Dom & Cam

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N.A: La escena tiene lugar justo después de que Dom llegue a la casa tras el ataque de la antigua manada y encuentra a Cam asustado siendo consolado por el Alpha.

EXTRA DOM & CAM

(lemon)

"-Está bien Cam, no pasa nada, Dom está llegando."

Cam no pudo responder, en un instante fue levantado del suelo y atrapado en el abrazo del hombre que había estado buscando. "Dom". Sus brazos, su olor, saber que estaba a salvo, el gamma suspiró aferrándose al hombre que amaba.

Cam se sentía flotar en los brazos de Dom. Su cuerpo, su olor almizclado fuerte y picante, rascando su garganta a cada inhalación, su temperatura... su cuerpo se sentía vibrante, vivo de maneras que nunca antes había sentido. El reconocimiento de su Alpha, la aceptación implícita en sus palabras le habían liberado de las ataduras del miedo. Las ataduras que le habían impedido ceder a sus sentimientos, a su deseo. Se sentía tan necesitado tan hambriento de contacto que solo sus brazos no eran suficiente. Le bastó una mirada llena de ese calor para que Dom llevase sus manos bajo la suave curva de sus nalgas para alzarlo, obligándolo a enredar sus piernas alrededor de la estrecha cadera de su lobo.

Un gruñido de necesidad se había instalado en el pecho de Dom, esto estaba sucediendo finalmente, la adrenalina de la pelea, el miedo de llegar a la casa para comprobar que había sido atacada, el terror al ver a Cam en el suelo, herido, asustado... fue demasiado, demasiado para él, para su lobo. Había corrido directamente hacia la persona que iluminaba su vida, no podía perderle, no ahora que tenía una oportunidad de ser feliz junto a él. Cuando vio esa mirada en los ojos de Cam toda la sangre huyó de su cerebro, la bruma de la necesidad y la adrenalina que aun corría por su cuerpo hicieron el resto. Le cargó dispuesto a hacerlo suyo a reclamar a su pareja y dejar que todos lo supiesen. Él quería que todos supiesen que ese hombre era suyo. "Mío"

Dom les llevó a su habitación, llegó casi sin aliento, no por el peso de la preciosa carga en sus brazos, si no porque Cam había decidido lamer su cuello y su mandíbula, dejando pequeños mordiscos en su sensible piel. Apenas entró en el cuarto y cerró la puerta, colocó a Cam en la cama. Se separó para poder admirar al hermoso hombre. Cam era delgado, sin ser delicado, era alto, no tanto como él pero definitivamente no era pequeño, sencillamente perfecto. Su pelo castaño había crecido en el último año y caía desordenado sobre sus hombros. Sus dedos picaban por sentirlo deslizarse entre ellos, acariciarlo.... Pero de nuevo sus ojos le robaron el aliento. La forma en que lo miraba como si no hubiese nada más importante, como si no hubiese nada más. Sus mejillas sonrojadas de forma hermosa y la boca entreabierta con los labios ligeramente hinchados por el roce con su piel. Esa boca iba a ser su muerte, lo podía saber ya, era tan hermoso que casi le daba miedo tocarlo. Ese pensamiento se esfumó en el momento que Cam gimió y arqueó la espalda en su necesidad de ser tocado.

Cam estaba tan abrumado por las sensaciones que su cerebro parecía haberse fundido. Él solo, solo necesitaba esas manos, necesitaba tocar, ser tocado, no podía controlar los pequeños gemidos que salían de su garganta.

"-Dom"-su voz era un susurro estrangulado por el deseo.

"-Dime pequeño, solo tienes que decirme, qué es lo que quieres" -la voz de Dom era ronca, más de lo normal, ni siquiera había registrado que había hablado hasta que se escuchó hacerlo, tan perdido como estaba en el otro hombre.

"-Te quiero, te he querido por tanto tiempo.... Dom duele... duele por ti... tanto, tanto... te necesito" -Cam no dejaba de revolverse inquieto sobre la cama, arqueando su cuerpo. Le molestaba la ropa que llevaba, gemía frustrado porque necesitaba estar desnudo como Dom y necesitaba... necesitaba tanto lamer su piel, saborearla, sentirla. Había encontrando por fin un objetivo e intentó levantarse para llegar a él.

ManadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora