Capítulo 33

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Todo el público se quedó en silencio al escuchar el aullido, aunque no era necesario, ese aullido se escuchaba tan fuerte que aún en una ruidosa multitud se escucharía, todos se miraron susurrando cosas. Tiffany miró a su alrededor, el lobo se escuchaba muy cerca, esa debía ser la razón por la que se escuchaba tan fuerte. Miró a su hermana quien empujaba a la gente para ir hacia el bosque. Nunca dejaría pasar esa oportunidad.

Comenzó a seguirla.

*

Al ver que Darren lobo se había encargado de hacer el llamado, la loba dejó caer su cabeza relajada, Nikki desde su escondite, entre las hojas pudo ver que, aunque Layla también era blanca, era muy diferente a Darren, era más pequeña, delgada, y tenía en su pelaje motas doradas, por todo su cuerpo.

Llegaron más lobos hostiles a acechar a los dos lobos blancos, los lobos heridos aún no se levantaban, seguían mal heridos, Darren aún seguía junto a Layla y con intenciones de protegerla a Nikki también. Sus gruñidos y la ira en su mirada eran siniestros, Nikki se preguntó si en verdad lo estaba controlando o sólo estaba atacando al azar, o sólo defendiéndose.

*

—¿que haces aquí? —preguntó Hilary sin mirar a Tiffany detrás de ella

—te seguía ¿no es obvio?

—¿por...?

—curiosidad, estás muy interesada en este tema... y hay algo raro en él...

—¿en quien?

—en esto que estás investigando... —Tiffany caminaba detrás de ella tropezándose con el piso irregular

Escucharon gruñidos de lobos y a unos siete metros o más, vieron una manada correr perpendicularmente a la dirección que ellas caminaban, Hilary sin pensarlo comenzó a correr hacia donde ellos se dirigían. Y Tiffany salió disparada detrás de ella.

*

Más lobos llegaron al área, encabezados por un lobo pardo, con ojos brillando en un tono azul claro. Nikki se encogió, no podría saber si eran lobos que venían a ayudar o también a atacar, no estaba segura de que el llamado de Darren haya funcionado, después de todo él aún no tenía manada. Los lobos pudieron haber acudido por curiosidad o eran más lobos intrusos cuyo deseo era verla muerta.

Otra manada más pequeña también llegó del otro lado del bosque, esta vez encabezado por un lobo negro con gris, sus ojos brillaban entre verde y café, reconoció que ese era Mike, y venía con una manada, eso era bueno ¿cierto?

*

—¿Estás loca? quieres caminar directo a tu muerte... —Tiffany refunfuñó en voz baja

—no, ni siquiera creo que me vean, deben estar muy ocupados en sus asuntos. —Hilary respondió también susurrando

—quienes deberían hacer esto son los policías... o control animal... no una simple reportera... ¿que tal si se convocaron para buscar comida y ahora vamos a alimentarlos con nuestra propia carne

—al fin sentirás lo que sienten las vacas cuando las comes... y no te preocupes... no creo que les guste la carne de un duende nerd... —Hilary preparó su cámara— ¡ahí están!

—Mierda Hilary ¿ya viste cuantos lobos hay ahí? son cientos

—no exageres... deben ser unos cuarenta o menos —comenzó a tomar fotos

—Hilary no debemos estar aquí, esos lobos no lucen normales... ¿ya viste sus ojos? brillan con anomalía y son descomunalmente grandes... —Tiffany se dio cuenta que su voz tembló ¿lo que estaba viendo era cierto?

El Corazón del Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora