Capítulo 14
Alek acomodó a Micah entre sus piernas. El omega seguía con la cabeza apoyada sobre su pecho. Aun le parecía increíble lo cómodo que estaba con el chico y lo bien que le hacía sentir. Inconscientemente sus manos recorrían la espalda de Micah dibujando patrones invisibles sobre la ropa. Alek deseaba tocar su piel, pero se conformaría con eso. Cuando Micah suspiró y su cuerpo se relajó supo que era el momento de contarle su historia. Él no había hablado con nadie apropiadamente y explicarle al omega se sentía correcto.
"-Mi padre era el Alpha de una pequeña manada, lejos de aquí en el este. Yo aún no había nacido, cuando le retaron y perdió. Temiendo represalias eligió el exilio y se fue con mi madre, que por aquel entonces ya estaba embarazada. Fue difícil encontrar una manada que lo aceptase. Los Alphas no toman muy bien las amenazas a su posición y mi padre era fuerte. Cuando llegaron aquí, el viejo Alpha les aceptó sin dudarlo, así que mi padre se sometió. Haber perdido el reto y a su manada, le convirtió en un hombre prudente. Sus prioridades eran su mujer y su hijo, así que nunca pensó en volver a convertirse en el Alpha. Además por lo que me dijo mi padre el viejo Alpha era fuerte, no le hubiese aceptado tan fácilmente si no lo fuese. Como sea, mis padres se establecieron aquí y poco tiempo después nací yo.
Mi madre murió en el parto y una parte de mi padre murió con ella. La Omega de la manada que atendió a mi madre profetizó que yo sería un alpha fuerte.
"-El más poderoso nacido desde el principios de los tiempos" -Eso dijo. Y con eso se selló mi destino.
Crecí ajeno a las habladurías y los rumores, mi padre me protegía de ellos. Trató de inculcarme valores, trató de educarme como mi madre hubiese hecho. Pero yo era un niño y solo quería jugar y divertirme, así que al final dejó que me mezclase con los otros niños y tuviese una infancia normal. En ese tiempo conocí a Dom y a Rolo. A ellos les daba igual el anuncio de la omega y para sus padres era un orgullo que fuésemos amigos. A medida que se acercaba el momento de mi presentación la expectación de la manada crecía. Me sentía especial, la atención que recibía, los halagos... empecé a creerme mejor que los demás. Cada día que pasaba mi lobo se hacía más y más presente. Le sentía tomar conciencia del mundo que le rodeaba. Estaba listo para presentar, pero mi padre decía que era demasiado pronto, creía que lo inventaba para corresponder a la atención que me daban, pero realmente yo le sentía dentro de mi. Sentía sus ansias por salir y conocer el mundo. Mi lobo quería correr. Pero le forcé a quedarse dentro. Mala jugada, ahora lo sé. Cada día que pasaba le notaba más inquieto, más enfadado, yo solo era un niño, aun no sabía muchas cosas así que no dije nada y seguí forzando al lobo a quedarse dentro de mi.
El día que presenté y que por fin le dejé salir perdí el control. Mi lobo era increíblemente fuerte y había pasado mucho tiempo encerrado, así que cuando salió tomó el control. Fueron necesarios dos betas y el Alpha para forzarlo a someterse y dejarme volver a mi piel. Desde aquel día la manada cambió, nadie dijo nada, pero la expectación se convirtió en recelo y cautela. Muchos empezaron a evitarme, niños y adultos. Los padres de Rolo y los padres de Dom, les apartaron de mi lado, yo había perdido el control y podía hacer daño a sus hijos. De la noche a la mañana me quedé solo.
A partir de entonces mi comportamiento empeoró. Los alphas y betas mayores que yo, no dejaban de desafiarme, así que empecé a meterme en peleas. Perdí muchas, hasta que empecé a ganarlas todas. A medida que crecía me metía en más y más peleas. No solo peleas, también era irrespetuoso y le causaba problemas a la manada. El Alpha me castigó varias veces, pero me daba igual. Me sentía poderoso y odiaba a todos los que me habían dejado atrás, no me gustaba ver como muchos me miraban con temor, me molestaba y contra más molesto estaba en más peleas me metía y más problemas causaba... un día mi padre me pilló intimidando a un gamma. El chico tenía el doble de mi edad y sin embargo en cuanto me vio se puso a temblar. Así que no lo pude evitar, si el me veía como un monstruo pues yo sería ese monstruo. Cuando mi padre me encontró no me gritó, no me llevó al Alpha ni me castigó."
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Manada
WerewolfUn pequeño lobo. Micah, un hombre lobo omega. Una abominación para su raza. Rechazado, repudiado y tras sobrevivir a un infierno, sigue en pie, con la única esperanza de encontrar un hogar en los territorios abandonados del norte. Debe tomar una de...