Capítulo 24
Algunas cosas habían cambiado en la casa de la manada en los últimos días. Sin duda lo más importante es que el antídoto funcionó. Fue rápido, minutos después de que el doctor le inyectara una dosis al gamma, Cam despertó. Despertó de verdad. Se sentía aturdido y desorientado pero volvía a ser él. Su cabeza era un lío, recordaba la cacería y recordaba el dolor de recibir un disparo... todo lo demás era un borrón confuso.
Dom estaba a su lado cuando el antídoto hizo efecto. Cuando vio la luz regresar a sus ojos, cuando, cuando escuchó su voz llamándolo y sintió su pequeña mano sobre su piel... Dom se derrumbó. Cubrió su cara con las manos y lloró. Lloró por el alivio de recupera al hombre que lo era todo para él. Lloró por su corazón roto empezando a sanar.
Cam vio al fuerte hombre sacudido por los sollozos y el gamma en su interior se retorció inquieto. La necesidad de llegar a su pareja era tan grande que luchó contra su entumecido cuerpo para acercarse a él. Cuando su cuerpo agotado se negó a moverse, un gemido escapó de sus labios. Eso fue todo. Dom se movió rápido y en menos de un segundo estaba en la cama envolviendo el cuerpo suave de Cam. El gamma suspiró tranquilo, y se rindió a la fuerza de su compañero.
Dom tomaba su olor en cada inhalación, acariciaba su espalda, sus brazos, su cuello... todo lo que estaba a su alcance. Cam podía sentirlo en todas partes. El ejecutor necesitaba tener a su compañero entre sus brazos y no dejarlo salir de ahí nunca. No le dejó ni siquiera cuando los otros pasaron a saludar. De hecho fue necesaria la intervención del Alpha para conseguir que Dom le dejase descansar. Aun así, Dom no se fue muy lejos. No parecía tener la intención de hacerlo en una buena temporada.
El Alpha usó su voz más amable para explicarle al gamma lo que había sucedido, aun así pudo ver el miedo asomar a sus ojos. Dom volvió a enredarse sobre él y esta vez Alek no vio motivos para pedirle al ejecutor que le dejara descansar. La necesidad de Dom por tener a su compañero entre sus brazos complementaba la necesidad de Cam ser reconfortado con la presencia de su pareja.
Dom le hablaba al oído, su voz grave y el peso familiar de su cuerpo sobre él, calmó su mente y desterró el miedo de saber que había sido drogado por algo creado por esos científicos que experimentaban con los cambiaformas. Oyó a Dom pedirle perdón una y otra vez, mientras le prometía que le protegería, que cuidaría de él y que lo amaba. Eso era lo único que Cam quería escuchar. Quiso decirle que no había sido culpa suya y que sabía que siempre lo protegería. Pero la calidez de su compañero y las suaves caricias estaban empujándolo a la comodidad del sueño. Le estaba constando mantener los ojos abiertos. Pero no podía rendirse al sueño sin antes decirle lo más importante.
"-Yo también te amo"
Lain salió de la habitación en cuanto se aseguró de que Cam estaba bien. Tenía que volver para reconocerle de nuevo, pero por ahora les daría la privacidad que la pareja necesitaba. Estaba sentado en una silla que había colocado en el pasillo al lado de la puerta de la habitación. Vio a los otros entrar para ver a Cam, todos le preguntaron por su estado. Lain sintió como de unidos estaba esa gente, como se preocupaban los unos de los otros y sintió una pequeña punzada de anhelo. Él quería eso.
Rolo apareció a su lado con un sándwich. El hombre parecía empeñado en alimentarlo incluso cuando él no tenía hambre. Había aprendido que no servía de nada negarse, así que cogió el pan y empezó a mordisquearlo, forzando a su estomago a aceptar el alimento. Escuchó un pequeño gruñido, a estas alturas ya había aprendido a identificar ese sonido. El hombre estaba satisfecho. Así que siguió comiendo mientras los demás seguían acercándose a ver al joven Cam.
Cuando salió de la habitación, el Alpha se detuvo un momento frente a él. Puso una pesada mano en su hombro y sintió como le daba un suave apretón, escuchó como le agradecía con esa voz profunda y un estremecimiento le recorrió. Lain asintió demasiado nervioso para contestar. Entonces Cala le levantó de la silla con una fuerza impropia de un humano y le abrazó tan fuerte que pudo escuchar un par de huesos crujir. Temió por sus costillas y se alegró un poco cuando Rolo la desenredó de su cuerpo. La mujer estaba llorando pero era feliz. Le besó en la mejilla y le dio las gracias. Cuando intentó volver a abrazarlo, Less la detuvo. El hombre puso la mano en su cuello y Lain sintió una leve caricia en su piel. De nuevo Rolo vino al rescate retirando la mano del otro hombre. Cuando por fin las visitas cesaron, Lain respiró un poco más tranquilo. Se sintió bien poder ayudar al joven Cam, siempre fue amable con él y se sintió bien recibir los agradecimientos de los demás, pero realmente a él solo le importaba recibir la aprobación de una persona. Algo en él anhelaba la mirada de aprobación del rubio que le decía que había hecho un buen trabajo.
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Manada
WerewolfUn pequeño lobo. Micah, un hombre lobo omega. Una abominación para su raza. Rechazado, repudiado y tras sobrevivir a un infierno, sigue en pie, con la única esperanza de encontrar un hogar en los territorios abandonados del norte. Debe tomar una de...