CAP. 2

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KYLLIAM.

El otro día, salí de fiesta con Karim (como todas las noches) y se me acercaban tías todo el rato y claro... tengo que mantener el listón bien alto, así que me tire a tres esa misma noche.

No me acuerdo ni de sus nombres, pero al día siguiente, me di cuenta que tenía el número de una pelirroja.

Fue la última con la que me acosté; no lo hacía mal la chavala, le ponía ganas y como era pelirroja me daba bastante morbo.

Tenía pensado volver a salir esta misma noche, así que cogí el móvil y empecé a escribirle:

"Hola pelirroja, hoy espero verte en la discoteca de la esquina. No acepto un no por respuesta. Te espero allí guapa ;) "

"PD: Llévate a alguna amiga, ya sabes, por si a algún amigo mio le interesa."

Karim me dijo que hoy también vendría de fiesta, así que con otra chavala más la noche iba a ser perfecta.

Ah! Se me olvidaba deciros quien es Karim, es un buen chaval. Tiene un año menos que yo y también tiene bastante fama de mujeriego, es mi mejor amigo, aunque él no sepa nada sobre mi vida. Nos conocemos desde pequeños; nada más él llegase desde Argelia. Comenzamos a hablar y a día de hoy es como mi hermano pequeño. Se le va mucho la cabeza y es uno de los mejores delincuentes de la zona, roba como nadie.

Todos nos respetan aquí.

Lo que más me gusta de él, es que es diferente a los demás tíos, como yo. Somos originales y nos da completamente igual lo que la gente comente acerca de nosotros.

Además, es muy máquina el Karim, con su acento vuelve locas a las chavalas, y más cuando les llama "habibi". Lo hace con todas el muy cabrón y a todas les mola el rollito.

Bueno, volviendo a lo de antes...

Fui a dar una vuelta en moto hasta la hora en la que Karim y yo habíamos quedado para cenar y prepararnos.

Aparqué la moto en frente de casa de los Jones, y toque el timbre. Llegaba pronto y Karim no se habría ni preparado pero mientras tanto estaría jugando al gta.

Nadie me abría la puerta, entonces decidí hacer lo que siempre hacía. Me fui al patio trasero de su casa y me colé por una ventana que estaba siempre abierta.

Al entrar a su casa, le pille jugando a la play en boxers y lo imite. Me quité los pantalones, la chupa de cuero, los zapatos, la camiseta y me quede en calvin kleins.

Cogí unas cervezas del frigorífico y me senté a su lado.

-Hey hermano, no había escuchado el timbre.- dijo sin apartar la mirada de la pantalla, y le pase una cerveza.

-Tranqui, después vamos a la discoteca de la esquina vale? Le he dicho a una pelirroja que me tire el otro día que vaya con una amiga.- le dije con cara de pervertido.

En aquel momento, dejó el mando de la play, le dio un sorbo a la cerveza y me miró con una sonrisa en su rostro.

-Eres un maquina. - dijo y me chocó el puño.

Nos pasamos toda la tarde jugando a la play hasta que nos aburrimos y empezamos a escuchar música. Entonces, la nostalgia invadió mi mente y empecé a analizar todas y cada una de las letras de las canciones, relacionándolas con algún que otro momento de mi vida.

A decir verdad, mi vida ha sido bastante jodida... pero son cosas que nadie nunca ha sabido que he vivido. Ni siquiera mi madre.

Aunque tenga pinta de chico malo o todo lo que la gente crea, he sufrido un montón y nadie sabe nada sobre mi.

La he cagado muchísimas veces y he fallado a tantas personas que tengo al demonio llorando en mi hombro. Después de lo de mi padre, mande a la mierda a toda la gente que me rodeaba y me quería, les hice daño a todos ellos, uno a uno. A cada uno les daba donde más dolía.

Lo hacía sin querer, por toda la impotencia que tenía dentro, y por todo lo que estaba sufriendo y ocultaba; pero lo hacía de tal manera, que al final acababan ellos sufriendo por mi culpa, sin merecerlo, solo me querían animar pero tenía tanta rabia por dentro... Siempre se van los mejores tío...

Y ahí, justo en ese momento, me metí en el mundo de la droga.

Más de una vez sufrí por sobredosis y acababa en algún hospital de la zona. Pero eso sí, sin que mi madre lo supiera. Tenía mis contactos en el hospital y entonces me hicieron el favor de no avisarle a mi madre cuando acababa ingresado, bueno, más que favor... lo hacían porque no tenían más remedio, mucha gente me debía favores, estaban en deudas.

Estaba jodidamente enamorado de una chavala, que hasta me dolía respirar si no estaba con ella. Y como no, la hice sufrir, y muchísimo. Como ya he dicho anteriormente.

Pero no puedo hablar del tema aún. Todavía no he superado el hecho de que la hice daño y no me lo he perdonado jamás, de hecho, tampoco he superado el dejar de quererla.

Todas las tías que me he tirado a lo largo de mi vida no han significado nada para mi. Simplemente me las tiraba para ver si alguna me hacía olvidarme de ella, pero me salio el tiro por la culata.

-Kylliam, ¿Estás bien?- me preguntó Karim preocupado.

Deje los pensamientos a un lado, estire los brazos y le respondí algo nervioso.

-Sí, estaba pensando nada más.

Se quedó callado como debatiendo en decir lo que tenía que decir o no. Y como yo le conocía bastante bien, le solté.

-Dilo.

Levantó la cabeza rápidamente asombrado y se empezó a reír.

-Que bien me conoces zebi! (zebi es árabe y significa polla, siempre los árabes se llaman así entre ellos, es como los andaluces que se llaman pixa). Solamente estaba pensando en nosotros. Nos follamos a la primera que pasa por delante y nunca nos hemos enamorado, ni siquiera ninguna nos ha gustado. ¿No te resulta gracioso?

(Abramos un paréntesis: Graciosisimo. Aquí esta la prueba de que este chaval no sabe nada sobre mi vida, y tampoco tengo intención de contarle nada.)

-Pues sí, la verdad es que suena bastante gracioso.- mentí.

Se levantó del sofá y se desordenó el pelo.

-Bueno, me voy a dar una ducha, salgo en 15 mins. Si viene mi madre dile que nos hemos echado novias y que tenemos una cita doble.- dijo con ironía, me guiño el ojo y empezó a subir las escaleras.

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