N.A: La escena tiene lugar la noche en la que el pequeño grupo de rescate deja la casa para intentar encontrar al hermano de Alee. (lemon)
La promesa de una noche de tormenta
...esa noche hubo una gran tormenta...
Micah no podía dormir. Estaba disgustado por la marcha de sus amigos y saber que no podría ayudarles si las cosas se ponían mal, no hacía nada por calmar su ansiedad. A su lado el Alpha descansaba tranquilo. Envidiaba su calma. No dudaba que el hombre se preocupara de su familia, pero se veía tan relajado acostado a su lado que no pudo evitar ansiar su fortaleza. Un trueno resonó en la habitación y Micah se estremeció acercándose inconscientemente al cuerpo cálido de su Alpha.
Alek despertó en cuanto sintió las manos de su omega sobre él. Se había apoderado de su brazo y escondía la cabeza en su costado. Se hubiese quedado quieto disfrutando de la cercanía si no fuese porque el suave pelo del chico le hacía cosquillas en la piel.
"-Micah..." -pudo notar el leve estremecimiento del omega y sonrió. Era consciente de cuánto le afectaba escuchar su voz adormilada. No era la primera vez que le había visto sonrojarse por eso, pero de lo que realmente disfrutaba era del olor ligeramente más intenso que desprendía cuando lo hacía. Micah le deseaba, pero se negaba a tomar ventaja de ese deseo hasta estar seguro que el chico estaba preparado.
Micah sintió la caricia de esa voz grave en su piel y todo su cuerpo respondió acercándose más al calor que emanaba del Alpha.
"-No puedes dormir?"
"-No..."-Micah sintió la mano de Alek moverse por su cuello, acariciándolo suavemente. Su omega gimió en su interior y se relajó instintivamente ante el toque del Alpha.
Alek se daba cuenta de cómo poco a poco el omega iba aceptando sus caricias y se relajaba bajo su mano, estaba agradecido porque cada día le resultaba más difícil mantenerse alejado del otro hombre.
"-Ellos estarán bien" -pero Micah ya no estaba pensando en los que habían partido. Ahora mismo solo podía pensar en esa mano y en ser acariciado en otros lugares. Su cuerpo se sentía caliente y su piel dolía por ser tocada. El gruñido bajo del Alpha le sacó de su trance, devolviéndolo a la realidad. Se sorprendió al darse cuenta que había estado frotando su cara en el pecho desnudo del hombre.
"-Lo... lo siento... yo, no" -Alek no podía verle pero sabía que se habría ruborizado.
"-No lo hagas" -se movió para acostarse de lado y poder encarar a Micah de frente. Su mano seguía en la nuca de Micah y sus dedos jugaban con el pelo desordenado del omega.
"-Me has gruñido..."
"-No porque me moleste Micah, no sé si podré controlarme si continuas" -acabó sus palabras dejando un suave beso en sus labios.
Micah gimió y se acercó buscando profundizar el beso. Apoyó sus manos en el pecho del Alpha, acarició la piel suave, jugando con los pequeños rizos de vello que salpicaba sus pectorales y bajaban perdiéndose bajo la tela suelta de su pantalón. Siguió ese rastro oscuro hacia abajo, acariciando el contorno de los magros músculos, pero se detuvo cuando sintió las manos del hombre sujetándolo.
"-Micah no..."
Micah sintió una vergüenza que no había sentido nunca. Sus ojos picaron llenándose de lágrimas que se negó a derramar. Había sido rechazado. Intentó apartarse del hombre para darle espacio cuando los fuertes brazos del Alpha le inmovilizaron.
"-No me quieres..." -no supo que había hablado hasta que se escuchó decir esas palabras.
"-Oh Micah, lo hago. Créeme. Te quiero. Pero no voy a forzar nada en ti. No quiero que te sientas obligado a hacer algo para lo que no estás preparado" -Alek había liberado las manos del omega, que aun se negaba a mirarlo. Acarició su mejilla, dejando su mano apoyada en la piel caliente.
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Manada
WerewolfUn pequeño lobo. Micah, un hombre lobo omega. Una abominación para su raza. Rechazado, repudiado y tras sobrevivir a un infierno, sigue en pie, con la única esperanza de encontrar un hogar en los territorios abandonados del norte. Debe tomar una de...