero? Tus tratamientos son muy costosos, y no es como si hubiera muchas personas que defender en este pueblo y mucho menos en el estado... debe tener otro negocio aparte de abogado

—tal vez las colecciona, observa la antigüedad de éstas armas, sin embargo están en buen estado

Estaban en shock, querían seguir investigando pero la puerta de la entrada se abrió, él maldijo en voz baja y mientras su madre entraba, Darren ayudaba a su hermana a bajar y después él, regresó la escalera a su lugar, pero lo hizo lentamente para que no rechinen, sin mucho éxito

— ¿Darren donde estás? —su madre gritó desde la sala

—Ya voy —Respondió nervioso cerró la puerta haciendo el mínimo ruido y corrió con su madre

— ¿cómo estás? —Ella lo revisó de su rostro, ojos y presión cardiaca.

—Bien mamá —Darren contestó entre dientes

— ¿Y tú mi pequeña? —su madre besó a Liselle

—Bien mamá... Darren me ayudaba con la tarea —Liselle mintió, ambos se dirigieron una mirada de complicidad

*

Hasta el día viernes Tiffany pudo conseguir información, y la llevó de contrabando al colegio para que Darren pueda leerlo.

—Escucha —Tiffany susurró mientras caminaban a su salón de clases— Hace 18 años 8 personas desaparecieron, las encontraron muertas en el bosque, "encontraron" es metafórico, porque encontraron cuerpos desmembrados, quiero decir que no estaban su cuerpo completo ¿entiendes? es como si algún animal los haya devorado, probablemente osos o lobos pero no hay osos aquí, solo lobos

— ¿hay lobos aquí?

—Si genio... el pueblo no se llama Lynchills por nada

— ¿Lynchills?

—Si... ya sabes Lync-Hills Llýcos viene del griego lobos...

—Creí que era lyn-chills —Darren dijo en tono de broma— algo así como que Lyn es una chica relajada... ¿de donde salió la 'N'? —Darren dejó de bromear cuando vio que su amiga no s reía, pero era en serio. Nunca se había puesto a pensar sobre el nombre de su pueblo.

—creíste mal, bueno escucha, según esta nota de mi hermana no encontraron lobos en el bosque, y llamaron a unos cazadores experimentados quienes se encargaron, y no adivinarás quienes fueron...

— ¿Quién? —Darren preguntó alzó la mirada del artículo

—Jason Kent, Michael Reed, Dick Finch y... Frank Armstrong...

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El Corazón del Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora