CAP. 8

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KYLLIAM.

No tenía sentido estar los dos uno al lado del otro en silencio, aunque me gustan esas conversaciones donde los silencios no son para nada incómodos, sino solo una manera más de decirse todo sin usar palabra alguna. Quería largarme de ahí lo antes posible, no era capaz de controlar mis sentimientos. Pero Noah se me adelanto, y por un momento lo agradecí.

Me quede observando como se marchaba, como andaba, como se movía con aquella frescura y se me escapó una sonrisa que desapareció por completo, cuando note que Noah se iba a dar la vuelta y desvié la mirada rápidamente. Pero no me duró mucho tiempo, porque Karim salió de la discoteca justo en el momento que Noah entraba y se me saltó la alarma de peligro.

"Ni se te ocurra hermano" pensé.

Karim se acerco hacia mi con una sonrisa traviesa en los labios. Seguramente que nada bueno estaría pasando por aquella cabeza.

-¿Has visto a esa tía?- empezó a gritar riendo -Esta como un tren, joder Kylliam parecía una diosa.

Me puse muy tenso y estuve a punto de partirle la cara en dos, pero no lo hice porque sino tendría que haberle dado explicaciones y pasaba.

Tenía que actuar delante de él.

-No te flipes, las he visto mejores...-dije mirando a los lados, para que no se notara que mentía.

-Entonces mejor para mi, me la quedo yo.-dijo contento mientras empezó a andar hacia la puerta de la discoteca.

-¡Ni de coña!-grité de repente.

Me salió de dentro.

Karim se dio la vuelta con una sonrisa traviesa en su rostro y me imaginaba lo que me esperaba ahora mismo.

La puta apuesta.

-¡Pues ya te sabes las reglas zebi, una semana!-gritó con entusiasmo, mientras alzaba los brazos al aire.

Me rayé un montón. Necesitaba pirarme de aquella discoteca lo antes posible, cogí mi moto y me fui a toda ostia por la carretera. Notaba como el viento invadía todo mi cuerpo y aceleré el motor muchísimo más, descargando toda la adrenalina que llevaba dentro.

No quería avisarle a Karim que me había ido, porque sino iría detrás mío y lo único que quería era estar solo. Aparte, pasaba de joderle la noche con la morena.

Seguía por la carretera, cuando de repente un coche salió de la derecha y se cruzó delante mio. Pegue un frenazo de golpe y casi salgo volando por los aires.

Mi mala ostia creció y fui corriendo al coche. Toque fuertemente con mis nudillos la ventanilla y vi que había 2 pavos borrachos en el auto. Cuando el conductor bajó la ventanilla me miró de arriba abajo, y le susurro algo a su amigo que no llegue a escuchar. Después, los dos se empezaron a reír y el conductor me miró con una cara traviesa.

Demasiado me controle en aquel momento para no partirle la cara a ese gilipollas.

Sacó su brazo izquierdo por la ventanilla, me agarró del mentón y me dijo.

- ¿A cuanto cobras la hora, hermosa?

Le olía el aliento a mierda .

Se empezaron a partirse de la risa y yo lo único que quería era patearles el culo.

No tenían ni idea de con quién se estaban metiendo. Me empecé a reír y los dos se callaron porque no entendían la razón por la que me reía. Aparté el brazo del conductor de la ventanilla, y me acerque a ella apoyando mis codos en cada esquina. Apestaba a alcohol dentro el coche. Cuando la mirada de los dos cromañones estaba puesta en mí, paré de sonreír y se me cruzaron los cables por completo.

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