Capítulo 7
Micah estaba en su forma de lobo, y acababa de morder a un hombre, no, a un alpha. Todos sus instintos le obligaban a someterse, a disculparse a enmendar su error, pero no podía hacer eso. Estaba mal, su mente confusa le gritaba que le habían vuelto a atrapar, que pronto regresarían las cadenas y el dolor... los recuerdos de los últimos acontecimientos poco a poco empezaron a filtrarse en su cerebro, el restaurante, el Beta, le habían secuestrado y metido en un coche, el claro en el bosque... el lobo alpha salvaje. Pensó que ahí acabaría todo, pero se había despertado en una cama extraña, confundido y desnudo. El miedo había tomado el control empujando a Micah al borde cuando había notado la presencia del alpha en la habitación. Había intentado huir para acabar siendo acorralado de nuevo. A esas alturas Micah ya había desconectado, su mente aterrorizada se había cerrado ante la certeza que estaba atrapado, en manos de una manada que iba a convertir su vida en un infierno. De nuevo.
Micah había cambiado, y ante su total desconcierto su lobo había atacado al alpha. El espeso olor de la sangre del hombre le había traído devuelta, miraba de la herida al hombre y de nuevo a la herida para volver a mirar al hombre.
No estaba siendo castigado, no había gritos, ni dolor. Solo la presencia imponente del alpha. Micah acercó su hocico al brazo, su omega gritando por prestar ayuda a lobo más fuerte, cuando el alpha hizo un pequeño gesto de asentimiento, Micah se lanzó a lamer la herida acelerando así el proceso de curación del hombre.
"-Buen chico. Ahora cambia, Less ha traído la cena y tu y yo tenemos que hablar."
La voz del alpha era grave y arenosa, como un bálsamo calmante para los castigados nervios de Micah. No estaba forzando el cambio en él, no era una orden, una sugerencia quizás. Él no quería cambiar, tan pequeño como su lobo era, era mejor que encontrarse en su forma humana, pero ya estaba atrapado, si no cambiaba el alpha podría obligarlo, si intentaba huir, el alpha le atraparía, sin tener en cuenta que estaba en una casa con un número desconocido de hombres-lobo. Intentar huir ahora, sería una estupidez y Micah no era estúpido. Así que cambió. Fue lento y tomó mucho de él, aún cuando últimamente había estado alimentándose correctamente, los cambios consumían mucha energía.
Cuando su cuerpo era de nuevo humano, se sintió vulnerable y débil. A sus pies había una muda de ropa.
"-Es de Cam, te irá grande, pero es lo más cercano a tu talla que tenemos ahora mismo." -Micah, miró en su dirección, sin levantar la vista del suelo, pudo ver que el hombre se había sentado en una silla al lado de la ventana, haciendo acopio de valor, levantó su mirada para ver que el hombre observaba el paisaje, dándole algo de privacidad. Micah se vistió rápidamente dando gracias por el elástico del pantalón. Tuvo que doblar el bajo para no pisarlo y la camiseta le quedaba un par de tallas grande, pero estaba limpia y ya no estaba desnudo.
"-Ven, siéntate. Less ha subido comida" - Micah miró a su alrededor, no había rastro del otro hombre, supuso que había dejado la comida y se había ido. La bandeja descansaba encima de la cama. Micah dio un par de pasos tentativos observando todo lo que pudo, la puerta estaba abierta, de alguna manera eso le hizo sentir mejor, sabía que era una tontería, realmente estaba atrapado, pero sus nervios agradecieron ver la puerta abierta. Miró de nuevo al alpha, el hombre sentado en la silla, era un hombre grande, todos los lobos lo eran. Sus largas piernas descansaban cruzadas a la altura de los tobillos, en una postura relajada. Sus brazos cruzados sobre el amplio pecho. Se dio cuenta entonces que el hombre le estaba mirando, no había ira en sus ojos, pero recordó que le había dado una orden y el no estaba cumpliéndola. Se puso de nuevo en movimiento atento a cualquier gesto que viniese de parte del hombre sentado al otro lado de la cama. Micah se sentó en el borde y atrajo la bandeja hacia él con cuidado. Había un bol con caldo y pastel de carne. Cogió el pastel de carne abrumado por el rico olor de la comida. Lo probó dejando que los sabores se fundiesen en su boca. Poco a poco, al principio, empezó a comer. Su estómago se quejó por la súbita hambre y comió más rápido, casi atragantándose con los últimos bocados, cogió el bol de caldo y bebió para pasar la bola en su garganta.
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Manada
WerewolfUn pequeño lobo. Micah, un hombre lobo omega. Una abominación para su raza. Rechazado, repudiado y tras sobrevivir a un infierno, sigue en pie, con la única esperanza de encontrar un hogar en los territorios abandonados del norte. Debe tomar una de...