Capítulo 1

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Semanas antes:

— ¿Estás bien? ¿Seguro que puedes ir al colegio? —preguntó Samantha, la preocupada madre de Darren

—Estoy bien mamá... solo fue una pequeña crisis, además estamos en evaluaciones —Darren contestó, estaba comiendo cereal con leche mientras veía televisión. Estaba de pié porque ya se estaba retrasando, pero sus padres nunca lo dejaban irse sin desayunar.

—cualquier cosa que suceda por favor llámanos, o avisa a un profesor o a Tiffany... lo que sea...

—Tranquila, estaré bien...

— ¿Quieres que yo lleve a Liselle a su escuela?

—No mamá, tú tienes cosas que hacer...

Los padres de Darren estaban preocupados porque hacía dos noches, no pudo dormir por problemas para respirar.

En otra ocasión insistirían en quedarse con él todo el día en casa y él en cama, pero sabían que su hijo adolescente debía disfrutar y hacer lo que él se propone... ya que... no saben cuando tiempo más estará en buen estado y caminando.

Alimentó a Harrison, su perro labrador negro y avisó a su hermana que era hora de irse a su escuela. Al salir de su casa, se montó en su BMW para dirigirse al colegio de su hermana.

—Pórtate bien princesa —Darren le ordenó después de estacionarse frente al colegio de su hermana

—Claro que sí, siempre lo hago —Liselle abrazó a su hermano —cuídate mucho, por favor... te amo...

—yo también te amo, y no te preocupes por mi estaré bien...

Su hermana sonrió y bajó del auto.

Darren esta vez se dirigió a su escuela, se estacionó junto al llamativo Corvette azul de James cuando llegó.

Esperó a que llegara el autobús escolar,  cuando éste llegó todos los alumnos a bordo  bajaron, Darren se acercó esperando a su mejor amiga: Tiffany quien bajó los escalones como siempre, con su torpe caminar y su bolso colgando del hombro, sus gafas estaban sucias y su cabello rubio dorado mal peinado en una coleta. Era un poco común verla así, normalmente cuando llega más descuidada de lo normal es porque estuvo trabajando hasta noche y parte de la mañana en algo importante para ella y la respuesta estaba en sus manos, cargaba una gran maqueta de un sistema solar y un café en la otra mano.

—Wow... Tiffany, te pidieron un sistema solar, no el universo entero —Darren bromeó cuando se acercó para evitar que su café se caiga en un descuido.

—Darren ¿qué hay de nuevo? —Tiffany preguntó tratando de organizar sus manos para tomar el café

—dame eso... te ayudaré —Darren ofreció a cargar el trabajo de Tiffany— ¿esto es el sol? —Señaló la esfera más grande— parece que quiere abrazar a los planetas aquí están sus brazos —señaló y movió ligeramente las extremidades sobresalientes del sol— aunque tiene tres brazos

—son las llamaradas solares genio

—oh eso lo explica, solo bromeo, está genial, con su polvo cósmico y todo —admiró la brillantina

—gracias... y ¿cómo estás? —ella preguntó y sonrió. Darren encogió los hombros e hizo una sonrisa triste contraria a la de hace unos segundos— ¿qué pasó?

—El viernes... no pude dormir —Darren explicó, caminaron lentamente— ya sabes... no podía respirar

— ¿y así viniste a la escuela? Darren estás loco ¿y por qué no me dijiste nada?

El Corazón del Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora